Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

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:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


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domingo, 29 de abril de 2012

Homilía Dominical

Domingo IV de Pascua - Ciclo B

Lecturas:

Hch. 4,8-12
1 Jn 3,1-2
Jn 10,11-18



Este Domingo nos recuerda que tenemos necesidad de un Pastor. Ansiamos la VIDA plena, pero no conocemos el camino para llegar a ella. Dios nos regala un BUEN Pastor. “Bueno” porque no nos quiere sacar nada sino que lo da todo. “Bueno” porque nos llama por nuestro nombre. En Él fuimos creados y sólo Él conoce el gran proyecto del amor del Padre para cada uno. Si estamos atentos, este Pastor nos habla y nos guía: en su Palabra, en lo que nos pasa en la vida, en los hermanos con los que compartimos el camino. ¡Qué lindo es pensar nuestra vida así! Unidos a Jesús, el Buen Pastor, somos un regalo de Dios para los demás. Somos pastores si con nuestra entrega desinteresada y comprometida los ayudamos a encontrar el camino de la Vida. Nuestra súplica hoy se hace más fuerte cuando como Iglesia pedimos: ¡Padre, danos muchos buenos pastores, muchos jóvenes que quieran configurarse a tu Hijo, para que en el sacerdocio o en la vida consagrada quieran ser un don de tu amor para sus hermanos!

P. Daniel Gazze

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

"Sin sacerdotes no hay Eucaristía.
Y sin Eucaristía no hay Iglesia."

¡Jesús es el Buen Pastor!


Jesús, Buen Pastor,
que has querido guiar a tu pueblo
mediante el ministerio de los sacerdotes:
¡gracias por este regalo para tu Iglesia y para el mundo!

Te pedimos por quienes has llamado a ser tus ministros:
cuídalos y concédeles el ser fieles.
Que sepan estar en medio y delante de tu pueblo,
siguiendo tus huellas e irradiando tus mismos sentimientos.

Te rogamos por quienes se están preparando
para servir como pastores
que sean disponibles y generosos
para dejarse moldear según tu corazón.

Te pedimos por los jóvenes a quienes también hoy llamas:
que sepan escucharte y tengan el coraje de responderte,
que no sean indiferentes a tu mirada tierna y comprometedora,
que te descubran como el verdadero Tesoro
y estén dispuestos a dar la vida "hasta el extremo".

Te lo pedimos junto con María, nuestra Madre de Luján,
y San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.
Amén.

sábado, 28 de abril de 2012

Domingo del Buen Pastor


En este cuarto domingo de Pascua la Iglesia nos invita a celebrar la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Es el domingo en el que leemos el evangelio de Jesucristo, el Buen Pastor. La raíz de la vocación consagrada y sacerdotal se manifiesta como un vínculo entre Dios y los hombres, en el que la iniciativa la tiene Dios. El Santo Padre ha puesto como lema de la Jornada de este año: Las vocaciones don de la caridad de Dios, para expresar que la fuente de la vocación sacerdotal es un llamado personal del amor de Dios. La finalidad de este llamado es hacer presente y continuar en la Iglesia la obra de Jesucristo, el Buen Pastor, al servicio de su pueblo. Nos recuerda una frase del santo Cura de Ars en la que les decía sus fieles: "el sacerdote no es sacerdote para sí mismo, sino para ustedes". Este es el marco en el que debemos contemplar la vocación y la misión del sacerdote. No estamos hablando de una profesión que elegimos, sino de la respuesta a un llamado y una misión que recibimos. Dado que la fuente de este llamado está en Dios, la oración es nuestra primera y más importante tarea. Sabemos que Dios nunca va a dejar huérfano a su pueblo, por eso le pedimos e insistimos en la oración, pero sabemos, también, que al ser un llamado tiene que encontrar el suelo o el oído preparado para escucharlo. Hay una preparación, una disposición a la escucha, que nos corresponde a todos, diría que es una responsabilidad de toda la Iglesia, no sólo de los sacerdotes sino de las familias y comunidades cristianas que deben crear las circunstancias que permitan descubrir el significado y el valor de la vocación. No podemos quedarnos tranquilos porque pedimos más sacerdotes, sino preguntarnos si creamos esas condiciones, si valoramos para nuestros hijos y en nuestras comunidades el llamado al sacerdocio como un don de Dios, como camino de plenitud para ellos y de servicio a sus hermanos. El contenido de esta vocación siempre va a ser Jesucristo, el Buen Pastor. Es importante, por ello, detenernos a leer pausadamente este pasaje del cap.10 del evangelio de san Juan.

En este sentido y conscientes de esta necesidad, la Iglesia en la Argentina nos propone el tema de la pastoral vocacional como un ámbito prioritario. Si bien se reclama de los jóvenes un corazón abierto a esta llamada que el Señor hoy les está haciendo, insiste que este tema debe estar presente en toda la vida de la Iglesia. Así lo plantea y nos dice: "las familias, las escuelas, las comunidades juveniles, las parroquias y movimientos han de ser ámbitos propicios para que los jóvenes puedan descubrir y responder al llamado del Señor…. para que reconociendo la mirada tierna y comprometedora de Jesús estén dispuestos a consagrarles totalmente sus vidas" (Orientaciones Pastorales de la CEA, 2012). Nuestros jóvenes necesitan ver en nuestra palabra y testimonio el valor oblativo de la vida y la apertura generosa al amor de Dios.

Reciban de su Obispo en este día del Buen Pastor la seguridad de mi afecto y oraciones, junto a mi bendición.


Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

viernes, 27 de abril de 2012

El Señor sigue llamando...



domingo, 22 de abril de 2012

"¡Soy yo, el Señor!"


III Domingo de Pascua
Lc 24,35-48

Los discípulos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.»
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están confundidos y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo.»
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?» Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.»
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.»


¿Por qué tienen estos pensamientos?


Este pasaje del Evangelio nos muestra verdaderamente quién es Cristo y verdaderamente quién es la Iglesia, para que comprendamos bien a qué Esposa este divino Esposo escogió y quién es el Esposo de esta Esposa santa. En esta página podemos leer su acta de matrimonio.


Supiste que Cristo era el Verbo, la Palabra de Dios, unido a un alma humana y con un cuerpo humano... Aquí, los discípulos creyeron ver un espíritu; no creían que el Señor tenía un cuerpo verdadero.
Pero como el Señor conocía el peligro de tales pensamientos, se apresura a arrancarlos de su corazón: "¿por qué estos pensamientos invaden su corazón? Vean mis manos y mis pies; tocquen y vean que un espíritu no tiene carne ni hueso como ustedes ven que yo tengo". Y tú, a estos mismos pensamientos vanos, opón con firmeza la regla de fe que recibiste...
Cristo es verdaderamente el Verbo, el Hijo único igual al Padre, unido a un alma verdaderamente humana y con un cuerpo verdadero limpio de todo pecado. Este es el cuerpo que murió, este cuerpo el que resucitó, este cuerpo el que fue clavado a la cruz, este cuerpo el que fue depositado en la tumba, este cuerpo el que está sentado en los cielos.
Nuestro Señor quería persuadir a sus discípulos de que lo que veían, verdaderamente eran huesos y carne... ¿Por qué quiso convencerme de esta verdad? Porque sabía, hasta qué punto es para mí un bien creerlo y cuánto tenía que perder si no creía en esto. Crean pues, también ustedes:¡Este es el Esposo!

Escuchemos ahora, lo que dijo concerniente a la Esposa...: "Hacía falta que Cristo sufriera y que resucitara de entre los muertos al tercer día, y que se proclame en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén". He aquí la Esposa: la Iglesia extendida por toda la tierra, que acogió a todos los pueblos en su seno. Los apóstoles veían a Cristo y creían en la Iglesia, que no veían. Nosotros vemos la Iglesia; creamos pues en Jesucristo, que no vemos, y atándonos así a lo que vemos, alcanzaremos lo que todavía no vemos.

San Agustín

Nuestra Señora de Guadalupe

Patrona de la Arquidiócesis

 de Santa Fe de la Vera Cruz

¡Ruega por nosotros y nuestras familias! 

 Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos,
Tú dices hoy a los pueblos de América Latina:
‘¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra?
¿No estás por ventura en mi regazo?’
Por eso nosotros con profundo agradecimiento
reconocemos a través de los siglos
todas las muestras de tu amor maternal,
tu constante auxilio, compasión y defensa
de los moradores de nuestras tierras,
de los pobres y sencillos de corazón.
Con esta certeza filial,
acudimos a ti, para pedirte
que, así como ayer, vuelvas a darnos a tu Divino Hijo,
porque sólo en el encuentro con Él
se renueva la existencia personal
y se abre el camino para la edificación de una
sociedad justa y fraterna.
A ti, ‘Misionera Celeste del Nuevo Mundo’,
que eres el rostro mestizo de América
y luminosamente manifiestas su identidad, unidad y originalidad,
confiamos el destino de nuestros Pueblos.
A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo,
Estrella de la Nueva Evangelización,
consagramos la labor misionera
del Pueblo de Dios peregrino en América Latina.
¡Oh Dulce Señora!,
¡Oh Madre Nuestra!,
¡Oh siempre Virgen María!
¡Tu presencia nos hace hermanos!
Acoge con amor esta súplica de tus hijos
y bendice esta amada tierra tuya
con los dones de la reconciliación y la paz.
Amén.

sábado, 21 de abril de 2012

¡Nuestra Madre nos convoca!

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jueves, 19 de abril de 2012

San Expedito, soldado de Cristo


Fue comandante de una legión romana que se convirtió al cristianismo y fue martirizado en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto a él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo, muriendo debido a la persecución de Dioclesiano.

Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó a Expedito el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" ("Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo de que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE! (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.


A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "hoy" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.

miércoles, 18 de abril de 2012

Catequesis de Adolescentes


Hoy, miércoles 18 de abril, a las 16 hs. comienzan los encuentros en la Parroquia.

¡¡¡Te esperamos!!!

Por consultas, contactarse con la catequista, Julieta Di Filippo, a su TE celular: 156109720.

lunes, 16 de abril de 2012

¡Nuestra Madre nos espera!

Nuestra parroquia está invitada a participar de la novena en honor a Nuestra Señora de Guadalupe el miércoles 18 de abril a las 19.30 en la Basílica.

Quienes así lo deseen, podrán salir en traffic desde la Parroquia, a las 19 hs.

Contactarse con la secretaria parroquial, Sra. Olga Fernández.

domingo, 15 de abril de 2012

Domingo de la Divina Misericordia

Jesús Misericordioso
¡danos un corazón semejante al tuyo!
Devoción
Santa María Faustina Kowalska
Beato Juan Pablo II y la Divina Misericordia

viernes, 13 de abril de 2012

¡Es el Señor!


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jueves, 12 de abril de 2012

Jesús se aparece a los discípulos

"Estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.» Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué se turban, y por qué se suscitan dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies; soy yo mismo. Tóquenme y vean que un espíritu no tiene carne y huesos como ven que yo tengo.»
Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que les hablé cuando todavía estaba con ustedes: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»
Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas."

La aparición de Jesús provoca el miedo y la incertidumbre; les muestra sus llagas de manos y pies, y para convencerlos definitivamente, les pide algo de comer. Son las pruebas que el Resucitado aporta para que lo identifiquen con el Jesús de Nazaret que ellos conocieron y con quien compartieron decisivas experiencias del Evangelio. Más tarde viene el argumento de la Escritura, como lo hizo con los discípulo de Emaús, que busca instruirlos para convencerlos que en ÉL se cumple todo lo escrito en la Ley por Moisés, los profetas y los salmos (v.44). Les abre sus inteligencias para comprender las Escrituras y saber que estaba escrito que el Mesías debía padecer, resucitar al tercer día, en su nombre se predicará la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Ellos ahora son testigos de todas estas maravillas (vv. 44-48).

Es el kerigma, la fuente donde el cristiano ha de nutrir su vida de fe. Apartarse de él, es abandonar la fe o dejar de creer en Jesús resucitado, el que los evangelios y la tradición apostólica nos han entregado en la comunidad eclesial.

miércoles, 11 de abril de 2012

Los discípulos de Emaús

"Quédate con nosotros, Señor,
porque cae la tarde y se termina el día."



Los discípulos reconocieron al Señor en la fracción del Pan.


Lc 24, 13-35


En el camino de nuestras dudas e inquietudes, y a veces de nuestras amargas desilusiones, el divino Caminante sigue haciéndose nuestro compañero para introducirnos, con la interpretación de las Escrituras, en la comprensión de los misterios de Dios. Cuando el encuentro llega a su plenitud, a la luz de la Palabra se añade la que brota del «Pan de vida», con el cual Cristo cumple a la perfección su promesa de «estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).



Comentario del Evangelio por :

Cardenal John Henry Newman (1801-1890)

«¿No ardía nuestro corazón?»

Hermanos, hagámonos cargo de lo que fueron, después de la resurrección, las apariciones de Cristo a sus discípulos. Son tanto más importantes cuanto que nos enseñan que una comunión de este género con Cristo es todavía posible; es esta clase de contacto con Cristo el que se nos da actualmente. Durante este período de cuarenta días que siguen a la resurrección, Jesús inauguró su nueva relación con la Iglesia, su actual relación con nosotros, el tipo de presencia que quiso manifestar como segura.

Después de su resurrección, ¿cómo estaba Cristo presente en su Iglesia? Iba y venía libremente; nada se oponía a su llegada, aunque estuvieran cerradas las puertas. Pero, a pesar de estar Él presente, ello no era tan evidente a sus discípulos. Los discípulos de Emaús no tuvieron conciencia de su presencia, así, de golpe, sino al acordarse de la influencia que tuvo sobre ellos: «¿No ardía nuestro corazón?»

Fijémonos bien en qué momento se les abrieron los ojos: en la fracción del pan. En efecto, ésta es la actual disposición del Evangelio. Si alguien recibe la gracia de captar la presencia de Cristo, es cierto que no lo reconoce hasta más tarde; desde ahora es sólo por la fe que se capta su presencia. En lugar de su presencia sensible, nos deja el memorial de su redención: se hace presente en el sacramento. ¿Cuándo se manifestó? Cuando, por decirlo de alguna manera, hizo pasar a los suyos de una visión sin verdadero conocimiento a un auténtico conocimiento en lo invisible de la fe.



lunes, 9 de abril de 2012

La Resurrección exige ver la vida desde Dios


"Si la Resurrección del Señor me deja indiferente, significa que no creo en ella. Si esa Resurrección me conmueve pero no llega a ubicarse en el centro de mi fe y de mi vida, no creo en ella. Si roza mi vida o permanece en la periferia, no creo en ella. Si la Resurrección de Cristo no parte en dos mi vida, es que no integra el esquema de mi fe.

Interpretar sociológicamente el pecado es reirse de la Resurrección. Postergar indefinidamente la conversión a una nueva vida es reirse de la Resurrección. Poner en duda el más allá es dudar de la Resurrección.

La Resurrección está hecha para quebrar, deshacer y recrear después la vida del creyente. Después de la Resurrección los apóstoles no pudieron seguir viviendo como antes. Cambiaron fundamentalmente. Advirtamos que no se trata de una conversión exclusivamente moral, sino mucho más profunda. La Resurrección tiene más exigencias que el compromiso de dejar la mujer ajena o la bebida, devolver lo robado o rectificar una calumnia.

Exige mucho más: es ver la vida de otra manera. Es ver el dinero, la salud la enfermedad, el amor y el odio de otro modo. Es arriesgarse a que nos traten de locos por ese nuevo modo de ver y de pensar. Es arriesgarse a que nos marginen -aún dentro del propio recinto familiar- por la incomodidad que crea la nueva visión de la vida.

Creer en la Resurrección de Cristo es acabar con incoherencias entre fe y vida, y manifestar que la existencia no es más que la traducción testimonial de la fe".

Mons. Vicente Faustino Zazpe
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
1969-1984

domingo, 8 de abril de 2012

Domingo de Pascua


¡¡¡Jesús Resucitó!!!

¡Aleluya! ¡Aleluya!

¡¡¡FELIZ PASCUA PARA TODOS!!!

Secuencia de Pascua

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Vengan a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí verán los suyos
la gloria de la Pascua. »

Primicia de los muertos,
Sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.





Proclo de Constantinopla (hacia 390-446), obispo
Sermón 14; PG 65, 796

«Día de gozo y de alegría» (Salmo 117,24)


¡Qué fiesta más bella la de Pascua! ¡Qué bella la asamblea! ¡Esta fiesta contiene en sí tantos misterios antiguos y nuevos! En esta semana de fiesta, o mejor de alegría, por toda la tierra los hombres se alegran e incluso las potestades del cielo se unen a nosotros para celebrar con gozo la resurrección del Señor. Exultan los ángeles y los arcángeles que esperan que el rey de los cielos, Cristo nuestro Dios, vuelva de la tierra vencedor; exultan los coros de los santos que proclaman a Cristo «el que fue engendrado antes de la aurora» (Sl 109,3). Exulta la tierra: la sangre de un Dios la ha lavado. Exulta el mar: el paso del Señor lo ha honrado. Que exulte todo hombre renacido del agua y del Espíritu; que exulte Adán, el primer hombre, liberado de la antigua maldición...

La resurrección de Cristo no sólo ha instaurado este día de fiesta, sino que en lugar del sufrimiento nos procura la salvación, en lugar de la muerte la inmortalidad, en lugar de las heridas la sanación, en lugar de la degradación la resurrección. En otro tiempo el misterio de Pascua se realizaba en Egipto según los ritos señalados por la Ley; el sacrificio del cordero no era más que un signo. Pero hoy celebramos, según el Evangelio, una pascua espiritual que es el día de la resurrección. Allí se inmolaba un cordero del rebaño...; aquí es Cristo en persona el que se ofrece como cordero de Dios. Allí, un animal del aprisco; aquí, no un cordero, sino el pastor, él mismo, el que da su vida por sus ovejas (Jn 10,11)... Allí, los hebreos atravesaron el mar Rojo y entonaron un himno de victoria en honor de su defensor: «Cantemos al Señor, sublime es su victoria» (Ex 15,1). Aquí, los que han sido considerados dignos del bautismo, cantan en su corazón el himno de victoria: «Uno solo es santo, un solo Dios, Jesucristo en la gloria de Dios Padre. Amén». Y el profeta exclama: «El Señor reina vestido de majestad» (Sl 92,1). Los hebreos atravesaron el desierto y comieron el maná. Hoy, al salir de las fuentes bautismales comen el pan bajado del cielo (Jn 6,51).



La Pascua y nosotros



Cada año la celebración de la Pascua renueva nuestra fe en la presencia de Jesucristo, que con su triunfo nos abre el camino a una Vida Plena. Pascua significa que la última palabra no la tiene el mal sino el bien; desde ella tenemos la certeza de que el amor, la verdad y la paz no son una utopía sin raíces, sino una realidad que se convierte en el fundamento de nuestra esperanza y devuelve al hombre su dignidad y grandeza.

La Pascua es un don que Dios nos entrega en Jesucristo, pero que necesita del sí de nuestra libertad para hacerse realidad en nuestras vidas. Por ello, la vivencia plena de la Pascua nace de un encuentro vivo con Jesucristo que da: “un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI).

Nuestro país vive momentos de importancia política que hace a su vida y cultura como nación. Son momentos de trascendencia histórica que debemos asumir con responsabilidad por su significado actual y futuro. Me refiero a la propuesta de reforma del Código Civil, como marco básico que regula la vida del hombre y sus relaciones en la sociedad. Este tema nos compromete a todos. No podemos, por ello, permanecer indiferentes ni ser espectadores de decisiones que nos involucran y requieren de una amplia participación federal y reflexión. No caben urgencias en temas de tanta trascendencia. El Código Civil por su carácter estable y modélico, al definir las obligaciones y derechos de las personas e instituciones no es algo neutro, sino que a través de él se expresan doctrinas y corrientes de pensamiento. Por ello, junto a las necesarias actualizaciones que la reforma busca realizar, el Nuevo Código debe tener en cuenta la riqueza de tradiciones e instituciones jurídicas, como principios y valores que hacen a nuestra vida e identidad. Es conocida, al respecto, la opinión de Academias, Colegios y Universidades que han manifestado su preocupación y deseos de participar.

Hay opciones que definen y orientan la vida de la comunidad. Entre ellas marcaría, en primer lugar, la necesidad del reconocimiento del comienzo de la vida humana desde la concepción y su necesaria garantía jurídica, sin distinción si el embrión está implantado o permanece fuera del vientre materno. Debilitar desde el Código este principio liminar es disminuir la base jurídica de un sistema y orientar, por su misma autoridad, el alcance de futuras leyes sobre la entidad de los embriones conservados. En segundo lugar, la valoración de la familia fundada sobre el matrimonio, como relación estable del hombre y la mujer y ámbito primero en la educación de los niños. La familia es un bien con profundas raíces en el pueblo argentino y a lo largo de todo el país. Ella es una institución que por su riqueza e historia es garantía para la sociedad. Es más, diría que es profética la sociedad que hoy apuesta por la familia. Finalmente, adquieren un lugar destacado y de grave responsabilidad jurídica los derechos del niño, sea respecto a su vida e identidad, como al conocimiento de sus derechos de filiación, paternidad y maternidad. Se privilegian en estos temas los deseos o voluntad de los adultos, descuidando los derechos esenciales del niño. Cuando se parte, en cambio, del valor único e irrepetible de la vida concebida, el adulto tiene más obligaciones que derechos. En este sentido, no todo lo que es técnicamente posible en el manejo de la vida es necesariamente ético y respeta su dignidad. Saber poner límites es, también, un acto de sabiduría política y ejemplaridad jurídica.

Pido al Señor en esta Pascua que sepamos encontrar, como argentinos, caminos de reflexión que nos ayuden a dar a nuestra Patria leyes que garanticen la dignidad de la vida humana, el valor de la familia y la protección de todos los derechos del niño.

Santa Fe de la Vera Cruz, Pascua de 2012.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina

¡El Señor resucitó! ¡Aleluya! ¡Aleluya!


"¡La Resurrección del Señor es nuestra esperanza!"

Desde la aurora de Pascua una nueva esperanza llena el mundo.
Desde aquél día nuestra resurrección ya ha comenzado,
porque la Pascua no marca simplemente un momento de la historia,
sino el inicio de una condición nueva:
¡Jesucristo ha resucitado!

¡Feliz y Santa Pascua para todos!

P. Daniel Gazze

sábado, 7 de abril de 2012

Pregón pascual


Sábado Santo: descenso del Señor al abismo

Las puertas del infierno se rompen bajo sus pies,
Cristo saca a Adán y Eva de la tumba.


Homilía antigua, anónima, sobre el grande y santo Sábado

¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra temió sobrecogida, porque Dios se durmió en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.

Va a buscar a nuestro primer padre como si fuera la oveja perdida. Quiere absolutamente visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de su prisión y de sus dolores a Adán y a Eva.

El Señor, teniendo en sus manos las armas vencedoras de la cruz, se acerca a ellos. Al verlo nuestro primer padre Adán, asombrado por tan gran acontecimiento, exclama y dice a todos: «Mi Señor esté con todos». Y Cristo, respondiendo, dice a Adán: «Y con tu espíritu». Y tomándolo por la mano le añade: Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.

Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu hijo; y ahora te digo que tengo el poder de anunciar a los que están encadenados: «salgan»; y a los que se encuentran en las tinieblas: «ilumínense»; y a los que duermen: «levántense».

A ti te mando: despierta tú que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos. Levántate, obra de mis manos; levántate, imagen mía, creado a mi semejanza. Levántate, salgamos de aquí, porque tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible persona.

Por ti yo, tu Dios, me he hecho tu hijo; por ti yo, tu Señor, he revestido tu condición servil; por ti yo, que estoy sobre los cielos, he venido a la tierra y he bajado al abismo; por ti me he hecho hombre, semejante a un inválido que tiene su cama entre los muertos; por ti, que fuiste expulsado del huerto, he sido entregado a los judíos en el huerto, y en el huerto he sido crucificado.

Contempla los salivazos de mi cara, que he soportado para devolverte tu primer aliento de vida; contempla los golpes de mis mejillas, que he soportado para reformar, de acuerdo con mi imagen, tu imagen deformada; contempla los azotes en mis espaldas, que he aceptado para aliviarte del peso de los pecados, que habían sido cargados sobre tu espalda; contempla los clavos que me han sujetado fuertemente al madero, pues los he aceptado por ti, que maliciosamente extendiste una mano al árbol prohibido.

Dormí en la cruz, y la lanza atravesó mi costado, por ti, que en el paraíso dormiste, y de tu costado diste origen a Eva. Mi costado ha curado el dolor del tuyo. Mi sueño te saca del sueño del abismo. Mi lanza eliminó aquella espada que te amenazaba en el paraíso.

Levántate, salgamos de aquí. El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celeste. Te prohibí que comieras del árbol de la vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol, yo, que soy la vida y que estoy unido a ti. Coloqué un querubín que fielmente te vigilara; ahora te concedo que el querubín, reconociendo tu dignidad, te sirva.

El trono de los querubines está preparado, los portadores atentos y preparados, el tálamo construido, los alimentos prestos, se han embellecido los eternos tabernáculos y moradas, han sido abiertos los tesoros de todos los bienes, y el reino de los cielos está preparado desde toda la eternidad.



viernes, 6 de abril de 2012

Viernes Santo: Jesús muere en la Cruz


"El fue traspasado por nuestras rebeldías
y triturado por nuestras iniquidades;
y por sus heridas fuimos sanados."

(Is 53,5)


De la película: "La Pasión del Cristo", de Mel Gibson

El Viernes Santo es el día de Pasión y Muerte del Señor y del ayuno pascual como signo exterior de nuestra participación en su sacrificio.

Este día no hay celebración eucarística, pero en la acción litúrgica que se realiza conmemoramos la Pasión y la Muerte de Cristo. Cristo aparece como el Siervo de Dios anunciado por los profetas, el Cordero que se sacrifica por la salvación de todos.

La Cruz es el elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz de la resurrección; se nos muestra como trono de gloria e instrumento de victoria, por esto es presentada a la adoración de los fieles.

El Viernes Santo no es día de llanto ni de luto, sino de amorosa y gozosa contemplación del sacrificio redentor del que brotó la salvación. Cristo no es un vencido sino un vencedor, un sacerdote que consuma su ofrenda, que libera y reconcilia, por eso nuestra alegría.


María, junto a su Hijo


María Magdalena, María y Juan, al pie de la Cruz

Acompañemos a María en su dolor profundo, el dolor de una madre que pierde a su Hijo amado. Ha presenciado la muerte más atroz e injusta que se haya sufrido jamás, pero al mismo tiempo le alienta una gran esperanza sostenida por la fe. María vio a su hijo abandonado por los apóstoles temerosos, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos.

María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no lo comprendamos.

Es Ella quien con su compañía, su fortaleza y su fe nos da fuerza en los momentos de dolor, en los sufrimientos diarios... Pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de ella. Y comprendamos que en el dolor, somos más parecidos a Cristo y capaces de amarlo con mayor intensidad.

La imagen de la Virgen dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella la compañía y la fuerza para dar sentido a los propios sufrimientos.


jueves, 5 de abril de 2012

¡Hagámanos pan, para los demás!

Jueves Santo: Última Cena del Señor

Eucaristía, Sacerdocio Ministerial
y Mandamiento del Amor

Bendición del pan

"Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies,
también ustedes deben lavarse los pies unos a otros."


Jn 13, 1-15

Con este pasaje del Evangelio de San Juan quedamos introducidos en la parte central de los acontecimientos más relevantes de nuestra fe. Entramos de lleno en el Triduo Pascual.

La Última Cena

Jesús quiere despedirse de sus seguidores, de sus compañeros, de sus amigos. Otra vez su gran humildad, su gesto fino y lleno de ternura. Va lavándole los pies a aquellos hombres que lo habían visto ordenar a los vientos y a las olas la quietud en la tormenta, que le habían visto dar la luz a los ojos de los ciegos, hacer caminar a los paralíticos, sanar a los leprosos, resucitar a los muertos. Que lo habían visto radiante como el sol en su Transfiguración y ahora, con un amor inconmensurable, con una humildad sin límites, les está lavando los pies.

Pedro está asustado, no acierta a comprender, pero ante las palabras de Jesús y con su vehemencia natural, le pide que le lave de los pies a la cabeza. Jesús va más allá, está pensando en toda la humanidad...

Entre los doce están los pies de aquel que lo iba a traicionar. Jesús, también los lavó con infinito amor... Y nos mandó hacer eso mismo con todos nuestros hermanos.

Nuestra pobre mente no alcanza a comprender todo el profundo significado de este acto. Ya antes de morir el Señor de la Vida se está anonadando ante los hombres... Y después, otro gesto de amor hasta el extremo: hace del pan su Cuerpo y del vino su Sangre para quedarse con nosotros, para ser nuestro alimento, hasta que Él vuelva.

miércoles, 4 de abril de 2012

Semana Santa

HORARIOS DE MISAS Y CELEBRACIONES

Con la celebración del Domingo de Ramos, en la que recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, comenzamos la Semana Santa, la semana más importante para todos los cristianos.

Publicamos los horarios de Misas y Celebraciones que tendrán lugar en la Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén y en la Capilla Nuestra Señora de la Guardia.

DOMINGO DE RAMOS

Capilla Nuestra Señora de la Guardia

Sábado 31 de marzo, 18 hs. Misa y bendición de ramos.

Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén

Sábado 31 de marzo: NO HAY MISA.

Domingo 1° de abril, 10 hs. Misa y bendición de ramos.
20 hs. Misa.

MISA CRISMAL

Miércoles 4 de abril, 19.30 hs. En la Catedral Metropolitana, Misa presidida por el arzobispo y concelebrada por todo el presbiterio.

JUEVES SANTO

Capilla Nuestra Señora de la Guardia

Jueves 5 de abril, 18 hs. Misa de la Cena del Señor.

Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén

Confesiones por la mañana, de 9 a 12 hs.

Jueves 5 de abril, 20 hs. Misa de la Cena del Señor.

Posteriormente, "Noche Heroica" organizada por el Grupo de Jóvenes, con exposiciones, charlas, películas y fogón.


VIERNES SANTO

Capilla Nuestra Señora de la Guardia

Viernes 6 de abril, 17 hs. Celebración de la Pasión del Señor.

Luego, Via Crucis por las calles del barrio.

Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén

Confesiones por la mañana, de 9 a 12 hs.

Viernes 6 de abril, 19 hs. Celebración de la Pasión del Señor.

Posteriormente, a las 21 hs., Via Crucis viviente.




VIGILIA PASCUAL

Capilla Nuestra Señora de la Guardia

Sábado 7 de abril, 19.30 hs. Vigilia Pascual.

Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén

Sábado 7 de abril, 21.30 hs. Vigilia Pascual.

Confesiones por la mañana, de 9 a 12 hs.

DOMINGO DE PASCUA

Cuasi Parroquia Nuestra Señora de Belén

Domingo 8 de abril, 20 hs. Misa.

martes, 3 de abril de 2012

En el centro de la noche


«En verdad, en verdad les digo que uno de ustedes me entregará

Jesús estaba profundamente conmovido -¿cómo no estarlo?- se estaba despidiendo de los amigos con los que había compartido tres años más que intensos, amigos con los que había recorrido mil caminos, amigos a los que les había revelado verdades insondables y las profundidades de su corazón.

Se acerca la muerte, se asoma el horror y en vez de huir, Él comparte la mesa con los suyos. Entre ellos está el Discípulo Amado, el cual deliberadamente no es identificado con nombre propio: ello así porque allí hay que poner nuestros nombres, y porque también el Discípulo Amado es la misma comunidad.

Jesús habla de quien en pocos momentos lo entregaría a sus enemigos, verdugos de todo asomo de libertad. Los discípulos se horrorizan, porque no asumen que entre ellos haya alguno que se atreva a traicionar al Maestro; nada más erróneo, la traición proviene siempre de quien se confía, de quien reivindicamos como propio. Así también Pedro quebrantará la confianza de Jesús con la rapidez del canto matinal de un gallo, y los demás correrán presurosos a esconderse, prófugos de sus miedos.

Pero en el centro de esa noche cerrada, noche de soledad y negación, Él ofrece compartir el pan.
Aún en nuestros quebrantos más terribles, aún sabiendo que en nuestros orgullos le damos concienzudamente la espalda, nos sigue ofreciendo su amistad.

RR

lunes, 2 de abril de 2012

María de Betania unge los pies de Jesús


En este relato evangélico hay un gesto sobre el que deseo llamar la atención: María de Betania, "tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos". El gesto de María es la expresión de fe y de amor grandes por el Señor: para ella no es suficiente lavar los pies del Maestro con agua, sino que los unge con una gran cantidad de perfume precioso que -como protestará Judas- se habría podido vender por trescientos denarios; y no unge la cabeza, como era costumbre, sino los pies: María ofrece a Jesús cuanto tiene de mayor valor y lo hace con un gesto de profunda devoción. El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva a veces en su corazón. (Benedicto XVI, 29 de marzo de 2010).

¡Siempre presente!

¡A 7 años de su pascua, sigue muy presente en nuestros corazones!

"Juan Pablo II es beato por su fe, fuerte y generosa, apostólica. Fue un hombre de una fe fuerte, anclada en el encuentro personal con Jesucristo, nutrida de la oración personal y comunitaria, irrigada por la Palabra de Dios, lubricada por los sacramentos, acrisolada robustecida por los sufrimientos del alma y del cuerpo."

“El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de su ministerio. Y después, su testimonio en el sufrimiento: el Señor lo fue despojando lentamente”.

"Su fe –bien templada y ardientemente afinada por su fervorosa piedad mariana- labró en él la humildad, la alegría y la mejor humanidad."

Benedicto XVI

Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas


A quienes volvieron y a los que allí quedaron:
nuestro reconocimiento, respeto y eterna gratitud.


Por todos ellos y por sus familias, nuestra oración.


JUAN LÓPEZ Y JOHN WARD

Les tocó en suerte una época extraña.

El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los catógrafos, auspiciaba las guerras.

López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.

El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.

Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.

Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.

El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

Jorge Luis Borges, "Los Conjurados", 1985

domingo, 1 de abril de 2012

Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor


"El Domingo de Ramos es el gran pórtico que nos lleva a la Semana Santa, la semana en la que el Señor Jesús se dirige hacia la culminación de su vida terrena. Él va a Jerusalén para cumplir las Escrituras y para ser colgado en la cruz, el trono desde el cual reinará por los siglos, atrayendo a sí a la humanidad de todos los tiempos y ofrecer a todos el don de la redención." Benedicto XVI

Bendición de los ramos, procesión y Misa