San Ivo de Chartres (v. 1040-1116), obispo
Sermón 15 ; PL 162, 583
Celebramos hoy la admirable concepción de Jesús por la Virgen. Celebramos el comienzo de nuestra redención y anunciamos el designio de Dios, formado de bondad y poder. Porque si el Señor del universo hubiera venido en busca de sus siervos perdidos para juzgarlos y no para mostrarles su bondad, jamás se habría revestido de esta envoltura frágil y limitada (Gn 2,7) en la cual pudo sufrir con nosotros y por nosotros.
A los paganos esto les parece, tomando palabras de san Pablo, debilidad y locura (1Co 1,23.25), porque se fundan en el razonamiento de la vana filosofía y forman juicios sobre el Creador a partir de las leyes de la creación. ¿Existe una obra más grande de poder que la de hacer concebir a la Virgen, en contra de las leyes de la naturaleza? ¿Y, después de haber tomado nuestra carne, devolver una naturaleza mortal a la gloria de la inmortalidad, pasando por la muerte? Por eso el apóstol dijo: "La debilidad de Dios es más fuerte que el hombre "(v. 25)...
Hoy el seno de la Virgen, se convierte en la puerta del cielo, por la cual Dios desciende a la casa de los hombres para hacerlos subir al cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario