Fuente: catholic.net | |
El próximo domingo será el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra. Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante, nos preparamos. La Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor. Caminos que llevamos en nuestro interior y que tenemos que vigilar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo. Hace unos días celebrábamos el día de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que Él nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y a los cuales declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos". A los "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos. Es preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo. A nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra. Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación. por "nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1 Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24). Cuatro domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y gastos superfluos.... Mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre. ESTO ES EL ADVIENTO. PREPARÉMOSNOS CON ILUSIÓN Y CON FE PARA RECIBIR A DIOS MISMO QUE VIENE A NUESTRO ENCUENTRO. |
Nuestra Señora de Belén
Horarios de Misa
Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.
Confesiones: después de Misa.
Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.
Secretaría Parroquial
Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.
CARITAS
Martes de 14 a 18 hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.
Confesiones: después de Misa.
Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.
Secretaría Parroquial
Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.
CARITAS
Martes de 14 a 18 hs.
Nuestro Párroco
viernes, 25 de noviembre de 2011
¡Comienza el Adviento!
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