En un mundo dominado por el miedo y la incertidumbre, la alegría, la paz y la esperanza son el verdadero regalo de Navidad.
Quiero comunicarles, contemplando la humildad del pesebre, que Dios ha querido quedarse con nosotros, para ser principio y causa de un mundo nuevo.
Con mi afecto y bendición.
Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
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