La casa de María en Luján es de todos los argentinos. En la rayera gótica, en los rayos del sol, quiso poner el Padre Salvaire: “Es la Virgen de Luján la primera fundadora de esta Villa”. Y está escrito en nuestra propia lengua. En la luna de plata a sus pies hay tres escudos: uno de ellos es el de la República Argentina.
La corona imperial fue puesta sobre la cabeza de la Virgen el 8 de mayo de 1887 por Mons. Aneiros, arzobispo de Buenos Aires; por eso su fiesta es siempre el 8 de mayo. Y luego de que esa corona fue robada, fue coronada nuevamente por Mons. Castellanos. Los escudos de ambos arzobispos están en la corona.
La casa de María en Luján, inmensa, señorial, fue la primer iglesia gótica de estilo ojival de la Argentina, siendo sufragada totalmente por el pueblo, sin ninguna ayuda del Estado.
Los 3 millones de ladrillos que se hicieron con tierra de la Villa de Luján, fueron usados para rellenar los cimientos y para hacer algunas de las arquerías. La Piedra Fundamental, un cubo de casi 1,1/2 metros de lado con un hueco en su centro, es blanca, de Tandil. La hermosa piedra exterior, casi rosada, fue buscada durante mucho tiempo por el mismo padre Salvaire, que la encontró en una cantera de Entre Ríos, cerca de la ciudad de Colón. Los mármoles rosados fueron traídos de Córdoba, de Villa María, y otros, de Alta Gracia. De Salta y de Jujuy vinieron las maderas y las pizarras. De San Luis, el mármol ónix de las columnitas intercaladas del pasamanos de la escalera que sube y baja del Camarín.
La lámpara votiva de la República Argentina en el camarín, es de plata, con los escudos de lo que en aquel entonces eran solamente las 14 provincias.
Pero María es de todos, no sólo de los argentinos. La imagen auténtica de terracota fue hecha, en Brasil, en el valle de Paranaíba, en San Pablo. En la luna de plata están los escudos de las repúblicas hermanas del Uruguay y del Paraguay. La corona se hizo en París.
En nombre de León XIII fue coronada la imagen aquel primer el 8 de mayo. La corona, además de los escudos de Argentina, Uruguay y Paraguay, luce el de España, “en memoria de los dos siglos de protección con que España distinguió a este admirable Santuario”.
En la corona está también el escudo del Beato Papa Pío IX, quien siendo canónigo, en 1824 celebró la Misa en el Camarín y veneró la imagen de esta nuestra Señora. También está el escudo de León XIII, quien la bendijera. El 8 de septiembre de 1930, el Papa Pío XI, la declaró Patrona de la Patria y el mismo año concedió al Templo los honores de Basílica.
El 11 de junio de 1982, en la primera peregrinación de un Papa a la Argentina, Juan Pablo II, regaló a la Virgen de Luján esa distinción tan delicada, la rosa de oro.
En la piedra fundamental que está debajo del altar, se colocaron piedras de Tierra Santa, de la gruta de Nazaret, donde el Verbo se encarnó, y del Calvario, donde derramó su sangre por todos nosotros. Hay piedras de las catacumbas de Roma, de los santuarios de Loreto y la Porcíuncula de Asís, de los del Pilar de Zaragoza y Monserrat, en España, de los de Lourdes, de la Sallete y de la Basílica de Montmartre en Francia… y más, mucho más...
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