Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

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:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


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domingo, 31 de octubre de 2010

Informe Económico - Octubre de 2010




Publicamos el Informe Económico del mes de noviembre de 2010.

Gracias a todos por su generosa colaboración.



A B C
1 INFORME ECONOMICO MES: OCTUBRE DE 2010
2


3 I N G R E S O S

4 Colectas Misas $ 3,501.60
5 Donaciones- Estipendios Misas $ 258
6 Sostenimiento del culto (2%) $ 1,740
7


8 TOTAL $ 5,499.60
9


10 E G R E S O S

11 Gastos de Secretaría $ 955
12 Gastos Sacristía $ 414
13 Sueldos $ 780
14 Sostenimiento Culto

15 Arzobispado 1/3 y Estipendios Misas $ 709
16 Varios:Habitación Párroco(cama,colchón,hela-

17 dera,etc)Colecta Misiones-Arreglo baño princ. $ 4,598.80
18 TOTAL $ 7,456.80
19


20 DEFICIT DEL MES $ 1,957.20
21


Homilía Dominical

Domingo XXXI del TO - Ciclo C

Lecturas

Sb 11, 22-26.12, 1-2
2º Tes 1,11-12.2,1-2
Lc 19, 1-10


Escuchamos en este Domingo el relato del encuentro de Jesús con Zaqueo, que culmina con el Señor alojado en su casa, a la que llega la salvación. Qué hermosa imagen para decirnos qué es la salvación: ¡Jesús que habita en mi casa y que por ello pasa a ser la suya, la nuestra!

Y ésto se da como resultado de una doble búsqueda. En primer lugar, la de Jesús, que vino a buscar lo que estaba perdido. Ya nos lo había contado San Lucas en las parábolas de los capítulos anteriores. Tiene pasión por encontrar lo que se le había perdido, para eso vino: para encontrar a la oveja, la dracma, ¡a mí!

Y por otro lado, la de Zaqueo, que en este caso es el que nos enseña algo importante sobre cómo debemos buscar nosotros a Jesús. Lo primero que hace es experimentar la necesidad de elevarse por encima de la multitud para poder ver al Señor. Pero este subirse no tiene nada de triunfal. Subir al árbol significa reconocer que es petiso ("Te alabo, Padre, porque revelaste estas cosas a los pequeños", dice Jesús) y quedar expuesto al ridículo.

Tenemos sobrada experiencia de lo que para el mundo significa elevarse por sobre los demás: TENER más, PODER más que los otros. Jesús nos pide la capacidad de distinguirnos de la multitud de otra manera: haciéndonos pequeños, perdiendo el miedo a quedar en ridículo.

Quizá esta noche la multitud celebre "Halloween". ¿No es, tal vez, exponernos al ridículo decir que nos preparamos para celebrar el día de los santos, que ellos son nuestros modelos, que no creemos en el triunfo de la muerte -y por eso no jugamos con calaveras- sino en el triunfo de la resurrección que es vida plenificada en el amor?

Otra cosa que distingue a Zaqueo del resto es que la muchedumbre sigue a Jesús posiblemente buscando ver milagros. Por el contrario, Zaqueo quiere verlo a Él. Es rico en dinero, pero anda en búsqueda de otra cosa. Recibir a Jesús en su casa, en la intimidad de la amistad, termina siendo su gran riqueza.

También hoy se juntan grandes multitudes cuando se trata de ver cosas extraordinarias, de presenciar milagros, de obtener favores, pero ¿nos distinguimos nosotros en querer verlo a Jesús, en abrirle la casa de nuestro corazón para recibirlo como amigo?

Por último, Zaqueo
nos enseña que el fruto de esta salvación que ha recibido es la alegría que lo impulsa a dar, a compartir sus bienes con los pobres. Renunció a buscar la riqueza de este mundo y es ahora rico en amor. Los que miran criticones no se sienten pecadores, no quieren renunciar a ser ricos en méritos propios y por eso posiblemente no serán capaces de dar nada a los otros.

Queridos hermanos, en la Misa que celebramos, también el cuerpo de Jesús se elevará ante nuestros ojos, recordándonos que subió al árbol de la cruz ante la multitud que se burlaba. Y todo eso para buscarnos. Hoy nos congrega, nos recibe en su casa, ¡que lo recibamos en la nuestra! Y que la alegría de tenerlo como amigo nos lleve a compartir con tantos pobres, en diversos aspectos, que están esperando nuestra generosidad.

¡Santo y feliz Domingo para todos!

«Jesús le dijo: 'Zaqueo, baja pronto;
porque conviene que hoy me quede yo en tu casa'.
Zaqueo se apresuró a bajar y le recibió con alegría. »

P. Daniel Gazze

Si sos cristiano, ¡¡¡QUE SE NOTE!!!


¡¡¡HACÉ QUE LA LUZ DE CRISTO
BRILLE EN ESTE DÍA!!!


En la víspera del Día de Todos los Santos, te proponemos que dialogues en tu casa sobre la vida de algún santo o santa, quienes por haber llegado ya junto al Padre Celestial, interceden por nosotros y nos ayudan en nuestro peregrinar. ¿Te animás?

La Fiesta de Todos los Santos

La Iglesia no puede contar la cantidad de santos en el cielo ya que son innumerables y por eso celebra la Fiesta de Todos los Santos. Solo se consideran para canonización unos pocos que han vivido la santidad en grado heroico. La canonización es para el bien de nosotros en la tierra y en nada beneficia a los santos que ya gozan de la visión beatífica (ven a Dios cara a cara). Los santos en el cielo son nuestros hermanos mayores que nos ayudan con su ejemplo e intercesión hasta llegar a reunirnos con ellos.

La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos en Cristo.

Los santos interceden por nosotros. En virtud de que están en Cristo y gozan de sus bienes espirituales, los santos pueden interceder por nosotros. La intercesión nunca reemplaza la oración directa a Dios, quien puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor. Dios ha querido constituirnos una gran familia, cada miembro haciendo el bien a su prójimo. Los bienes proceden de Dios pero los santos los comparten.

Los santos son modelos. Debemos imitar la virtud heroica de los santos. Ellos nos enseñan a interpretar el Evangelio evitando así acomodarlo a nuestra mediocridad y a las desviaciones de la cultura. Por ejemplo, al ver cómo los santos aman la Eucaristía, a la Virgen y a los pobres, podemos entender hasta dónde puede llegar el amor en un corazón que se abre a la gracia. Al venerar a los santos damos gloria a Dios de quien proceden todas las gracias.


sábado, 30 de octubre de 2010

Evangelio Ilustrado


¡Todos somos hijos de Dios!

Evangelio según San Lucas (19, 1-10)


(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)




Solemnidad de Todos los Santos


El próximo 1º de noviembre celebramos la Solemnidad de Todos los Santos. Es una fiesta que tiene un profundo sentido de fe y de esperanza para nuestra condición de peregrinos. El peregrino se reconoce protagonista del mundo que vive, pero su mirada tiene horizontes de plenitud porque sabe que en el futuro está lo definitivo. Por otra parte, este futuro para el peregrino cristiano no es incierto, sino que camina con la certeza de saber adonde va. Esto no significa que no tenga dificultades o que siempre vea con claridad.

Sabe que hay una meta, pero lo esencial es que conoce quién es el Camino. Ésta es su certeza. Esto no suprime la búsqueda del hombre, pero ha encontrado el camino que eleva su inteligencia y da sentido a su vida.

Esto es lo importante de la fe, antes de ser un conjunto de verdades nos introduce en una historia personal en la que Dios tiene la iniciativa, y en la cual Jesucristo es su momento definitivo. La fe nos introduce en esa verdad de Dios que nos involucra, porque somos su obra mayor. Ella nos abre a un diálogo con él que descubre el sentido de nuestras vidas pero, sobre todo, nos da la posibilidad de hacerlo realidad. La fe no nos muestra un camino y nos deja huérfanos. Tampoco es una respuesta puntual a cada problema, no es un recetario diría, sino una realidad nueva que nos ilumina y da sentido a nuestra vida. Caminar en la fe puede ser, incluso, caminar en la oscuridad, pero con la certeza de estar en un camino que tiene horizontes de una Vida Plena.

