Meditación de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (1891-1942)
Carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa
San Esteban ofrece su vida, como oro, al niño Jesús
Como más cercano a la fiesta del Salvador recién nacido, está san Esteban. ¿Qué es lo que ha proporcionado al primer testigo de sangre del crucificado este lugar de honor? El realizó con entusiasmo juvenil lo que dijo Cristo al venir al mundo: "Me has dado un cuerpo. Mira que he venido a cumplir tu voluntad" (Hb 10,5-7). Ejercitó la obediencia perfecta, que tiene su raíz en el amor y en el amor que se manifiesta.
Siguió al Señor en aquello que naturalmente resulta, quizás, lo más difícil para el corazón humano, tanto que parece imposible: cumplir con el mandamiento del amor a los enemigos como hizo el mismo Salvador. El Niño del pesebre, que ha venido a cumplir en plenitud la voluntad del Padre hasta la muerte en la cruz, ve en su espíritu a todos los que le van a seguir por ese camino. Su corazón palpita por el primer discípulo que será esperado en el trono del Padre con la palma del martirio. Su manecita nos lo presenta como a nuestro modelo y como si dijera: "Miren el oro que yo espero de ustedes".
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