"Al instante, dejando las redes, ellos le siguieron."
«Que Dios sea siempre su única riqueza: déjense plasmar por Él para hacer visible al hombre de hoy, sediento de valores verdaderos, la santidad, la verdad, el amor del Padre celestial. Sostenidos por la gracia del Espíritu, hablen a la gente con la elocuencia de una vida transfigurada por la novedad de la Pascua. [...] Deseo repetirles que el divino Maestro está actuando constantemente en el mundo, y dice a cada uno de los que ha elegido: "Sígueme". [...] Asuman con humildad y valentía la tarea de ser la conciencia moral de la sociedad, "sal de la tierra" y "luz del mundo". Sean siempre fieles a Cristo y al mensaje del Evangelio, en una sociedad que trata de relativizar y secularizar todos los ámbitos de la vida. Sean la morada de la alegría en la fe y en la esperanza. Es una llamada que requiere la confirmación cotidiana de una respuesta de amor. Que su corazón esté siempre dispuesto.» B16.
(Celebración de las vísperas con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, y oración ante la tumba del beato Stepinac, 5/6/2011).
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