Comentario del Evangelio de hoy:
por Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
«María se puso en camino»
Después de que María fue visitada por el ángel, se puso rápidamente en camino a casa de su prima Isabel, la cual también esperaba un hijo. Y el niño que había de nacer, Juan Bautista, saltó de gozo en el vientre de Isabel. ¡Qué maravilla! ¡El Dios todopoderoso, para anunciar la venida de su Hijo, escogió a un niño que había de nacer!
María, a través del misterio de la Anunciación y de la Visitación, representa el modelo de vida que nosotros deberíamos llevar. Primero acogió a Jesús en su existencia; seguidamente,
compartió lo que había recibido. Cada vez que recibimos la Santa Comunión, Jesús, el Verbo, se hace carne en nuestra vida –don de Dios, al mismo tiempo bello, gracioso, singular. Ésta fue la primera Eucaristía: María ofrece a su Hijo en ella, en quien Él había puesto el primer altar. María, la única que podía afirmar con una confianza absoluta: «Ésto es mi cuerpo», a partir de ese primer momento ofreció su propio cuerpo, su fuerza, todo su ser, para la
formación del Cuerpo de Cristo.
Nuestra Madre la Iglesia ha elevado, delante del rostro de Dios, a un gran honor a las mujeres proclamando a María Madre de la Iglesia.
por Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
«María se puso en camino»
Después de que María fue visitada por el ángel, se puso rápidamente en camino a casa de su prima Isabel, la cual también esperaba un hijo. Y el niño que había de nacer, Juan Bautista, saltó de gozo en el vientre de Isabel. ¡Qué maravilla! ¡El Dios todopoderoso, para anunciar la venida de su Hijo, escogió a un niño que había de nacer!
María, a través del misterio de la Anunciación y de la Visitación, representa el modelo de vida que nosotros deberíamos llevar. Primero acogió a Jesús en su existencia; seguidamente,
compartió lo que había recibido. Cada vez que recibimos la Santa Comunión, Jesús, el Verbo, se hace carne en nuestra vida –don de Dios, al mismo tiempo bello, gracioso, singular. Ésta fue la primera Eucaristía: María ofrece a su Hijo en ella, en quien Él había puesto el primer altar. María, la única que podía afirmar con una confianza absoluta: «Ésto es mi cuerpo», a partir de ese primer momento ofreció su propio cuerpo, su fuerza, todo su ser, para la
formación del Cuerpo de Cristo.
Nuestra Madre la Iglesia ha elevado, delante del rostro de Dios, a un gran honor a las mujeres proclamando a María Madre de la Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario