Solemnidad de la Asunción
de la Santísima Virgen María
Misa de precepto: 19.30 hs.
de la Santísima Virgen María
Misa de precepto: 19.30 hs.
El dogma de la Asunción de María, en cuerpo y alma, a los cielos
El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
Este dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentissimus Deus:
"Después
de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de
invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios
omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar
benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos
y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la
gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda
la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los
bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra,
pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente
revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María,
terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo
y alma a la gloria del cielo".
Ahora
bien, ¿por qué es importante que los católicos
recordemos y profundicemos en el dogma de la Asunción de la
Santísima Virgen María al Cielo? El Nuevo Catecismo de la
Iglesia Católica responde a este interrogante:
"La
Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación
singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación
de la resurrección de los demás cristianos" (#966).
La
importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres
de comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica
en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la
nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza,
ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya
glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra
propia resurrección.
Más aún,
la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo es un
dogma de nuestra fe católica, expresamente definido por el Papa
Pío XII hablando "ex-cathedra". Y ¿qué es un dogma?
Puesto en los términos más sencillos, "dogma" es una verdad de
Fe, revelada por Dios (en la Sagrada Escritura o contenida
en la Tradición), y que además es propuesta por la Iglesia
como realmente revelada por Dios.
En este caso se
dice que el Papa habla "ex-cathedra", es decir, que
habla y determina algo en virtud de la autoridad suprema que
tiene como Vicario de Cristo y Cabeza Visible de la Iglesia,
Maestro Supremo de la Fe, con intención de proponer un
asunto como creencia obligatoria de los fieles Católicos.
El
Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (#966) nos lo explica
así, citando a Lumen Gentium 59, que a la vez cita la Bula
de la Proclamación del Dogma:
"Finalmente, la Virgen Inmaculada,
preservada libre de toda mancha de pecado original,
terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la
gloria del Cielo y elevada al Trono del Señor como Reina del
Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo,
Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte".
Y el Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los siguientes términos:
"El
dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue
glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los
demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá
lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo
se anticipó por singular privilegio" (JP II, 2-julio-97).
"Contemplando
el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible
comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la
humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la
primera criatura humana que realiza el ideal escatológico,
anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los
elegidos mediante la resurrección de los cuerpos" (JP II ,
Audiencia General del 9-julio-97).
Continúa
el Papa: "María Santísima nos muestra el destino final
de quienes `oyen la Palabra de Dios y la cumplen' (Lc. 11, 28).
Nos estimula a elevar nuestra mirada a las alturas, donde se
encuentra Cristo, sentado a la derecha del Padre, y donde
está también la humilde esclava de Nazaret, ya en la gloria
celestial" (JP II, 15-agosto-97)
Los
hombres y mujeres de hoy vivimos pendientes del enigma de la
muerte. Aunque lo enfoquemos de diversas formas, según
la cultura y las creencias que tengamos, aunque lo evadamos en
nuestro pensamiento, aunque tratemos de prolongar por todos los
medios a nuestro alcance nuestros días en la tierra, todos
tenemos una necesidad grande de esa esperanza cierta de
inmortalidad contenida en la promesa de Cristo sobre nuestra
futura resurrección.
Mucho bien
haría a muchos cristianos oír y leer más sobre este
misterio de la Asunción de María, el cual nos atañe tan
directamente. ¿Por qué se ha logrado colar la creencia en
el mito pagano de la re-encarnación entre nosotros? Si
pensamos bien, estas ideas extrañas a nuestra fe cristiana se
han ido metiendo en la medida que hemos dejado de pensar, de
predicar y de recordar los misterios, que como el de la
Asunción, tienen que ver con la otra vida, con la escatología,
con las realidades últimas del ser humano.
El
misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo
nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que
llevamos para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida aquí
en la tierra, sobre nuestro fin último: la Vida Eterna, junto
con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María y
los Angeles y Santos del Cielo. El saber que María ya está en el
Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido
a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la
esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta
para siempre.
:: La Fiesta de la Asunción en la Enciclopedia Católica:: Más sobre La Asunción de María
:: Constitución Apostólica "Munificentissimus Deus"
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