A esta Vida que tiene su fuente en Dios la llamamos santidad. Dios es Santo. El hombre ha sido creado para participar de esta vida divina, por ello decimos que la santidad es la vocación de todo hombre. En la Fiesta de Todos los Santos celebramos en primer lugar a Dios, fuente de la santidad, pero también a aquellos hermanos nuestros que en su vida han participado de esta vida de Dios. Algunos han sido reconocidos por la Iglesia y se nos proponen como ejemplo, otros han vivido igualmente esta dimensión de la presencia de Dios en sus vidas. Si tenemos que hablar en la Iglesia de una jerarquía, es decir, de quienes ocupan el lugar más destacado, tenemos que hablar de los santos. Son ellos el testimonio de la presencia viva de Dios en el mundo. Cuando se pierde de vista el orden de esta jerarquía, es decir, cuando Dios no ocupa el lugar central, la vida de la Iglesia se empobrece.

En la Misa de Todos los Santos leemos el evangelio de las Bienaventuranzas, en las que Jesucristo nos presenta el ideal de lo que podríamos llamar el estilo de vida de la santidad. Este ideal necesita de la presencia de él, en nosotros, como gracia. La vida cristiana no es voluntarismo, sino presencia activa de Dios. Jesucristo no sólo nos marca un camino, sino que se queda con nosotros para caminarlo juntos: "Bienaventurados, nos dice, lo que tienen alma de pobres, porque a ellos pertenece el Reino de los Cielos. Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados… Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Bienaventurados los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios, Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios…" (Mt. 5, 1-12).

Reconociendo esta presencia de Dios en tantos hermanos nuestros, que son la mayor riqueza de este mundo hermoso pero trágico, que es bueno pero con muchas heridas, les hago llegar junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor y María Santísima.


Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

viernes, 29 de octubre de 2010

Simón y Judas, hombres que cambiaron sus valores por Cristo

Ayer celebramos la memoria de los Apóstoles Simón y Judas, hombres que cambiaron sus valores al conocer a Jesús.

Vamos a contemplar en estos dos Apóstoles ese cambio profundo de vida. Son para nosotros los hombres que cambiaron sus valores políticos y religiosos por una vida al lado de Cristo basada en la humildad, en la mansedumbre y en el perdón.

Pertenecían según podemos saber al grupo de los zelotes, un grupo de judíos convencidos de su fe y de sus tradiciones, pero que combatían al opresor romano y esperaban un Mesías que los liberara de aquella opresión terrenal. Cristo les sale al paso, sin importarle su militancia y sus convicciones, y los invita a seguirle. Ello va a suponer un cambio de mentalidad, una conversión interior, un abandono de algo muy metido en sus corazones. Así, se convertirán con el tiempo en hombres que lucharán por liberar al hombre de otras esclavitudes distintas a las políticas: la esclavitud del pecado, la esclavitud de las pasiones, la esclavitud, sobre todo, del propio yo. En este contexto vamos a contemplar el cambio que lógicamente se tuvo que realizar en ellos.


Del odio al amor

Sabemos que los judío odiaban a los romanos. Aquello sólo era símbolo de una realidad que se repite en el corazón del hombre: el rencor, el odio, la acepción de personas. Al ser llamados por Cristo Judas y Simón empiezan a comprender que el Maestro centra su mensaje en el amor, en el perdón, en el olvido de las ofensas. Sin duda, en su interior tuvo que darse una revolución profunda, difícil, sangrante. Pero poco a poco empezó a entrar en ellos la comprensión de una nueva visión del hombre, no como enemigo, sino como hermano, hijo del mismo Padre, que ama a todos y hace salir el sol sobre buenos y malos. Así, el odio, el rencor, la venganza fueron desapareciendo y en su lugar se situaron la paz, la oración por los enemigos, el amor a los hermanos por amor a Cristo.


De la ira a la mansedumbre

Los zelotes emprendían campañas de acoso violentas contra los romanos, aunque casi siempre llevaron las de perder. Los movía el rencor, y el rencor engendra ira y violencia. Desde el principio Judas y Simón empezaron a escuchar del Maestro palabras de mansedumbre: "Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra" (Mt 5,4). ¡Qué difícil debió ser para ellos abandonar el camino de la ira para acercarse a los hombres con bondad, con respeto, con comprensión! Sin embargo, estamos seguros de que pronto comprendieron que aquel camino lograba mejores frutos en la relación entre los hombres. No les pedía Cristo que destruyeran su forma de ser, sino que emplearan para el bien aquella fuerza interior que un día usaron mal, porque la pusieron al servicio de sus pasiones.


Del Dios de la venganza al Dios del Amor

También Judas y Simón tuvieron que entrar por medio de Cristo, Dios hecho hombre, a la comprensión de un Dios distinto, un Dios que es Padre bondadoso, amable, bueno. Esta conversión debió ser dura para hombres que tenían una clara conciencia de ser parte del pueblo elegido y que precisamente rechazaban a los romanos porque éstos intentaban arrebatarles su fe, sus costumbres, sus tradiciones. Es curioso, pero Dios nos pide que amemos incluso a quienes lo odian a Él, a quienes lo persiguen en su Iglesia, a quienes parecen enemigos irreconciliables de la fe. Más aún, nos asegura que con el amor convenceremos al mundo de la autenticidad de nuestra fe.


A la luz del Evangelio de Cristo y del ejemplo de estos dos Apóstoles, nosotros, hombres de hoy, tenemos que revisar nuestra vida y decidir qué cambios debemos realizar para ser cristianos de verdad y no sólo de nombre. ¿Qué nos puede pedir Dios tomando como punto de referencia los valores de la humildad, de la pobreza y de la abnegación? Sin duda, podrían ser muchísimas cosas e, incluso, cada uno tendrá necesidades distintas. Sin embargo, vamos a repasar algunas de las exigencias contenidas en estos valores para nosotros, hombres, padres de familia, esposos, profesionales, miembros de la Iglesia.

# Dios nos pide, en primer, lugar un cambio de mentalidad. Con frecuencia nuestra mente, nuestra inteligencia, nuestra razón están prisioneras de lo material, de lo cotidiano, de lo intrascendente, de lo inmediato. Parecemos ciudadanos de una tierra sin horizontes y sin futuro. Nos parecemos a aquel hombre rico que, tras una buena cosecha, se construye unos grandes graneros y se invita a sí mismo a vivir bien (Lc 12, 16-21). ¡Cómo necesitamos levantar nuestra mirada a la eternidad, dar prioridad a lo espiritual, apreciar más las realidades importantes de la vida como la fe, la familia, la amistad! No nos resulta fácil esta liberación, porque además vivimos en una sociedad que sólo nos habla de bienestar, de comodidad, de éxito, de eficacia. Sin embargo, con los días y con los años vamos saboreando el sabor amargo de una vida que se encierra sobre sí misma sin horizontes y sin futuro.

Tenemos que decidirnos, pues, por dar prioridad al espíritu y a sus cosas sobre la materia, poniendo a Dios como centro de nuestra vida, y no a nosotros como centro de Dios. Tenemos que optar por la oración, por los sacramentos, por las prácticas religiosas en lugar de dejarlas relegadas por culpa de nuestras ocupaciones. Tenemos que ser hombres de vida interior más que de acción. Tenemos que defender más la familia que el trabajo. Tenemos que cuidar más la paz interior que las cuentas bancarias.


# Dios nos pide, en segundo lugar, un cambio de corazón. "Y les daré un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne" (Ez 36, 26). El corazón de piedra es ese corazón endurecido por el racionalismo, el orgullo, la autosuficiencia, la vanidad, el sentido de superioridad. Y el corazón de carne es ese otro corazón humilde, anclado en la fe, sencillo, sin complicaciones, cordial. Es muy necesario para nosotros los hombres abandonar esa falsa madurez que nos conduce frecuentemente a actitudes marcadas por el individualismo, la seguridad, la fuerza, pero que encierran tal vez posturas egoístas, cobardías inconfesables, miedo a la verdad. Tenemos que hacernos como niños. Tenemos que aceptarnos como limitados. Tenemos que aprender a equivocarnos sin rubores. Tenemos que decidirnos a pedir ayuda a los demás y a recibir de los demás con paz sugerencias, correcciones. Tenemos, en definitiva, que dejar los hábitos del hombre viejo para asumir los del hombre nuevo, creado a imagen de Cristo.

# Dios nos pide, en tercer lugar, un cambio de actitudes. Con frecuencia nuestra vida responde a un esquema que difícilmente alteramos con los años. Nos convencemos de unas prioridades que casi sacralizamos; nos instalamos en unas costumbres que no dejamos por ningún motivo; nos hacemos dueños de unos prejuicios que nadie nos hará cambiar; nos aficionamos a un estilo de vida que no nos complique nuestra relación con el entorno; nos ponemos unos límites para no dar más de nosotros mismos; nos diferenciamos de todos para poder vivir a gusto con nuestra mediocridad. Hay que cambiar en todos estos campos, tras los cuales se puede ocultar desde la pereza hasta la presunción, desde la mentira hasta la avaricia, desde la cobardía hasta la falsa prudencia.

Por el contrario, tenemos que abrirnos al cambio, abandonar prejuicios, convencernos de nuestras mentiras, romper con nuestros hábitos egoístas, abrir las puertas a una vida más marcada por los sentimientos y la afectividad. Y evidentemente todo ello para ser personas equilibradas, ricas interiormente, abiertas a la felicidad, pues Dios nos quiere así.

Autor: P Juan J. Ferrán | Fuente: Catholic.net

jueves, 28 de octubre de 2010

San Simón y San Judas Tadeo, Apóstoles

San Simón y San Judas aparecen siempre juntos en las relaciones de los Doce. Al Apóstol Simón se le denomina el Cananeo (Mc 3, 18) o Zelote (Lc 6, 15), probablemente porque había pertenecido al partido extremista de los Zelotes, que preconizaba la resistencia activa ante la dominación romana y llevaba a cabo de tiempo en tiempo ciertas operaciones de guerrilla.

Semejante pormenor revela la diversidad de opciones temporales a que habían podido estar adheridos los Apóstoles antes de ser elegidos por Jesús. Ahora bien, el Señor llama así y agrupa dentro de un mismo conjunto a unos hombres tan distintos como el publicano Mateo o el nacionalista Simón. El Reino de Jesús no es de este mundo. Pedirá a todos sin discriminación que sean sus testigos delante de los hombres.

En cuanto a Judas, a quien Lucas llama: «Judas, hijo de Santiago» (Lc.6, 18) y, tanto Marcos como Mateo, le añaden el sobrenombre de Tadeo (Mc 18), es aquél que, en la Última Cena declaró a Jesús: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?», cosa que le valió el recibir la gran promesa de la inhabitación divina en el alma de los fieles :«El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él». Porque este Judas -de tan ingrata homonimia- es el patrón de las causas desesperadas. Durante la antigüedad y casi toda la Edad Media fue un santo ignorado, quizá porque repelía su nombre por asociación con el del traidor, pero en el siglo XIV santa Brígida de Suecia contó en sus revelaciones que el Salvador le había instado a dirigirse con confianza a san Judas, y desde entonces pasó a tener una gran veneración. Muy poco se sabe de él por la Escritura: que fue uno de los Doce, tal vez hermano de Santiago el Menor, citado en la lista apostólica en penúltimo lugar, inmediatamente antes del traidor. Se supone que tras la muerte de Jesús predicó el cristianismo en Siria y Mesopotamia, y quizá murió en Persia con san Simón, martirizado a golpes de maza. Siglos atrás sus reliquias se veneraban en Reims y Toulouse, y su culto llegó a ser muy popular en Polonia.


Oración

Dios nuestro, que quisiste que te conociéramos por la predicación de los apóstoles, concédenos, por la intercesión de los Santos Simón y Judas, que tu Iglesia siga creciendo en el mundo, acogiendo continuamente en su seno a nuevos pueblos que vengan a la fe en ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El Episcopado lamentó profundamente la muerte del ex presidente



Buenos Aires, 27 Oct. 10 (AICA)

Bergoglio saluda a Kirchner al termino de un Tedeum

Bergoglio saluda a Kirchner al termino de un Tedeum

Nestor Kirchner

Néstor Kirchner

La Conferencia Episcopal Argentina manifestó hoy su “dolor” y “lamentó profundamente” la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, quien falleció esta mañana en forma sorpresiva tras sufrir un doble infarto masivo en El Calafate.

“Expresamos nuestro dolor y lamentamos profundamente su deceso”, dijo a AICA el vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, presbítero Jorge Oesterheld. El portavoz episcopal indicó, además, que “los obispos argentinos y toda la Iglesia rezan por su eterno descanso, por la Presidenta (Cristina Fernández) y su familia”.

El presbítero Oesterheld adelantó que la Conferencia Episcopal Argentina, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, enviará, en las próximas horas, una nota de condolencias a las autoridades nacionales.



lunes, 25 de octubre de 2010

El adiós a un pastor comprometido

Pbro. Gabriel Cristián Carrón

Nos sumamos al hondo pesar provocado en la sociedad santafesina por la noticia del fallecimiento del Padre Gabriel Carrón, pastor comprometido con los más pobres entre los pobres.


Nació el 9 de febrero de 1938, en el cantón del Valais, Suiza.

Fue ordenado sacerdote en la Localidad de Sion, Diócesis de Ully, Suiza.

Había llegado a Santa Fe en el año 1973, siendo recibido por el entonces Arzobispo Mons. Vicente Zazpe.

Desde entonces desarrolló su ministerio pastoral en zonas marginadas de la ciudad.

En nuestro medio estaba a cargo de la Capilla San Jerónimo de San Jerónimo del Sauce.

Fue Delegado Episcopal para la Pastoral Penitenciaria y la Pastoral de la Infancia en Riesgo.

Su desempeño abarcó tareas pastorales a nivel nacional y latinoamericano llegando a visitar las unidades carcelarias más importantes de los países del cono sur.


Sus restos son velados en la sede de la Pastoral Penitenciaria, San Jerónimo 3139, Santa Fe, hasta mañana a las 10 hs., momento en que serán trasladados hacia la localidad de San Jerónimo del Sauce.


Mañana, a las 16 hs. tendrá lugar la Santa Misa Exequial presidida por el Arzobispo Mons. José María Arancedo y concelebrada por el presbiterio santafesino, en la Capilla de San Jerónimo del Sauce.


Que el Señor lo reciba en sus brazos y que brille para él la luz que no tiene fin.


Les acercamos una entrevista realizada al P. Carrón, por Radio Suiza Internacional, en julio del 2010.


El Papa convoca a un Sínodo sobre la Nueva Evangelización



Ciudad del Vaticano, 25 Oct. 10 (AICA)

El papa Benedicto XVI convocó este domingo a una próxima Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, en 2012, sobre el tema “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana".

El Pontífice explicó que en el reciente Sínodo de los Obispos de Medio Oriente “se subrayó a menudo la necesidad de volver a proponer el Evangelio a las personas que lo conocen poco, o que incluso se alejaron de la Iglesia”.

“A menudo –prosiguió– se evocó la urgente necesidad de una evangelización también para Oriente Medio. Se trata de un tema muy difundido, sobre todo en los países de antigua cristianización”.

Por último, Benedicto XVI precisó que “también la reciente creación del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización responde a esta profunda exigencia”. +

domingo, 24 de octubre de 2010

Homilía Dominical

Domingo XXX del TO - Ciclo C

Lecturas

Si 35, 15-17. 20-22
2 Tim 4, 6-8.16-18
Lc 18, 9-14


Queridos hermanos:

Como el Domingo pasado, también hoy Jesús quiere enseñarnos a orar bien. La parábola nos habla de dos personajes que van a rezar al Templo: un fariseo altanero y contento con sus méritos que desprecia al segundo de ellos, un publicano que no pudiendo confiar en sus méritos se golpea el pecho pidiendo la misericordia de Dios. De estos dos, nos dice el Señor, sólo el segundo rezó bien.

¿Por qué? Porque -y he aquí otra característica esencial de la oración cristiana- no se puede abrir el corazón a Dios y tenerlo cerrado para los otros. No puedo recibir el amor del Padre y despreciar al que es valioso para Él, simplemente porque lo creó para ser su hijo y le ofrece la cruz de Jesús como rescate.

Los monjes de la Iglesia de los primeros siglos entendieron muy pronto ésto. Para crecer en su unión con Dios era indispensable no juzgar, no despreciar al hermano. Se comienza por callar, por no hablar mal del otro, pero hay que llegar al corazón. Y para esto es preciso conocerse: desprecia a los demás el que no se conoce a sí mismo. El que no tiene conciencia de las fuerzas oscuras que palpitan en su interior. El que no se da cuenta de que lo bueno que tiene es fruto, no de sus méritos, sino del paciente trabajo de la misericordia de Dios que nos renueva a cada instante.

Uno de estos monjes, de un monasterio de Palestina en el siglo VI, Doroteo de Gaza, resumió el tema en una célebre enseñanza impartida a sus hijos espirituales titulada "La acusación de sí mismo". Para llegar a la paz del corazón hay que primero acusarse a sí mismo. No en el sentido masoquista de pensar que yo tengo la culpa de todo y los demás son buenos, sino en el darme cuenta de que yo soy el primer necesitado en dejarme pacificar por la misericordia de Dios, para poder luego proyectarla sobre los otros y ayudarlos en el camino de su conversión.

En este mes de la familia pensemos, ¡cómo cambiarían tantas situaciones si somos capaces de renunciar a esa actitud -tan de moda en nuestros días- de echarnos culpas los unos a los otros para reconocernos también nosotros responsables del mal, dejarnos perdonar por Dios y ofrecer el perdón a los otros! ¡Qué paz iría inundando nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra patria!

Al comenzar la Misa solemos imitar la conducta del publicano, nos golpeamos el pecho y decimos: "he pecado mucho... por mi culpa, por mi gran culpa". ¡Que lo digamos de corazón! Y también renunciamos a despreciar a los demás y, en cambio, pedimos que intercedan por nosotros: "ruego... a ustedes hermanos que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor". Que también sea verdad, ¡que intercedamos los unos por los otros! Para que después podamos llenarnos de la paz de Jesús y unidos a Él exclamar: ¡Padre nuestro! ¡Feliz y santo domingo para todos!


«Todo el que se enaltece será humillado
y el que se humilla será enaltecido»


sábado, 23 de octubre de 2010

Evangelio Ilustrado


¡Una buena oración!

Evangelio según San Lucas (18, 9-14)


(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)




La oración


Uno de los aspectos centrales en la vida del cristiano es la oración. Es el mismo Jesucristo quien, recogiendo la rica tradición orante de la Biblia, nos habla de la oración como expresión superior en la relación hombre-Dios. Es más, para Él, los momentos más significativos de su vida fueron momentos de oración, de encuentro con su Padre. En un sentido, es la oración la que nos introduce en la verdad profunda de lo que somos.

En ella descubrimos esa primera relación de nuestra condición de criaturas, con su grandeza y sus límites. No somos dioses, ni simples miembros del mundo de la naturaleza; somos seres espirituales únicos, dotados de inteligencia y capacidad de amar. Por ello la oración al descubrirnos en esta verdad de seres espirituales y darnos la certeza de un diálogo posible con Dios, nos muestra un mundo nuevo. La oración nos libera de la angustia de la soledad, porque nos abre a un diálogo con Dios en el que se expresa nuestra vocación trascendente. Ella no es un agregado a la vida del hombre, sino un signo de su dimensión espiritual.

Es significativo que los discípulos no le pidan grandes cosas a Jesús, sino algo simple: "Señor, enséñanos a orar" (Lc. 11, 1), que es como decirle "danos lo importante", es decir, aquello que nos permita dar sentido a nuestra vida. Por ello, cuando una madre enseña a rezar a su hijo lo está introduciendo en esa verdad profunda del hombre como ser espiritual. Le está dando lo más importante. La oración no es tanto una cuestión piadosa, cuanto una verdad antropológica en la que el hombre se descubre. Este domingo en la liturgia leemos un pasaje del evangelio de san Lucas, en el que Jesús nos advierte sobre la actitud con la cual debemos orar. Nos va a hablar de la humildad, como actitud básica que tiene su fuente en esa verdad de nuestra relación de criaturas frente a Dios, y que se debe vivir y expresar en nuestra relación de amor hacia los demás. Podríamos decir que la fe que nos introduce en ese diálogo con Dios, tiene que hacerse camino de caridad con nuestros hermanos.

"Dos hombres subieron al Templo para orar, dice Jesús, uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo oraba en voz alta diciendo: Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás…., ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de mis entradas. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia… se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador! Les aseguro, concluye Jesús, que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero" (Lc. 18, 9-14). Como vemos, el camino de la oración que nos presenta Jesús no se construye con grandes cosas sino con actitudes simples, como es el espíritu de fe y la sencillez de corazón. Lo simple de la pobreza espiritual y la humildad, son las actitudes básicas que permiten ese diálogo fecundo con Dios que nos abren a una Vida Nueva, que es causa de nuestra liberación y santidad.

Deseándoles un buen fin de semana en compañía de su familia y amigos, les hago llegar junto a mi afecto y oraciones, mi bendición de Padre y amigo.


Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

viernes, 22 de octubre de 2010

¿Rezás el Rosario?




Te proponemos que visites este sitio, donde podrás encontrar el Rosario online, rezado por Juan Pablo II.

¡¡¡SUMATE!!!

jueves, 21 de octubre de 2010

La UCSF presentará el nuevo Instituto para el Matrimonio y la Familia



La Universidad Católica de Santa Fe invita a la conferencia "La familia, fuente de la educación en valores" a cargo del Dr. Julio César Labaké en el marco del Acto de Presentación del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la Universidad Católica de Santa Fe. La cita es el viernes 22 de Octubre a las 19 hs en el salón de Actos, aula 1:28, de la Universidad, Echagüe 7151.

En una entrevista realizada por un medio local, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que en octubre celebramos el Mes de la Familia, institución que aseguró “hace al nivel de vida de la sociedad”, porque tomando en cuenta “el lugar y valoración que la familia ocupa en una comunidad podemos conocer su presente, pero sobre todo intuir su futuro”.

"La familia, fuente de la educación en valores", su disertante, el Dr. Julio César Labaké es Doctor en Psicología Social. Psicoterapeuta, conferencista y escritor. Miembro de Número de la Academia Nacional de Educación y miembro honorario del Instituto de Filosofía de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Autor de más de 40 libros. Ha sido Director Nacional de Educación Superior y luego Director de Formación y Capacitación Docente del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Ha expuesto, además de la Argentina, en México, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Senegal, Chile, Brasil y España.


miércoles, 20 de octubre de 2010

Benedicto XVI creará 24 nuevos cardenales

Ciudad del Vaticano, 20 Oct. 10 (AICA)

Benedicto XVI creó 24 nuevos cardenales

Benedicto XVI creó 24 nuevos cardenales

El papa Benedicto XVI anunció hoy, al finalizar la audiencia general en la Plaza de San Pedro, que el próximo 20 de noviembre, en vísperas de la solemnidad de Cristo Rey, celebrará un consistorio, el tercero de su pontificado, en el que creará 24 nuevos cardenales, 20 de los cuales podrán ser electores en un futuro cónclave.
“Y ahora, con alegría -dijo el Papa-, anuncio que el próximo 20 de noviembre celebraré un Consistorio en el cual nombraré nuevos miembros del Colegio Cardenalicio. Los cardenales tienen la tarea de ayudar al Sucesor del Apóstol Pedro en el cumplimiento de su misión de principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de la fe y de la comunión en la Iglesia”.

“En la lista de los nuevos purpurados -agregó- se refleja la universalidad de la Iglesia. Ellos, en efecto, provienen de varias partes del mundo y desarrollan tareas diferentes al servicio de la Santa Sede o en contacto directo con el Pueblo de Dios en calidad de padres y pastores de Iglesias particulares. Los invito a rezar por los nuevos cardenales, pidiendo la particular intercesión de la Santísima Madre de Dios, para que desarrollen con fruto su ministerio en la Iglesia”.

Entre los nuevos purpurados no hay argentinos, pero sí dos latinoamericanos. Se trata de monseñor Raúl Eduardo Vela Chiriboga, arzobispo emérito de Quito, Ecuador, y de monseñor Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida (Brasil) y actual presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Del total de los 24 cardenales, diez son italianos, cuatro africanos, dos iberoamericanos, un asiático, dos estadounidenses y el resto europeos. Hay varios integrantes de la Curia Romana.

Los nominados para la púrpura cardenalicia son:

1. Mons. Angelo Amato, SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

2. Su Beatitud Antonios Naguib, patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto).

3. Mons. Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum".

4. Mons. Francesco Monterisi, arcipreste de la Basílica papal de San Pablo Extramuros.

5. Mons. Fortunato Baldelli, penitenciario mayor.

6. Mons. Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.

7. Mons. Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

8. Mons. Paolo Sardi, vicecamarlengo de la Santa Iglesia Romana.

9. Mons. Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero.

10. Mons. Velasio De Paolis, C.S., presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede.

11. Mons. Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura.

12. Mons. Medardo Joseph Mazombwe, arzobispo emérito de Lusaka (Zambia)

13. Mons. Raúl Eduardo Vela Chiriboga, arzobispo emérito de Quito (Ecuador).

14. Mons. Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo).

15. Mons. Paolo Romeo, arzobispo de Palermo (Italia).

16. Mons. Donald William Wuerl, arzobispo de Washington (Estados Unidos).

17. Mons. Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida (Brasil).

18. Mons. Kazimierz Nycz, arzobispo de Varsovia (Polonia).

19. Mons. Albert Malcolm Ranjith Patabendige Don, arzobispo de Colombo (Sri Lanka).

20. Mons. Reinhard Marx, arzobispo de Munich y Freising (Alemania).

Además, el Sumo Pontífice decidió elevar al cardenalato a cuatro prelados mayores de 80 años, por lo tanto no serán electores, reconociéndoles sus méritos al servicio de la Iglesia. Son:

1. Mons. José Manuel Estepa Llaurens, arzobispo ordinario militar emérito para España.

2. Mons. Elio Sgreccia, presidente emérito de la Pontificia Academia para la Vida.

3. Mons. Walter Brandmüller, presidente emérito del Pontificio Comité de Ciencias Históricas.

4. Mons. Domenico Bartolucci, Maestro director emérito de la Capilla Musical Pontificia Sixtina.

Tras el Consistorio, el Colegio Cardenalicio estará formado por 203 cardenales de los cuales 121 serán electores.+

martes, 19 de octubre de 2010

Oración a la Sagrada Familia


Oración a la Sagrada Familia
de S.S. Pablo VI

Sagrada Familia de Nazaret:
enséñanos el recogimiento, la interioridad;
danos la disposición de escuchar las buenas inspiraciones
y las palabras de los verdaderos maestros;
enséñanos la necesidad del trabajo,
de la preparación, del estudio,
de la vida interior personal, de la oración
que sólo Dios ve en lo secreto;
Enséñanos lo que es la familia,
su comunión de amor,
su belleza simple y austera,
su carácter sagrado e inviolable.

Amén

lunes, 18 de octubre de 2010

Un millón de niños junto a María



Hoy, lunes 18 de octubre, los niños del mundo se unen en oración con el rezo del Rosario para pedir por la unión y la paz de las familias en el país y en el mundo entero.

El objetivo concreto es rezar por "la paz interior y por la paz y la unión en nuestras familias, en nuestro país y en el mundo entero” y, además de los católicos, también los niños de otras religiones fueron invitados a participar a través de sus propias oraciones.

Esta propuesta es impulsada desde 2005 por el Consejo de Laicos de Venezuela e imitada en otros países por iniciativa de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, y la campaña internacional recibió numerosas adhesiones de instituciones, colegios y grupos de niños que se sumarán a la iniciativa desde el lugar en el que se encuentren y en el horario en el que les sea más conveniente.

San Lucas, Evangelista

Nadie ha merecido como San Lucas el título de "Evangelista", de "mensajero de la Buena Nueva"; no ya porque el historiador de Cristo, en el tercer Evangelio, se convierte enseguida en los Hechos de los Apóstoles en el historiador de la Iglesia naciente, de la difusión del mensaje cristiano al mundo, sino, ante todo, porque anuncia el mensaje de salvación como un auténtico himno de acción de gracias, de alegría y de optimismo.

Lucas no minimiza nunca la Cruz -a él se debe la descripción más detallada de la agonía de Jesús- pero en él predomina el gozo: desde el nacimiento de Juan, con el cual "muchos se alegrarán" a la evocación de los discípulos, que tras la Ascensión "volvieron a Jerusalén con gran alegría", pasando por el relato de la pecadora perdonada y del hijo pródigo, todo en él es un triunfo de la vida y del amor. Los Hechos están bañados por la misma luz: "...los creyentes celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón..." (Hch 2, 46). "...En el grupo de creyentes todos pensaban y sentían lo mismo...." (Hch 4, 32).

Lucas, que se unió fielmente al alma de San Pablo y permaneció junto a él aún en sus cadenas, el cantor de la mansedumbre de Cristo -como le llama el Dante-, captó desde el principio el universalismo del mensaje de amor que Jesús había confiado a los suyos.

El Salvador que nos presenta este hombre llegado del paganismo es claramente "luz para alumbrar a las naciones". (Lc 2,32) El único de los evangelistas que no era judío, sino gentil, quizá natural de Antioquía y que fue médico de profesión. Discípulo de san Pablo (quien le alude en la carta a los colosenses como «...Lucas, el médico amado....»), le acompañó en sus viajes y tal vez se encontraba con él en Roma cuando sufrió martirio; poco más se sabe, aparte de que escribió el tercer evangelio y los Hechos de los apóstoles.

Según remotas tradiciones, después de la muerte de Pablo predicó la buena nueva en Egipto y en Grecia, y debió de morir en este último país, crucificado en Patras, como algunos suponen. Su símbolo es el buey, porque su evangelio empieza con el sacrificio de Zacarías en el Templo, y desde tiempo inmemorial es patrón de médicos y cirujanos.

Como evangelista tiene un rasgo muy peculiar sin duda debido a su condición de gentil que escribía para cristianos de cultura griega, hace muy pocas referencias a la ley mosaica y es el que más insiste en el alcance universal de la salvación, mostrándose también en eso fiel discípulo de san Pablo.

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El Evangelio según San Lucas

El autor del tercer Evangelio, San Lucas, el médico, era un sirio nacido en Antioquía, de una familia pagana. Tuvo la gracia de convertirse a la fe de Jesucristo y encontrarse con San Pablo, cuyo fiel compañero y discípulo fue por muchos años, compartiendo con él hasta la prisión en Roma.

Según su propio testimonio (1, 3), Lucas se informó "...de todo exactamente desde su primer origen ...". No cabe duda de que una de sus principales fuentes de información fue el mismo Pablo y es muy probable que recibiera informes también de la Santísima Madre de Jesús, especialmente sobre la infancia del Señor, que Lucas es el único en referirnos detalladamente.

Él es, pues, precisamente por sus noticias sobre el Niño y su Madre, el Evangelista por excelencia de la Virgen. Pero Lucas posee además una característica muy llamativa que ha dado origen a una curiosa leyenda: es el que más habla de la Virgen, quizá porque la trató personalmente (por ejemplo, es el único que cuenta la Anunciación), y de ahí que atribuyéndosela habilidades de pintor se supusiese que pintó un retrato de Nuestra Señora.

Aunque los supuestos retratos sean muy tardíos (el más famoso, que se conserva en la Capilla Paulina de Santa María la Mayor de Roma, es un icono del siglo XII), los pintores le tienen también por patrón celestial y se encomiendan a él como al artista que tuvo el máximo modelo de hermosura humana.

Lucas es llamado también el Evangelista de la misericordia, por ser el único que nos trae las parábolas del hijo pródigo, de la dracma perdida, del buen samaritano, etc. Éste tercer Evangelio fue escrito en Roma à fines de la primera cautividad de San Pablo, o sea entre los años 62 y 63. Sus destinatarios son los cristianos de las Iglesias fundadas por el Apóstol de los gentiles, así como Mateo se dedicó más especialmente à mostrar à los judíos el cumplimiento de las profecías, realizadas por Cristo.

Por eso, El Evangelio de San Lucas contiene un relato de la vida de Jesús que podemos considerar el más completo de todos y hecho à propósito para nosotros los cristianos de la gentilidad.

Se afirma que Lucas evangelizó Acaya y Bitinia, donde habría sellado con su sangre la verdad del Evangelio.






Oremos


Señor Dios, que elegiste a San Lucas para que, con su predicación y sus escritos, revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos los pueblos lleguen a contemplar a tu Hijo, Salvador del mundo. Amén

domingo, 17 de octubre de 2010

¡¡¡Gracias por tanto amor!!!

Que María,
modelo de madre en la entrega y el servicio,
bendiga a todas las madres en su día.



¡¡¡ MUY FELIZ DÍA !!!


P. Daniel Gazze

Homilía Dominical

Domingo XXIX del TO - Ciclo C

Lecturas

Ex 17, 8-13
2 Tim 3, 14 - 4,2
Lc 18, 1-8


Queridos hermanos:

En el Evangelio de este domingo Jesús quiere enseñarnos que tenemos que orar siempre sin desanimarnos. La oración es esa dimensión existencial esencial a nuestra fe. Creemos en un Dios que es Amor, y el amor busca y exige el encuentro. ¿Busco este encuentro con mi Padre del cielo? ¿Comparto mi vida con Jesús, mi hermano y amigo? ¿Invoco al Espíritu para que me inflame en amor de hijo y de hermano?

Si las respuestas a estas preguntas son negativas, ¿puedo decir que tengo fe? Quizá puedo afirmar a nivel intelectual una serie de verdades, pero... ¿tengo fe? No en vano en el texto de hoy Jesús termina con una pregunta que nos asusta: ¿cuando venga el Hijo del hombre, encontrará fe sobre la tierra?

Y si las respuestas son positivas, entonces se trata de perseverar. Hay amenazas a esa perseverancia que nos resultan bastantes conocidas: no rezamos porque no hay tiempo; porque estamos cansados y nos dormimos; etc. No somos constantes en esa oración por excelencia que es la Misa del Domingo porque hay otras cosas por hacer, porque nos aburrimos, porque no lo sentimos, etc. Amenazas que si nos decidimos, con la gracia de Dios y un poco de esfuerzo, podemos vencer con relativa facilidad.

Pero la parábola de hoy nos pone ante una situación mucho más difícil. ¿Cómo es posible perseverar en la oración cuando me parece aquél a quien le pido no me escucha? ¿Cómo continuar creyendo si, a pesar de que me "porto bien", las cosas me van mal? ¿Cómo buscar fuerzas en la oración cuando tengo la tentación de pensar que Dios es parecido a ese juez de la parábola a quien no le importa nada de los otros? Jesús nos invita a insistir.

Dios es Padre. Y hoy que es el día de la madre, podemos decir que tiene también en sumo grado los sentimientos maternos. "¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas?", dice Isaías 49,15. Dios no puede olvidarse, Él siempre escucha, Él es el más interesado en darnos: "si ustedes que son malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo..." (Lc 11,13).

Los santos experimentaron bastante este tipo de situaciones en las que parece que Dios no está, no escucha. Y, sin embargo, pasado el tiempo descubrieron que sí estaba junto a ellos, labrando sus corazones para que amaran más y para plenificarlos con más frutos todavía.
Santa Teresita, a quien celebramos el primer día de este mes, se comparaba con un pajarito que a veces se sentía embestido por una tormenta, al que no le parecía que pueda existir otra cosa que las nubes que lo rodeaban. A pesar de ello, encontraba una gran alegría en seguir mirando a ese Sol del amor de Dios, en esos momentos oculto a su fe.

Jesús, que nos da esta enseñanza, es Él mismo el mejor ejemplo de perseverancia en la oración, exclamando con un grito en el momento de su muerte: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"(Lc 23,46). El día de Pascua nos dice que el Padre escuchó su oración y recibió su entrega confiada.

Queridos hermanos, que el Aleluia de la Misa en el día de la resurrección del Señor nos llene de esperanza: el Padre nos escucha siempre, y más todavía cuando nos reunimos como familia suya.
Que María esté junto a nosotros como en el Cenáculo, nos ayude a perseverar en la oración y bendiga a todas nuestras madres.




«Orar siempre, sin desanimarse.»

P. Daniel Gazze

sábado, 16 de octubre de 2010

Día de la Madre


Durante el mes de octubre dedicado a la Familia ocupa un lugar destacado el Día de la Madre. No es casual esta relación celebrativa. En ambos casos se da una relación única e irrepetible respecto al don de la vida. Es cierto, podemos distinguir la maternidad de la familia. Lamentablemente, en muchos casos, la madre asume en soledad esta doble misión. Es el mismo ámbito de la vida naciente el que reclama de su complementación, por ser el modo ideal en que debe vivirse y educarse.

La vida no sólo reconoce su origen en esta complementariedad del hombre y la mujer, sino que su crecimiento tiene, en esa doble presencia, la forma ideal de su desarrollo. Es la misma vida la que necesita de la presencia de esta riqueza.

Para ellas la maternidad es expresión de amor y entrega. Pero no es justo, sin embargo, que nos quedemos sólo en palabras de admiración y afecto, sino que es importante reconocer la maternidad a nivel de sociedad. Esto conlleva una política que acompañe e implemente condiciones que hagan de la misión de ser madre una realidad valorada en el desarrollo social de la comunidad. No tengamos temor de hablar de la maternidad como una vocación propia de la mujer. Ello no niega otras funciones o roles de la mujer, que ciertamente la enriquecen y nos enriquecen como sociedad. Creo, por ello, que considerar a la maternidad como un valor, incluso un ideal en la vida de la mujer, es signo de una cultura madura y responsable. Es más, creo que es la mejor noticia para ir creando un futuro en un nivel más humano y espiritual.

Esto debe estar presente, de modo especial, en la necesaria educación sexual que se debe impartir en las escuelas desde los niveles iniciales. Ser madre, ser mujer, no es sólo una cuestión biológica, aunque tenga en ello su fundamento natural, sino un camino, un llegar a ser mujer y madre. La aptitud y disposición física, como la apertura psicológica y espiritual del hombre y de la mujer deben ser iluminadas y acompañadas en el desarrollo significativo de su identidad sexual. Estos temas, lejos de todo planteo ideológico o de mera confrontación, requieren a nivel de padres, docentes, como de las mismas autoridades educativas, de una serena reflexión y respeto, porque hacen a cuestiones que tienen profundas raíces en el campo antropológico, cultural como religioso. No se puede arrogar el Estado un derecho que no le corresponde primariamente. No es el Estado el sujeto de los derechos, sino la persona humana en su dignidad y libertad.

Como todo hijo agradecido y deudor del cariño y formación de una madre, quiero unir en este día mi oración a la de ustedes, queridos hermanos, para recordarlas y pedir a Dios por ellas. Reciban de su Obispo junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor y Nuestra Madre de Guadalupe.



Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

jueves, 14 de octubre de 2010

El episcopado argentino llama a priorizar el derecho a la vida



Buenos Aires, 14 Oct. 10 (AICA)
Comisión Ejecutiva del Episcopado

“Como pastores y ciudadanos, queremos reafirmar, en este camino del Bicentenario y de modo especial durante el 2011, la necesidad imperiosa de priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones, poniendo especial atención en los niños por nacer, como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidad”, dijo la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, en una declaración titulada “2011: El Año de la Vida”.

“Estamos convencidos de que no podremos construir una Nación que nos incluya a todos si no prevalece en nuestro proyecto de país el derecho primario de toda persona sin excepción: el derecho a la vida desde la concepción, protegiendo la vida de la madre embarazada, y, potenciando el vínculo madre-hijo a fin de cuidar su calidad de vida hasta la muerte natural. Debemos encontrar caminos para cuidar la vida de la madre y del hijo por nacer, y así, salvar a los dos”, subrayaron.

Los obispos alentaron “a todos los argentinos a realizar una opción sincera, madura y comprometida por la vida garantizando la protección de este derecho fundamental sin el cual no podremos edificar el país que anhelamos”.

Texto de la declaración


El Santo Padre ha convocado a una vigilia de oración por la vida naciente, a realizarse el 27 de noviembre al comenzar el tiempo del Adviento, para agradecer al Señor que, con el don total de sí mismo, ha dado sentido y valor a toda vida humana y para invocar su protección sobre cada ser humano llamado a la existencia.

Como afirmamos en el documento "Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad", cuando hablamos del don de la vida, regalo sagrado de Dios a los hombres, "nos referimos a la vida de cada persona en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural" y en todas sus dimensiones: física, espiritual, familiar, social, política, religiosa, etc.

La persona humana, portadora de vida, es "necesariamente fundamento, causa y fin de todas las instituciones sociales" y es en este sentido que la Iglesia ha buscado siempre, en su accionar, la promoción de la dignidad de la persona y la protección de los derechos humanos como sustento imprescindible y constitutivo de todo orden social.

Por eso, como pastores y ciudadanos, queremos reafirmar, en este camino del Bicentenario y de modo especial durante el 2011, la necesidad imperiosa de priorizar en nuestra patria el derecho a la vida en todas sus manifestaciones, poniendo especial atención en los niños por nacer, como en nuestros hermanos que crecen en la pobreza y marginalidad.

Estamos convencidos de que no podremos construir una Nación que nos incluya a todos si no prevalece en nuestro proyecto de país el derecho primario de toda persona sin excepción: el derecho a la vida desde la concepción, protegiendo la vida de la madre embarazada, y, potenciando el vínculo madre-hijo a fin de cuidar su calidad de vida hasta la muerte natural. Debemos encontrar caminos para cuidar la vida de la madre y del hijo por nacer, y así, salvar a los dos.

Alentamos, entonces, a todos los argentinos a realizar una opción sincera, madura y comprometida por la vida garantizando la protección de este derecho fundamental sin el cual no podremos edificar el país que anhelamos.

Chile vivió una jornada de Pascua


Tras el último “resucitado”, un repique de campanas alegró al país

SANTIAGO DE CHILE, jueves 14 de octubre de 2010 (ZENIT.org).-

Durante el rescate de los 33, a boca de mina, no hubo una palabra más pronunciada que esta: Dios. Hasta el presidente Piñera la invocó varias veces. La Iglesia se mantuvo en vigilia, en un segundo plano, en muchas iglesias del país, orando por el buen éxito de la operación San José. La Conferencia Episcopal chilena calificó este día como “una jornada de Pascua”.

La palabra “Dios” se pronunciaba con fuerza en el campamento Esperanza cuando los mineros salían a la superficie. La señal de la cruz en la frente y la oración agradecida marcaron el miércoles 13 de octubre, en una operación San Lorenzo, que duró la mitad de lo programado.

Al ver, el éxito del feliz viaje de ida y vuelta de la cápsula Fénix 2 y el buen comportamiento del ducto abierto por la tuneladora en roca viva, cada rescate acortaba minutos.

“Mientras en distintos puntos del país se realizan vigilias de oración que concluirán con el rescate del último minero, un pueblo agradecido y emocionado ha seguido al detalle la operación San Lorenzo, como se ha bautizado este rescate en homenaje al diácono y mártir, patrono de los mineros”, señalaban los obispos de Chile en una nota.

En medio del rescate, los obispos invitaban a las comunidades “a mantenerse en oración y a dar gracias al Dios de la vida por este momento pascual del que somos testigos”.

En Santiago, el cardenal Francisco Javier Errázuriz iniciaba la vigilia por el éxito del rescate con una eucaristía concelebrada que se prolongó hasta que el último minero, Luis Urzúa, salió a la luz.

“Con nuestra oración queremos estar unidos a estos 33 mineros y a sus familias, precisamente unidos en la oración, implorándole al Señor que los pueda traer a la superficie a todos ellos, que no tengan ningún contratiempo con su salud una vez que salgan y que esta vida, que para ellos será una vida nueva que comienza, cuente en todo momento con toda la bendición de Dios. Que sea una vida de familia, muy feliz. Queremos rezar por este rescate y al mismo tiempo por la vida que comienza en ellos”, señaló el cardenal Errázuriz al inicio de la celebración.

En la homilía, monseñor Cristián Contreras reflexionó, desde Juan 3, 1-8, sobre la experiencia. Recordó todo lo vivido por el pueblo chileno hasta este día y afirmó, que al saber que estaban con vida: “Se difundió incluso más rápido que las desgracias y los escándalos que suelen copar las portadas”.

Las buenas noticias son Noticia: “No sólo estaban vivos, sino que en un primer contacto, preguntaron por la suerte de otros trabajadores que estaban en la mina al momento del colapso: una lección de solidaridad y de auténtica chilenidad”, añadió.

“Hombres y mujeres, niños y ancianos, familias enteras salieron a celebrar a las calles, se juntaron en plazas públicas, y desde las alturas de los edificios se escuchaba a personas clamando: “¡Están vivos, están vivos!, ¡Milagro! ¡Gracias a Dios!”, recordó.

“Todos querían proclamarla [la Buena Nueva], todos querían comentarla, todos se alegraron y se conmovieron con el anuncio de que la vida había triunfado sobre los peores pronósticos de muerte y tragedia”, subrayó.

Identificó la imposibilidad de contener el gozo como un ejemplo de lo que los obispos latinoamericanos identificaron en Aparecida (nº 14) como un desborde de gratitud y alegría: “Aquella actitud natural y fundamental a partir de la cual los cristianos estamos llamados a comunicar por doquier el don de nuestro encuentro con Jesucristo”.

La eucaristía culminó pasada la medianoche, cuando el primer minero, Florencio Ávalos, llegaba a la superficie. El cardenal Errázuriz pudo ver ese emotivo instante desde un equipo móvil ubicado en la Plaza de Armas de la capital, en compañía de los obispos, vicarios y sacerdotes que concelebraron la misa, además de numerosos transeúntes que se encontraban en el lugar.

El grupo daba gracias a Dios por el milagro. Fue entonces cuando el rezo del Padre Nuestro se mezcló con sonoros vítores a Chile, y las campanas de la parroquia El Sagrario repicaron anunciando la buena noticia a la ciudad.

La vigilia de oración siguió hasta que el último izado del fondo de la roca subió a la superficie. Monseñor Cristián Precht, vicario general de Pastoral del Arzobispado de Santiago, invitó a los fieles de la capital a ir a orar a la parroquia El Sagrario por el éxito final del rescate.

Por su parte, el obispo de Copiapó, desde el inicio de la operación San José invitó a todas las comunidades a acompañar con la oración a los familiares en el campamento Esperanza. “En estos cruciales momentos, debemos mantener la esperanza y seguir acompañando en la oración y la fe” señaló monseñor Gaspar Quintana CMF.

El obispo local señaló que toda esta operación “no nos debe hacer olvidar las lecciones de este accidente, que son básicamente construir una sociedad donde el derecho a trabajar en condiciones de seguridad sea respetado, y donde cada uno asuma la responsabilidad que le corresponde para que hechos como este no vuelvan a ocurrir”.

Algo que el líder del grupo de los 33, que era jefe de turno en la mina, el último en salir, dijo también al presidente Piñera, con solemnidad y entereza: “Le entrego el turno y que no se vuelva a repetir”.

Monseñor Quintana estuvo estos 70 días cerca de los familiares y acudió a celebrar la eucaristía cada domingo por la tarde. El día del rescate conversó con algunos familiares, instándoles a tener fortaleza y esperanza, y a compartir la alegría de las familias que ya habían recuperado a sus seres queridos. Luego retornó a Copiapó, para presidir una eucaristía de Acción de Gracias en el Santuario de la Candelaria.

La imagen de la Candelaria presidió a pie de mina, todas las etapas de la odisea de los trabajadores enterrados en vida y, una vez cumplido el rescate, regresó a su santuario en Copiapó.

En el campamento Esperanza, horas antes del inicio de la operación, el obispo de Copiapó celebró la eucaristía en una carpa, a la que asistieron los familiares de los mineros, y las autoridades, encabezadas por el presidente Sebastián Piñera, su esposa, Cecilia Morel y la intendenta regional, Ximena Matas.

Chile y el mundo entero siguen viviendo esta jornada pascual, dando gracias, por los “resucitados” que volvieron a la Vida.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Los 33 a salvo: un verdadero milagro

Mineros:
Dios dijo "presente" en el milagro de la vida


Santiago (Chile), 13 Oct. 10 (AICA)
Rescate de los mineros chilenos
Rescate de los mineros chilenos

La alegria de los mineros al ser rescatados
La alegría de los mineros al ser rescatados

La palabra "Dios" se pronuncia con fuerza en el campamento Esperanza cuando los primeros mineros son sacados a la superficie y se reencuentran con sus familiares.

La señal de la cruz en la frente y la oración agradecida marcan desde la madrugada de este miércoles la operación "San Lorenzo", destacó hoy la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Chilena.

Mientras en distintos puntos del país se realizan vigilias de oración que concluirán con el rescate del último minero, un pueblo agradecido y emocionado ha seguido al detalle la operación "San Lorenzo", como se bautizó este rescate en homenaje al diácono y mártir, patrono de los mineros.

La gratitud a Dios -subraya el informe de prensa- se plasma con especial transparencia en las palabras de los familiares, de las autoridades, y de los propios mineros cuando son izados a la superficie. Algunos elevaron plegarias apenas son rescatados por la cápsula Fenix 2.

Los obispos invitaron a las comunidades a mantenerse en oración y a “dar gracias al Dios de la vida por este momento pascual del que somos testigos”.

Las primeras palabras del presidente de Chile, Sebastián Piñera, fueron: "Agradezco, en primer lugar a Dios".

El Papa


También el papa Benedicto XVI hizo una especial mención de los mineros al finalizar su mensaje en español en la audiencia pública de esta mañana. El Santo Padre los encomendó a Cristo al señalar: "A su divina bondad sigo encomendando con esperanza a los mineros de la región de Atacama, en Chile".

Fuente: aica.org

Mansos y humildes de corazón


«Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón»
(Mt 11,29)


La Didajé (entre 60-120), catequesis judeo-cristiana
§3

Hijo, huye de todo lo que es malo o se asemeja al mal. No te enfurezcas: la cólera impulsa al crimen. No seas celoso, ni batallador, ni brutal: estas pasiones son causa de asesinatos. Hijo, no seas sensual: la sensualidad es el camino del adulterio. Que tu lenguaje no sea atrevido ni arriesgada tu mirada: también esto engendra adulterio. Guárdate de los embrujos, astrologías, purificaciones mágicas; rechaza el verlas y escucharlas: esto sería zozobrar en la idolatría. Hijo, no seas mentiroso, porque la mentira arrastra al robo. No te dejes seducir ni por el dinero ni por la vanidad, que también ellos incitan al robo. Hijo, no masculles: llegarías a blasfemar. No seas insolente ni malévolo, también esto lleva a la blasfemia.

Ten paz: «los pacíficos heredarán la tierra» (Mt 5,5). Sé paciente, misericordioso, sin malicia, lleno de paz y de bondad. Tiembla constantemente ante las palabras que has escuchado (Is 66,2). No te ensalzarás a ti mismo, no entregarás tu corazón al orgullo. No te encontrarás con los soberbios sino que irás con los justos y los humildes. Acogerás los acontecimientos de la vida como un favor, sabiendo que nada ocurre que no sea en Dios.

martes, 12 de octubre de 2010

Promover la nueva evangelización es un deber cristiano




Monseñor Rino Fisichella presenta el nuevo dicasterio de la Santa Sede

Nace el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización

CIUDAD DEL VATICANO, martes 12 de octubre de 2010 (ZENIT.org).-


Hoy comenzó sus labores el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, un nuevo dicasterio que tiene el fin de “reflexionar” y “encontrar formas adecuadas” para anunciar el Evangelio “a tantos bautizados que no comprenden más el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana”, dijo su presidente, monseñor Rino Fisichella.

El prelado presentó esta mañana en rueda de prensa en la Santa Sede, el Motu Proprio Ubicumque et semper, del Papa Benedicto XVI con el cual se instituye oficialmente este nuevo órgano de la Curia Romana.

Benedicto XVI había anunciado ya su creación durante su homilía en las vísperas celebradas el pasado 28 de junio en la basílica San Pablo Extramuros de Roma, en ocasión de la celebración de la fiesta de San Pedro y San Pablo.

Su presidente está a la espera del nombramiento del secretario y del sub secretario de parte del Pontífice. La oficina se encuentra en famosa la Vía della conciliazzione, que conecta la Santa Sede con la capital italiana.

El Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización pretende hacer frente al “subjetivismo de nuestros tiempos” que se encierra “en un individualismo privado de responsabilidades públicas y sociales”, dijo monseñor Fisichella.

Por ello buscará encontrar las formas en las que el progreso de la ciencia de la comunicación ha realizado, para hacer que se conviertan en instrumentos positivos al servicio de la nueva evangelización, entendiendo que estos “tienen el timón de la cultura y de la mentalidad en el contexto actual”.

¿Una acción burocrática?

Uno de los periodistas preguntó si la creación de este nuevo dicasterio no se trataba de una movida burocrática de parte de la Santa Sede, a lo que monseñor Fisichella respondió que es necesario “dar fe al Papa Benedicto XVI” y dijo que personalmente no cree que el Papa “sea el hombre de la burocracia” sino más bien “el hombre del anuncio, quien con profunda inteligencia y cultura ha sabido crear este espacio para comprometer a la Iglesia en manera concreta al servicio”.

Monseñor Fisichella señaló que el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización se dedicará a combatir el relativismo, que siempre ha denunciado el Papa Benedicto XVI y difundir “una correcta antropología” en medio de una mentalidad marcada “por las consecuencias del secularismo” el cual “tiende a alejar al hombre contemporáneo de su relación fundamental con Dios”.

Promover el Catecismo

Uno de los objetivos del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización será la promoción del estudio y la difusión del Catecismo de la Iglesia Católica, publicado en 1992.

Monseñor Fisichella lo calificó como “uno de los frutos más maduros de las indicaciones conciliares”, el cual recoge en manera orgánica “el entero patrimonio del desarrollo del dogma” y representa “el instrumento más completo para transmitir la fe de siempre, delante de los constantes cambios e interrogativos que el mundo pone a los creyentes”.

Líneas de acción

El prelado dijo que espera ponerse pronto en contacto con los presidentes de las conferencias episcopales para buscar y organizar diferentes iniciativas pastorales que tengan como fin hacer frente a la secularización.

Frente a la pregunta de un periodista proveniente de México, sobre las acciones que emprenderá este dicasterio en América Latina, monseñor Fisichella dijo que “debo poner en primer lugar a Europa”, debido a que este continente está sufriendo un proceso de descristianización más agresivo.

Aseguró que el Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización debe resaltar y actualizar “las diferentes tradiciones y objetivos que las iglesias poseen en fuerza de la riqueza de tantos siglos de historia”.

Advirtió que el término “nueva evangelización”, no puede sonar como una “fórmula abstracta”, sino que debe llenarse “de contenidos teológicos y pastorales y lo vamos a hacer por el magisterio de estas últimas décadas”.

En diálogo con los periodistas, monseñor Fisichella citó una expresión de san Gregorio Magno: “Los fieles nos dejan y nos abandonan y nosotros permanecemos en silencio”. Y dijo que la creación de este nuevo dicasterio es “el signo que el Papa nos ha dado de que no permaneceremos en silencio”.

“Éste es el momento de retomar nuestro anuncio con valentía porque somos heraldos del Evangelio”, concluyó el presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización.