Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

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:: Homilías ::

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sábado, 28 de enero de 2012

"¿Todavía no tienen fe?"

"¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?"

Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla". Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?". Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?" Mc 4,35-41


Dedicó todas sus energías al servicio de una Iglesia lo más conforme posible a su Señor Jesucristo, de modo que, al encontrarse con ella, el hombre contemporáneo pudiera encontrarse con Jesús, porque de él tiene necesidad absoluta. Este es el anhelo profundo del concilio Vaticano II, al que corresponde la reflexión del Papa Pablo VI sobre la Iglesia. [...] Muchos -dijo- esperan del Papa gestos clamorosos, intervenciones enérgicas y decisivas. El Papa considera que tiene que seguir únicamente la línea de la confianza en Jesucristo, a quien su Iglesia le interesa más que a nadie. Él calmará la tempestad... No se trata de una espera estéril o inerte, sino más bien de una espera vigilante en la oración. Esta es la condición que Jesús escogió para nosotros a fin de que él pueda actuar en plenitud. También el Papa necesita ayuda con la oración.
(Benedicto XVI, 8 de noviembre de 2009).

Tomás de Aquino, el Doctor Angélico

Tomás de Aquino
Fraile Dominico, Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, un 28 de enero, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).

Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.

A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.

Suave y silencioso (en París lo apodaron "el buey mudo"), contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, "contemplata aliis tradere", o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.

En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa Theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: "Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó".

El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. "Luz intelectual llena de amor - amor de lo verdadero pleno de alegría" -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia - bienaventuranza.

El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico-pastorales y los Opúsculos espirituales.

Oración de Santo Tomás de Aquino

Aquí me llego, todopoderoso y eterno Dios, al sacramento de tu unigénito Hijo mi Señor Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de misericordias, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre y desvalido al Señor de los cielos y tierra.

Ruego, pues, a tu infinita bondad y misericordia, tengas por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Ángeles, al Rey de los Reyes, al Señor de los señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tal fe y tal pureza, y con tal propósito e intención, cual conviene para la salud de mi alma.

Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el sacramento del Sacratísimo Cuerpo y Sangre, sino también la virtud y gracia del sacramento ¡Oh benignísimo Dios!, concédeme que albergue yo en mi corazón de tal modo el Cuerpo de tu unigénito Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Cuerpo adorable que tomó de la Virgen María, que merezca incorporarme a su Cuerpo místico, y contarme como a uno de sus miembros.

¡Oh piadosísimo Padre!, otórgame que a este unigénito Hijo tuyo, al cual deseo ahora recibir encubierto y debajo del velo en esta vida, merezca yo verle para siempre, descubierto y sin velo, en la otra. El cual con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 26 de enero de 2012

Timoteo y Tito, colaboradores de Pablo



Memoria de los santos Timoteo y Tito, obispos y discípulos del apóstol san Pablo, que le ayudaron en su ministerio y presidieron las Iglesias de Éfeso y de Creta, respectivamente. Les fueron dirigidas cartas por su maestro que contienen sabias advertencias para los pastores, en vista de la formación de los fieles (s. I).

Benedicto XVI
Audiencia general del 13/12/2006

Timoteo y Tito, dos colaboradores de Pablo


Tres de las cartas tradicionalmente atribuidas a Pablo están dirigidas a dos de sus colaboradores más inmediatos: Timoteo y Tito. Timoteo es un nombre griego que significa: «el que honra a Dios». Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, le nombra seis veces; Pablo, en sus cartas hace referencia a él diecisiete veces , y además, en la Carta a los Hebreos, se encuentra su nombre una vez) De ello se deduce que gozaba de gran consideración a los ojos de Pablo.


En cuanto a la figura de Tito, cuyo nombre es de origen latino y significa «aquel que es protegido y honrado» sabemos que era griego de nacimiento, es decir, pagano (cf Ga 2,3). Pablo lo lleva a Jerusalén para lo que llamamos el Concilio apostólico (Hch 15; Gal 2), en el curso del cual fue solemnemente aceptada la predicación del Evangelio a los paganos... Después de que Timoteo hubo marchado de Corintio, Pablo envió allí a Tito con el encargo de reconducir a la obediencia a esta comunidad indócil.

Si consideramos conjuntamente las dos figuras de Timoteo y Tito, nos damos cuenta de algunos datos muy importantes. El más importante es que Pablo recurrió a colaboradores en el desarrollo de sus misiones. Es innegable que es el Apóstol por excelencia, fundador y pastor de numerosas Iglesias. Sin embargo es cierto que él no hacía nada solo sino que se apoyaba en personas de confianza con quien compartía trabajos y responsabilidades. Otra observación es la disponibilidad de sus colaboradores. Las fuentes que se refieren a Timoteo y a Tito expresan claramente su prontitud en asumir tareas muy variadas que, a menudo, consistían en representar a Pablo incluso en ocasiones nada fáciles. En una palabra, nos enseñan a estar al servicio del Evangelio con generosidad, sabiendo que ello comporta también un servicio a la Iglesia misma. Para nuestro compromiso concreto, debemos y podemos ser también nosotros ricos en obras buenas y así abrir las puertas del mundo a Cristo, nuestro Salvador.


miércoles, 25 de enero de 2012

Conversión de Pablo de Tarso

La Conversión de San Pablo

La conversión de San Pablo es uno de los mayores acontecimientos del siglo apostólico. Así lo proclama la Iglesia al dedicar un día del ciclo litúrgico a la conmemoración de tan singular efemérides. "Era la muerte repentina, trágica, del judío, y el nacimiento esplendoroso, fulgurante, del cristiano y del apóstol". San Jerónimo lo comentaba así: "El mundo no verá jamás otro hombre de la talla de San Pablo".

Saulo, nacido en Tarso, hebreo, fariseo rigorista, bien formado a los pies de Gamaliel, muy apasionado, ya había tomado parte en la lapidación del diácono Esteban, guardando los vestidos de los verdugos "para tirar piedras con las manos de todos", como interpreta agudamente San Agustín.

De espíritu violento, se adiestraba como buen cazador para cazar su presa. Con ardor indomable perseguía a los discípulos de Jesús. Pero Saulo cree perseguir, y es él el perseguido por el Señor.

"Cuando Jesús se evade del grupo de sus discípulos, dice Mauriac, sube al cielo y se disuelve en la luz, no se trata de una partida definitiva. Ya se ha emboscado en el recodo del camino que va de Jerusalén a Damasco, y acecha a Saulo, su perseguidor bienamado. A partir de entonces, en el destino de todo hombre existirá ese mismo Dios al acecho".

Mientras Saulo iba a Damasco en persecución de los discípulos de Jesús, una voz le envolvió, cayó en tierra y oyó la voz de Jesús: Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Saulo preguntó: ¿Quién eres tú, Señor? Jesús le respondió: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. ¿Y qué debo hacer, Señor?

Pocas veces un diálogo tan breve ha transformado tanto la vida de una persona. Cuando Saulo se levantó estaba ciego, pero en su alma brillaba ya la luz de Cristo. "El vaso de ignominia se había convertido en vaso de elección", el perseguidor en apóstol, el Apóstol por antonomasia.

Desde ahora "el camino de Damasco", quedará como símbolo de toda conversión. Quizá nunca un suceso humano tuvo resultados tan fulgurantes. Quedaba el hombre con sus arrebatos, impetuoso y rápido, pero sus ideales estaban en el polo opuesto al de antes de su conversión. En adelante únicamente Cristo será el centro de su vida.

El encuentro con Jesús, ése a quien el perseguía por amor a la Ley, representa para Pablo un auténtico punto sin retorno. "Todo lo que para mí era ganancia, lo tengo por pérdida comparado con Cristo. Todo lo tengo por basura con tal de ganar a Cristo. Sólo una cosa me interesa: olvidando lo que queda atrás y lanzándome a lo que está delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de Dios, en Cristo Jesús". Pablo es llamado "el Primero después del Único".

La vocación de Pablo es un caso singular. Es un llamamiento personal de Cristo. Pero no quita valor al seguimiento de Pablo. En el Evangelio hay otros llamamientos personales del Señor, como el del joven rico y el de Judas Iscariote, que no le siguieron o no perseveraron. "Dios es un gran cazador y quiere tener por presa a los más fuertes" (Holzner). Pablo se rindió: "He sido cazado por Cristo Jesús". Pero pudo haberse rebelado.

Normalmente los llamamientos del Señor son mucho más sencillos, menos espectaculares. No suelen llegar en medio del huracán y la tormenta, sino sostenidos por la suave brisa, por el aura tenue de los acontecimientos ordinarios de la vida. Todos tenemos nuestro camino de Damasco. A cada uno nos acecha el Señor en el recodo más inesperado del camino.


martes, 24 de enero de 2012

Mons. Vicente Faustino Zazpe

Vicente Faustino Zazpe,
Obispo y Pastor
15/02/1920 - 24/01/1984


XXVIIIº Aniversario de la Pascua
de Monseñor Vicente Zazpe

20 hs.
Misa en la Catedral Metropolitana
Oración ante su tumba

domingo, 22 de enero de 2012

23.01.2012: Apagón de internet contra la Ley S.O.P.A

¡¡¡NOS SUMAMOS!!!


texto inicial texto secundario

"Síganme y los haré pescadores de hombres."

"Al instante, dejando las redes, ellos le siguieron."

«Que Dios sea siempre su única riqueza: déjense plasmar por Él para hacer visible al hombre de hoy, sediento de valores verdaderos, la santidad, la verdad, el amor del Padre celestial. Sostenidos por la gracia del Espíritu, hablen a la gente con la elocuencia de una vida transfigurada por la novedad de la Pascua. [...] Deseo repetirles que el divino Maestro está actuando constantemente en el mundo, y dice a cada uno de los que ha elegido: "Sígueme". [...] Asuman con humildad y valentía la tarea de ser la conciencia moral de la sociedad, "sal de la tierra" y "luz del mundo". Sean siempre fieles a Cristo y al mensaje del Evangelio, en una sociedad que trata de relativizar y secularizar todos los ámbitos de la vida. Sean la morada de la alegría en la fe y en la esperanza. Es una llamada que requiere la confirmación cotidiana de una respuesta de amor. Que su corazón esté siempre dispuesto.» B16.

(Celebración de las vísperas con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, y oración ante la tumba del beato Stepinac, 5/6/2011).


domingo, 8 de enero de 2012

El bautismo del Señor

Bautismo del Señor
Jaime Domínguez

El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía, dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es, además, el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.

Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos:

El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.

El de Jesús: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina.”

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia...", trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús.

¿Por qué entonces Jesús se hace bautizar por Juan?

Es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa... Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento). Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por vivir nuestro bautismo.

¡Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz!

Fuente: catholic.net
Autor: P. Juan Pablo Esquivel

viernes, 6 de enero de 2012

Epifanía del Señor

Adoración de los Reyes
de Francisco Bayeu

Origen de la fiesta

El 6 de enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido pagano: en Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero. En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de sus devotos.


La fiesta de la Epifanía sustituyó a los cultos paganos de Oriente relacionados con el solsticio de invierno, celebrando ese día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los sabios que vinieron de Oriente a adorarlo. La tradición pasó a Occidente a mediados del siglo IV, a través de lo que hoy es Francia.

El relato de la adoración de los Reyes Magos se puede encontrar en San Mateo 2, 1-11.

“Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.
Al oír esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que conocían las escrituras) y les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo judío esperaba hacia mucho tiempo.

Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta:

Y tú, Belén tierra de Judá
de ningún modo eres la menor
entre las principales ciudades de Judá
porque de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel

Entonces Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a la ciudad de Belén y les dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo.
Los Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella, sintieron una gran alegría.
Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino.”

Podemos aprovechar esta fiesta de la Iglesia para reflexionar sobre las enseñanzas que nos da este pasaje evangélico:

*Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.

* La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.

* Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.

* Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.

* Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.

Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos vacías. Le llevaron:


  • oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos;

  • incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre;

  • mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.


  • Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.

    * Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre.

    * Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.

    Significado de la fiesta:

    Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los hombres.

    Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos.
    Epifanía quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones.

    En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.
    Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos.

    La Ciudad Iluminada, de Jesús Martí Ballester

    Fuente: catholic.net


    domingo, 1 de enero de 2012

    Santa María, Madre de Dios

    María, Theotokos


    El título más sorprendente que pueda tener una creatura humana: "la Madre de Dios", lo cual significa que el Señor nació no sólo en ella sino de ella. El hijo formado en sus entrañas es el mismísimo Hijo de Dios nacido en la carne.

    ¡Bendita seas, María, por haber creído lo que el Ángel te anunció!

    ¡Bendita seas, María, por haber dicho "sí" a la misión que te fue confiada!

    ¡Bendita seas, María, por ser la Madre de Dios y Madre nuestra!


    María: ¡Madre de Dios!

    La Iglesia quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María. La fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente es la de "María, Madre de Dios" (en griego, Theotokos, la que dio a luz a Dios). Ya en las catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Eucaristía, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: "María, Madre de Dios".

    Si nosotros hubiéramos podido formar a nuestra madre, ¿qué cualidades no le habríamos dado? Pues Cristo, que es Dios, sí formó a su propia madre. Y ya podemos imaginar que la dotó de las mejores cualidades que una criatura humana puede tener.

    Pero, ¿es que Dios ha tenido principio? No. Dios nunca tuvo principio, y la Virgen no formó a Dios. Pero Ella es Madre de uno que es Dios, y por eso es Madre de Dios.

    Y qué hermoso repetir lo que decía San Estanislao: "La Madre de Dios es también madre mía". Quien nos dio a su Madre santísima como madre nuestra, en la cruz al decir al discípulo que nos representaba a nosotros: "He ahí a tu madre", ¿será capaz de negarnos algún favor si se lo pedimos en nombre de la Madre Santísima?

    Al saber que nuestra Madre Celestial es también Madre de Dios, sentimos brotar en nuestro corazón una gran confianza hacia Ella.

    Cuando en el año 431 el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso (la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años) e iluminados por el Espíritu Santo declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios". Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

    El título "Madre de Dios" es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos y cualidades y privilegios que Ella tiene.

    Fuente: EWTN


    Madre de Dios, Madre del Príncipe de la Paz


    Juan Pablo II
    Homilía del 01/01/02
    (Jornada Mundial de la Paz)

    «¡Salve, Madre santa! Virgen, Madre del Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos» (Antífona del canto de entrada). Con este antiguo saludo, la Iglesia se dirige hoy, octavo día después de Navidad y primer día del año, a la santísima Virgen María invocándola como Madre de Dios. El Hijo eterno del Padre ha tomado en ella nuestra carne y, a través de ella se ha hecho «el hijo de David y el hijo de Abraham» (Mt 1,1). María es, pues, su madre verdadera: ¡la Theotokos, la Madre de Dios! Si Jesús es la Vida, María es la Madre de la Vida. Si Jesús es la Esperanza, María es la Madre de la Esperanza. Si Jesús es la Paz, María es la Madre de la Paz, Madre del Príncipe de la Paz. Al entrar en el nuevo año pedimos a esta Madre que nos bendiga. Pidámosle que nos dé a Jesús, nuestra plena bendición, en quien el Padre ha bendecido, de una vez y para siempre, la historia convirtiéndola en una historia de salvación... El Niño nacido en Belén es la Palabra eterna del Padre hecha carne para nuestra salvación; es «Dios con nosotros» que trae con él el secreto de la verdadera paz. Es el Príncipe de la Paz (Is 9,5)...

    «¡Salve, Madre santa!» ... El niño que estrechas contra tu pecho, lleva un nombre querido por los pueblos de religión bíblica: «Jesús», que significa «Dios salva». Este es el nombre que le dio el ángel antes de que fuera concebido en tu seno (Lc 2,21). En el rostro del Mesías recién nacido, reconocemos el rostro de cada uno de tus hijos ultrajados y explotados. En particular reconocemos el rostro de los niños cualquiera que sea la raza, pueblo o cultura a la que pertenece. Por ellos, oh María, por su futuro, te pedimos muevas los corazones endurecidos por el odio, a fin de que se abran al amor y la venganza ceda, finalmente, paso al perdón. Oh Madre, alcánzanos que la verdad de esta afirmación –no hay paz sin justicia, y no hay justicia sin perdón- se imprima en el corazón de todos. Sólo así la familia humana podrá encontrar la paz verdadera que nace del encuentro de la justicia con la misericordia.

    ¡Ayúdanos, Madre santa, Madre del Príncipe de la Paz! ¡Madre de la humanidad y Reina de la Paz, ruega por nosotros!