Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

_______________________________________________________

:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


_____________________________________________

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ordenaciones Presbiterales

Hoy, 30 de septiembre, solemnidad de San Jerónimo, Patrono de Santa Fe, nuestro Arzobispo, José María Arancedo, presidió la Santa Misa en la Basílica de Guadalupe durante la cual confirió el Orden Sagrado a cinco Diáconos.

Ellos son: ESTEBAN ALFARO, FERNANDO CHIARIOTTI, FABIAN INGARAMO, DANIEL MENCARELLI y EDGARDO MORZAN, todos seminaristas del Seminario Metropolitano “Nuestra Señora”.

Saludamos y felicitamos a los nuevos presbíteros, que colaborarán con Monseñor Arancedo en el cuidado pastoral de esta arquidiócesis, a él confiada.

Y, como comunidad parroquial, saludamos y felicitamos también a nuestro párroco, Pbro. Dr. Gerardo Galetto, en el 20º aniversario de su ordenación sacerdotal.



"Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre vos.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz.
"

¡¡¡FELICITACIONES!!!

Informe Económico - Septiembre 2009

Publicamos el Informe Económico del mes de septiembre de 2009.

Gracias a todos por su generosa colaboración.




A B C
1 INFORME ECONOMICO MES: SETIEMBRE 2009
2


3 I N G R E S O S

4 Colectas Misas $ 2,835.00
5 Donaciones

6 Sostenimiento del culto (2%) $ 1,501.00
7


8 TOTAL $ 4,336.00
9


10 E G R E S O S

11 Gastos de Secretaría $ 174.5
12 Gastos Sacristía $ 95.5
13 Sueldos $ 330
14 Sostenimiento Culto

15 Arzobispado 1/3 $ 500
16 Varios: Biblias, Coleta + x -
$ 1,772.50
17


18 TOTAL $ 2,872.50
19


San Jerónimo, Doctor de la Iglesia

Patrono de la Ciudad
y la Provincia Civil de Santa Fe

San Jerónimo

El siglo IV después de Cristo, que tuvo su momento importante en el año 380 con el edicto del emperador Teodosio que ordenaba que la fe cristiana tenía que ser adoptada por todos los pueblos del imperio, está repleto de grandes figuras de santos: Atanasio, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, Basilio y Jerónimo.

Jerónimo nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Su espíritu es enciclopédico: su obra literaria nos revela al filósofo, al retórico, al gramático, al dialéctico, capaz de pensar y escribir en latín, en griego, en hebreo; escritor rico, puro y robusto al mismo tiempo. A él se debe la traducción al latín del Antiguo y del Nuevo Testamento, que llegó a ser, con el título de Vulgata, la Biblia oficial del cristianismo.

Jerónimo es de una personalidad fortísima: en cualquier parte a donde va suscita entusiasmos o polémicas. En Roma fustiga los vicios y las hipocresías y también preconiza nuevas formas de vida religiosa, atrayendo a ellas a algunas mujeres influyentes patricias de Roma, que después lo siguen en la vida eremítica de Belén. La huída de la sociedad de este desterrado voluntario se debió a su deseo de paz interior, no siempre duradero, porque de vez en cuando reaparecía con algún nuevo libro. Los rugidos de este “león del desierto” se hacían oír en Oriente y en Occidente. Su radicalidad alcanzaba a todos. Tuvo palabras duras para Ambrosio, para Basilio y hasta para su amigo Agustín que tuvo que pasar varios tragos amargos. Lo prueba la correspondencia entre los dos grandes doctores de la Iglesia, que se conservan casi en su totalidad. Pero sabía suavizar sus intemperancias de carácter cuando el polemista pasaba a ser director de almas.

Cuando terminaba un libro, iba a visitar a las monjas que llevaban vida ascética en un monasterio no lejos del suyo. El las escuchaba, contestando sus preguntas. Estas mujeres inteligentes y vivas fueron un filtro para sus explosiones menos oportunas y él les pagaba con el apoyo y el alimento de una cultura espiritual y bíblica. Este hombre extraordinario era consciente de sus limitaciones y de sus propias faltas. Las remediaba dándose golpes de pecho con una piedra. Pero también se daba cuenta de sus méritos, tan es así que la large lista de los hombres ilustres, de los que hizo un breve pero precioso resumen (el De viris illustribus) termina con un capítulo dedicado a él mismo. Murió a los 72 años, en el 420, en Belén.

Del prólogo al comentario de san Jerónimo sobre el libro del profeta Isaías
Nums. 1.2

"Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo"


martes, 29 de septiembre de 2009

Miguel, Gabriel, y Rafael, Arcángeles

Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Miguel, Gabriel y Rafael son los nombres con que se presentan en la Sagrada Escritura estos tres príncipes de la corte celestial.

Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos; Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen María el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina; Rafael acompañó al joven Tobías cuando cumplía un difícil encargo y se ocupó de solucionar difíciles asuntos de su esposa.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses.

A pesar de que están de moda, por otro lado, es muy fácil que nos olvidemos de su existencia, por el ajetreo de la vida y principalmente, porque no los vemos.

Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de los ángeles. Por esta razón, la Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos estos días para pedir su ayuda.


Misión de los ángeles

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad.

Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos.

En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y Zacarías.

En el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad.

En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un "ser que parecía varón" volando rápidamente, vino a él (Dn 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del Apocalipsis, son frecuentes las apariciones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, en las cartas de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.

Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles:

  • nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal.
  • luchan con todo su poder por y con nosotros.

Como ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro, que pudo huir de la prisión ayudado por un ángel (Hch 12, 7 y siguientes). También, aparece un ángel deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo, Isaac.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Por ejemplo, tenemos las apariciones a la Virgen María, a San José y a Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles.

Los ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a Herodes Agripa (Hch) y la muerte de los primogénitos egipcios (Ex 12, 29).

Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este será el último servicio que nos presten pero el más importante. El arcángel Rafael dice a Tobías: "Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor" (Tb 12, 12 - 16).

Ellos nos animan a ser buenos, pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. "Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente" (Lc 15, 10).

Jerarquía de los ángeles

Se suelen enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía, los superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.

Cada tres coros de ángeles constituyen una jerarquía y todos ellos forman la corte celestial.
  1. Jerarquía Suprema
    serafines
    querubines
    tronos
  2. Jerarquía Media
    dominaciones
    virtudes
    potestades
  3. Jerarquía Inferior
    principados
    arcángeles
    ángeles

Serafines: Son los "alabadores" de Dios. Serafín significa "amor ardiente". Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.
(Is 6, 17)

Querubines: Son los "guardianes" de las cosas de Dios. Aparecen como encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. "Se sienta sobre querubines".
(Gn, Ex, Ez, y Hb).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones:

En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. Hay quien interpreta los nombres de los ángeles como correspondientes a su grado de perfección. Para San Gregorio, los nombres de los ángeles se refieren a su ministerio:

  1. los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales
  2. las virtudes son los encargados de hacer los milagros
  3. las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas
  4. las dominaciones son los que participarán en el gobierno de las sociedades
  5. los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.


Existe, también, una jerarquía basada en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. A los arcángeles les podríamos llamar los "asistentes de Dios". Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.


  1. Arcángel Miguel: es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa "quien como Dios". Su conducta y fidelidad nos deben invitar a reconocer siempre el señorío de Jesús y buscar en todo momento la gloria de Dios.

  2. Arcángel Gabriel: en hebreo significa "Dios es fuerte", "Fortaleza de Dios". Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista, y a la Virgen María, la Encarnación del Hijo de Dios.

  3. Arcángel Rafael: su nombre quiere decir "medicina de Dios". Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

    Los ángeles custodios

    Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma sobre este tema San Jerónimo: "Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia".

    En el Antiguo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus mensajeros para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando a Elías lo alimentó un ángel (1 Re, 19, 5).

    En el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que aparecen estos seres: el mensaje a San José para que huyera a Egipto y los ángeles que sirvieron a Jesús, después de las tentaciones en el desierto, entre otros ejemplos.

    Se puede decir que los ángeles custodios son compañeros de viaje, que siempre estarán al lado de cada uno de nosotros, en las buenas y en las malas, sin separarse ni un solo momento. Están a nuestro lado mientras trabajamos, descansamos, cuando nos divertimos y cuando rezamos, cuando les pedimos ayuda y cuando los olvidamos. Y, lo más importante, es que no se apartna de nosotros ni siquiera cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado. Nos prestan auxilio para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida diaria.

    Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como si fuera algo infantil. Pero, si pensamos que al crecer la persona se enfrentará a una vida con mayores tentaciones y dificultades, el ángel custodio será de gran ayuda.

    Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro.

    Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está muy cerca de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos.

    Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe lo que hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

    También podemos pedirle favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinados peligros o las guíen en situaciones difíciles.

    ¿Qué nos enseñan los ángeles?

    Nos enseñan a:

    1. glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle homenaje de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.

    2. cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que recibimos del señor y a cumplir su Voluntad sin discutir sus mandatos ni aplazando el cumplimiento de éstos.

    3. servir al prójimo, pues ellos están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto nos anima a compartir con nuestros hermanos penas y alegrías.


    ¿Quiénes son los ángeles caídos?

    Dios creó a los ángeles como espíritus puros. Todos se encontraban en estado de gracia. Pero algunos, encabezados por Luzbel -el más bello de los ángeles-, por su malicia y soberbia se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores. Así, rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su parte.
    Luzbel -también denominado Lucifer, Diablo o Satán- junto con los ángeles rebeldes que le siguieron -convertidos en demonios- fueron arrojados del Cielo al infierno. Quedaron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios.

    No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales. Lucifer eligió ser el enemigo de Dios. Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”. Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que los hombres conozcan a Dios, que lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar al Cielo.

    Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores. Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien. Su acción ordinaria en el hombre es la tentación. Por ello rezamos en el Padrenuestro: “...no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.”

    ¿Por qué creer en los ángeles?

    Toda la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la existencia y la acción de los ángeles.

    Además del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo cristiano. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles.

    El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

    El Concilio IV de Letrán, en 1215, señaló que Dios es creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las corporales. Se señaló que a unas y a otras, las creó Dios de la nada.

    En 1870, el Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los ángeles.

    Pablo VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968, al formular el Credo.

    En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969, quedó establecido el día 29 de septiembre para dar culto a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de octubre, para rendir culto a los ángeles custodios.

    Oración a San Miguel Arcángel

    San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
    Ayúdanos a luchar contra el mal.
    Que Dios oiga tu voz y tú, como jefe del ejército del Cielo,
    combate y vence a Satanás
    y a todos los espíritus malos que andan por el mundo
    deseando la ruina de las almas.
    Amén.

    Oraciones al Ángel de la Guarda

    Ángel del Señor, que eres mi custodio,
    puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,
    ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname
    en este día.
    Amén.

    Ángel de la Guarda, dulce compañía
    No me desampares, ni de noche ni de día,
    hasta que me encuentre en los brazos de Jesús y de María.

    Consulta también
    San Miguel Arcángel,
    San Rafael Arcángel,
    San Gabriel Arcángel
    Los Ángeles
Fuente: Catholic.net

lunes, 28 de septiembre de 2009

La sociedad necesita personas "creyentes y creíbles"



STARÁ BOLESLAV, lunes 28 de septiembre de 2009.

Benedicto XVI afirmó que la sociedad necesita hoy personas “con temor de Dios y coherentes”, en la homilía en la Misa de la fiesta de San Wenceslao, patrón de la nación checa, celebrada este lunes en la explanada de la via Melnik, en la ciudad de Stará Boleslav.

La misa se celebró en presencia de miles de personas, entre ellas el presidente del país –a quien el Papa felicitó por su santo- y especialmente un nutrido grupo de jóvenes. Stará Boleslav es el lugar donde san Wenceslao, soberano de los checos, murió mártir a manos de su hermano Boleslao, en el año 935.

Proponiendo el ejemplo del santo, el Papa afirmó que “hoy se necesitan personas que sean creyentes y creíbles, dispuestas a difundir en cada ámbito de la sociedad esos principios e ideales cristianos en los que se inspira su acción”.

Y continuó: “Esto es la santidad, vocación universal de todos los bautizados, que empuja a cumplir el propio deber con fidelidad y valentía, mirando no el propio interés egoísta, sino el bien común, y buscando en todo momento la voluntad divina”.

En el último día de su viaje apostólico a la República Checa, el Papa reconoció la dificultad de este objetivo, pero destacó que los santos muestran que puede lograrse.

Su ejemplo, destacó, “nos anima a los que nos llamamos cristianos a ser creíbles, es decir, coherentes con los principios de la fe que profesamos”.

En su homilía, iniciada con un saludo al Presidente de la República y a todo el pueblo checo en el día de su fiesta nacional, recordó algunos hechos de la vida del mártir.

“El joven soberano Wenceslao se mantuvo fiel a las enseñanzas evangélicas que le había impartido su santa abuela, la mártir Ludmilla”, explicó.

“Siguiéndolas, aún antes de comprometerse en la construcción de una convivencia pacífica dentro de la Patria y con los países limítrofes, se empeñó en propagar la fe cristiana, llamando a sacerdotes y construyendo iglesias”, prosiguió.

También recordó que el mártir, “animado por el espíritu evangélico, llegó a perdonar incluso al hermano, que había atentado contra su vida”.

El pontífice subrayó que este rey santo “tuvo el valor de anteponer el reino de los cielos a la fascinación del poder terrenal”.

Para Benedicto XVI, su lección de vida fue que “no basta, de hecho, parecer buenos y honrados, hay que serlo realmente; y bueno y honrado es aquel que no cubre con su yo la luz de Dios, no se pone delante a sí mismo, sino que deja ver a Dios a través suyo”.

“¿En nuestros días la santidad es aún actual” o “no es más bien un tema poco atrayente e importante?”, se preguntó. “¿No se buscan hoy más el éxito y la gloria de los hombres? ¿Cuánto dura, sin embargo, y cuanto vale el éxito terrenal?”.

“El valor auténtico de la existencia humana no se mide sólo con los bienes terrenales y los intereses pasajeros –indicó-, porque no son las realidades materiales las que apagan la sed profunda de sentido y de felicidad que hay en el corazón de cada persona”.

Además de señalar que el “éxito terrenal” tiene escaso valor, recordó la caída, en el siglo pasado, de muchos poderosos que negaban a Dios.

“Quien negaba y sigue negando a Dios y, en consecuencia, no respeta al hombre, parece tener la vida fácil y conseguir un éxito material –advirtió. Pero basta rascar la superficie para constatar que, en estas personas, hay tristeza e insatisfacción”.

El Santo Padre destacó que sólo quien tiene “en el corazón el santo temor de Dios, tiene confianza también en el hombre y emplea su existencia en construir un mundo más justo y más fraterno”.

Fuente: Zenit

domingo, 27 de septiembre de 2009

Homilía Dominical

26º Domingo del Tiempo Ordinario
Lecturas
Nm 11, 25-29
St 5, 1-6
Mc 9, 38-43.45.47-48

Al igual que el domingo anterior, Jesús ofrece orientaciones acerca de la vida de la comunidad y las características de quienes pretendan ser sus discípulos. Jesús elogia la atención privilegiada a los pequeños, recordando que el bien hecho a ellos no quedará sin recompensa, aunque sea un gesto tan sencillo como dar un vaso de agua, por el hecho de que en los pequeños está Cristo mismo. Esto nos ayuda a entender que lo esencial de la vida cristiana es la caridad y el servicio, y que aún las cosas más simples ayudan a construir un mundo mejor cuando las hacemos con amor.

Por el contrario, las injusticias, opresiones, maldades cometidas contra los pequeños merecen las más terribles de las penas, al punto de que Jesús afirma que "más le valdría que lo arrojen al mar con una piedra en el cuello" al que haga daño -material o espiritual- a un pequeño. Los pequeños son los niños, pero también los pobres, los oprimidos, los olvidados, los enfermos; la pequeñez evangélica es la actitud de los que no ponen su centro en el propio yo, sino que su confianza está en el Señor. Esta parecería ser una característica que el Señor espera de su Iglesia y de cada uno de nosotros.

En el comienzo del relato de hoy aparece otra característica que Jesús parecería esperar de su comunidad: la apertura mental y la grandeza de corazón para reconocer todo el bien que hay fuera de ella. Jesús recrimina a Juan, que ha querido impedir la acción de uno que hacía milagros..."pero no es de los nuestros". Este modo de pensar estrecho no es voluntad de Jesús, quien enseña que cualquiera que diga una palabra verdadera pertenece al Reino, aunque tal vez no esté en la Iglesia; cualquiera que haga una obra de Justicia contribuye a instaurar el Reino, aunque tal vez no pertenezca formalmente al grupo de los creyentes; cualquiera que haga el bien hace crecer el Reino, aunque a lo mejor piense distinto que nosotros. ¡Quien entiende la historia como la oposición entre "los nuestros" y "los otros" no ha entendido lo que Jesús espera de sus discípulos!

Es cierto que nosotros pertenecemos a Jesús y a su Iglesia, y que no da lo mismo "estar" que "no estar". Y es bueno que tengamos un sano orgullo por el hecho de ser católicos, y que no dudemos de que en Cristo está la plenitud de la Verdad y de la vida; y que manifestemos nuestra pertenencia sin complejos de inferioridad, pero también sin pretensiones de una exclusividad que no es el espíritu de nuestro fundador.

Quizás el final del párrafo de hoy tenga que ver con esto. Jesús habla de arrancar "la mano" y "el ojo" si éstos son ocasión de pecado. Lo hace en el contexto del escándalo, que literalmente significa en la Biblia impedir a los demás el acceso a la salvación, poner obstáculos en la vida de los otros. El sentido sería: que tus manos no se cierren a las manos de todos aquellos que luchan por un mundo mejor, aunque no piensen como vos, que tus ojos no sean ciegos para reconocer cuánto bien hay en otras religiones y creencias. La "mano" y el "ojo" son ocasión de pecado cuando se convierten en piedra de tropiezo que impide el encuentro con los demás, aunque no compartamos todos los puntos de vistas y criterios.

P. Gerardo Galetto

Evangelio Ilustrado


Muchas pistas para llegar al cielo...

Evangelio según San Marcos (9, 38-43 . 45, 47-48)

(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)




sábado, 26 de septiembre de 2009

Fe y Compromiso Social


Cuando la Iglesia habla del escándalo de la pobreza y la presenta como una urgencia moral y política de la sociedad, algunos se preguntan si le corresponde a la Iglesia hablar de estos temas. Si la Iglesia no tendría que dedicarse sólo a una tarea espiritual, entendiéndola en un sentido restringido o espiritualista, y a lo sumo realizar alguna tarea asistencial.

Estos planteos desconocen la dimensión de la fe en un Dios que es Padre y Creador de todos los hombres y de todo el hombre, y que esta fe cristiana se apoya en el testimonio y en la palabra de Jesucristo, que nos ha revelado la grandeza de la vida del hombre y que es garantía de su dignidad. Podemos distinguir en la vida aspectos materiales y espirituales pero no separarlos, porque ambas dimensiones forman una única realidad que es el hombre, y que es varón y mujer.

Por ello una fe que no tenga en cuenta al hombre en su totalidad no es la fe en el Dios que nos ha enseñado Jesucristo, quien además tuvo una particular atención y preferencia por los pobres, por los que sufren. Una Iglesia fiel a Jesucristo es, por lo mismo, una Iglesia que contempla al hombre en su totalidad y se compromete a acompañarlo en el camino de su vida, elevando su voz y su denuncia, si es necesario, ante situaciones que dañan sus derechos y dignidad. Esto no debe ser interpretado como una postura demagógica u opositora, sino como un acto de fidelidad a Jesucristo. Una Iglesia que no esté cerca del que sufre no sería fiel al mandato del Señor. En este sentido la fe, en cuanto expresa la verdad del hombre a partir del Evangelio, tiene una dimensión social y política, porque contempla la vida y realización plena del hombre en lo concreto de su historia. No podemos desde la fe desentendernos de la angustia y el dolor de nuestro hermano. Como Jesucristo, debemos ver, amar y servir al hombre en su totalidad.

Como vemos, la fe no nos encierra en un espiritualismo ajeno a la realidad, sino por el contrario, orienta nuestro compromiso con esta misma realidad. Podríamos decir que nada de lo que es humano es ajeno a la fe en un Dios que es Padre y guardián de todos sus hijos. La ofensa al hombre es una ofensa a Dios. Para la Iglesia, una auténtica evangelización siempre va unida “a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana”, porque su mirada abarca a todo el hombre en su realidad humana como espiritual. Desde esta concepción de la fe decíamos los Obispos en vistas al Bicentenario 2010-2016, “creemos que existe la capacidad (hoy agregaría la urgencia) de proyectar como prioridad nacional la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social” (Hacia el Bicentenario, 5). Estas palabras y el compromiso social que implican, son una auténtica expresión de fe cristiana.

Que sepamos dar testimonio de nuestra fe a través del compromiso social con el que asumimos las necesidades de nuestros hermanos. Que nuestra mirada de fe sepa descubrir el dolor y la pobreza en nuestros hermanos y como hizo Jesucristo, detenernos y acompañarlos para que recuperen su dignidad.

Reciban junto a mi afecto y oraciones, mi bendición de Padre y de amigo en el Señor.



Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

viernes, 25 de septiembre de 2009

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

Hoy, 25 de septiembre, se recuerda un nuevo aniversario de la primera aparición de María en San Nicolás, Argentina. Es un motivo de alegría para todos los que somos argentinos, saber que María eligió nuestra tierra para hablar a todo el mundo.

La Virgen María se aparece a una sencilla mujer de San Nicolás de los Arroyos, una ciudad del interior de la Argentina, en medio de una sucesión de hechos místicos que se produjeron a su alrededor: muchos Santos Rosarios empezaron a iluminarse en los hogares de los habitantes de San Nicolás, anticipando lo que en forma inminente iba a ocurrir allí.

Gladys Quiroga de Motta ve por primera vez a nuestra Madre Celestial el 25 de septiembre de 1983. Los mensajes se suceden a partir de entonces en cantidad, a través de apariciones diarias. La Iglesia toma intervención inicialmente con gran cautela, para luego apoyar el crecimiento de la obra de María, ante las evidencias manifestadas.

El rezo del Santo Rosario se multiplica a partir del pedido celestial de oración, mientras las multitudes empiezan a acudir en forma creciente al lugar.

La Virgen señala mediante un rayo de luz un lugar junto al Río Paraná (llamado "El Campito"), para que se construya un Santuario, que ella misma diseña a través de los mensajes entregados a la vidente. Se levanta entonces un colosal Templo exactamente en el lugar
señalado por la Reina del Cielo, como centro de veneración a María, verdadera intercesora y camino perfecto para llegar a Su Hijo, Jesús.

El lugar es visitado en forma permanente en peregrinación, con mayor afluencia de fieles los días 25 de cada mes, y mediante una gran multitud que se concentra los días 25 de septiembre de cada año, en el aniversario de la aparición.

María señala a la vidente una imagen de madera de la Virgen del Rosario, que estaba guardada desde hacía años en el campanario de la Catedral de San Nicolás, y pide que se la restaure y venere allí, bajo la advocación de “Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás”.

Nuestra Madre Celestial pide que se acuñe una medalla, la cual es entregada gratuitamente a los cientos de miles de asistentes al lugar.

Los Mensajes contienen un permanente pedido de conversión, oración del Santo Rosario, regreso a los Sacramentos de la Confesión y la Eucaristía.

También María advierte sobre la importancia de convertirse mientras cada alma aún tiene tiempo, ya que sólo Dios conoce cuándo y cómo seremos llamados a rendir cuentas ante Su Presencia.

Gladys sufre los estigmas de la pasión, que son corroborados médicamente, siempre bajo la supervisión y tutela de los sacerdotes. Ella mantiene su obediencia a la Iglesia en todo momento, a pesar de las duras pruebas que tuvo que enfrentar, dentro del lógico proceso de estudio de los hechos allí manifestados.

Enorme cantidad de hechos místicos les son regalados a muchos de los peregrinos, principalmente mediante la masiva iluminación de Rosarios, el perfume a rosas, y el milagro del sol, tal cual ocurre en otros lugares donde el Cielo se manifiesta en toda su elocuencia.

María es puro amor, es Dios enviando lo más hermoso, noble y puro que existe en el Cielo, producto de la Creación. ¡Corramos a sus brazos!

María:

Aliento de los débiles,
manantial de los sedientos,
abrigo de los pobres,
descanso de los fatigados,
seguridad de los vacilantes,
acallar de los lamentos,
alegría de los corazones,
Arca de todos los pueblos,
Unión entre los hijos y Dios.

Ruega por nosotros.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Nuestra Señora de la Merced

Nuestra Señora de la Merced

Estaba todavía gran parte de España bajo el yugo de los moros, y los piratas sarracenos asolaban las costas del Mediterráneo, haciendo miles de cautivos a quienes llevaban al norte de África. En esas circunstancias, el 2 de agosto de 1218 Pedro Nolasco tuvo una visión de la Santísima Virgen que lo exhortaba a fundar una Orden con el fin principal de redimir a aquellos cristianos cautivos. Ocho días después, en la catedral de Barcelona, nacía la "celeste, real y militar Orden de la Merced", cuya obra, en aquellos siglos, fue realmente heroica. Se calcula que fueron alrededor de 300.000 los redimidos por los frailes mercedarios del cautiverio de los moros y unos 3.000 los religiosos que murieron mártires al entregar su vida en cumplimiento de su voto. En conmemoración de tan insigne "merced" de María a los hombres, se estableció la fiesta de la Merced o de las Mercedes.


La Virgen de la Merced en la historia argentina

Con Pedro de Mendoza llegaron los primeros mercedarios. También lo hicieron acompañando a la corriente colonizadora que ingresó por el norte. A ello se debe el que la devoción a Nuestra Señora de la Merced sea una de las más antiguas en nuestro país. El general Manuel Belgrano la proclamó Generala del Ejército Argentino, y le hizo entrega de su propio bastón de mando después de la batalla de Tucumán, cuya victoria, que ocurrió en esta misma fecha, atribuyó a su protección. A lo largo de todo el país son innumerables los templos y capillas dedicados a su devoción.

Oración

Virgen y Señora nuestra de la Merced, a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡¡¡Celebramos la Vida!!!

Salón Comunitario San Cayetano

El martes 22 de septiembre, a pesar del día gris, celebramos la vida en el Salón San Cayetano, de la Vía Muerta.


Preparando todo para la llegada de los chicos...



Participaron los chicos de catequesis, sus hermanitos y todos los chicos del barrio que se acercaron a celebrar con nosotros.



Los chicos, junto a sus catequistas y al párroco, plantaron plantines de flores de estación que van a adornar el patio que está delante del salón.



Después de la merienda y de recibir hermosos regalos, todos los chicos jugaron y cantaron guiados por sus catequistas.


A QUIENES GENEROSAMENTE COLABORARON

PARA QUE NUESTROS CHICOS
VIVIERAN UNA VERDADERA "FIESTA DE LA VIDA":

¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
y
¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!!!!

Más fotos en "Celebrando la vida", a la derecha del blog.

martes, 22 de septiembre de 2009

Decálogo para leer con provecho la Biblia

Con motivo del mes de la Biblia, septiembre, el obispo de Querétaro, monseñor Mario de Gasperín Gasperín, reconocido biblista, ha escrito un "Decálogo para leer con provecho la Biblia", que compartimos a continuación, por considerarlo de interés general.

Decálogo para leer con provecho la Biblia

1. Nunca creer que somos los primeros que han leído la Santa Escritura. Muchos, muchísimos a través de los siglos la han leído, meditado, vivido, transmitido. Los mejores intérpretes de la Biblia son los santos.

2. La Escritura es el libro de la comunidad eclesial. Nuestra lectura, aunque sea a solas, jamás podrá ser en solitario. Para leerla con provecho, hay que insertarse en la gran corriente eclesial que conduce y guía el Espíritu Santo.

3. La Biblia es "Alguien". Por eso se lee y celebra a la vez. La mejor lectura de la Biblia es la que se hace en la Liturgia.

4. El centro de la Sagrada Escritura es Cristo; por eso, todo debe leerse bajo la mirada de Cristo y cumplido en Cristo. Cristo es la clave interpretativa de la Sagrada Escritura.

5. Nunca olvidar que en la Biblia encontramos hechos y dichos, obras y palabras íntimamente unidas unas con otras; las palabras anuncian e iluminan los hechos, y los hechos realizan y confirman las palabras.

6. Una manera práctica y provechosa de leer la Escritura es comenzar con los santos Evangelios, seguir con los Hechos y las Cartas e ir intercalando con algún libro del Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Jueces, Samuel, etcétera. No querer leer el libro del Levítico de corrido, por ejemplo. Los Salmos deben ser el libro de oración de los grupos bíblicos. Los profetas son el "alma del Antiguo Testamento: hay que dedicarles un estudio especial.

7. La Biblia se conquista como la ciudad de Jericó: dándole vueltas. Por eso, es bueno leer los lugares paralelos. Es un método entretenido y muy provechoso. Un texto esclarece al otro, según aquello de San Agustín: "El Antiguo Testamento queda patente en el Nuevo y el Nuevo está latente en el Antiguo".

8. La Biblia debe leerse y meditarse con el mismo Espíritu con que fue escrita. El Espíritu Santo es su autor principal y es su principal intérprete. Hay que invocarlo siempre antes de comenzar a leerla y al final, dar gracias.

9. Nunca debe utilizarse la Sagrada Biblia para criticar y condenar a los demás.

10. Todo texto bíblico tiene un contexto histórico donde se originó y un contexto literario donde se escribió. Un texto bíblico, fuera de su contexto histórico y literario, es un pretexto para manipular la Palabra de Dios. Esto es tomar el nombre de Dios en vano.



Mons. Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro

Fuente: Zenit.org

lunes, 21 de septiembre de 2009

San Mateo

San Mateo, Apóstol y Evangelista

Hoy la Iglesia celebra a San Mateo, Apóstol y Evangelista.

Mateo significa "regalo de Dios".

Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.

Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera, Roma. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo, dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.

Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro, el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".

Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con Él, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un lugar en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y Él los acepta con gusto.

Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"

Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye de sus sabios sermones y colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso libro que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio consigna discursos muy famosos de Jesús, como por ejemplo, el Sermón de la Montaña, el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba a mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.

El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.

Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No dejemos de leerlo y meditarlo.

A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.

Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio.


domingo, 20 de septiembre de 2009

Homilía Dominical

25º Domingo del Tiempo Ordinario
Lecturas
Sab 2, 12.17-20
St 3, 16-4, 3
Mc 9, 30-37

Hoy escuchamos el segundo anuncio de la Pasión según San Marcos. Como el domingo anterior, también hoy los discípulos se manifiestan incapaces de comprender todo lo que esto significaba y "no se atrevían a hacerle preguntas" al Maestro. En esto, muchas veces nosotros podemos estar igual: el misterio de la muerte, el dolor, la cruz, los grandes temas de la propuesta de Jesús, los horizontes de vida nueva, de resurrección, de eternidad, nos dejan perplejos, dubitativos, inseguros. Ante ellos nos quedamos sin respuestas. La primera reflexión sería: no hagamos como los discípulos, que silenciaron las preguntas. No tengamos miedo de dejar que afloren nuestros cuestionamientos. ¡Qué bueno que nosotros nos atrevamos a acercarnos a Dios para decirle: "no lo entiendo", "me cuesta", "no me cierra"! Esto no es falta de fe, todo lo contrario, puede ser el signo de que estamos madurando y profundizando en nuestra relación con Dios, y de que la fe va impregnando verdaderamente toda nuestra vida.

Este segundo anuncio de la Pasión está enmarcado en una serie de imágenes y símbolos. El Antiguo Testamento había ido delineando la figura del "justo perseguido" para inculcar la paciencia en la vivencia de la virtud, y para alentar a todos aquellos que en el camino del bien experimentan la dificultad. Hoy escuchamos en la primera lectura el relato de la Sabiduría que dice: "tendamos trampas al justo, porque se opone a nuestro modo de obrar". Así razonan los impíos, los que "están en otra", todos aquellos que oprimen a los débiles. Cuando Jesús anuncia que "será entregado en manos de los hombres y lo matarán" se aplica a sí mismo esta imagen del "justo perseguido" e indica que Él es el cumplimiento de estas profecías. Nos anima así a nosotros a recordar que la justicia es un compromiso de largo aliento, que al mal no se lo vence de manera inmediata, que es necesaria la perseverancia y compromisos de largo alcance.

Y para inculcar cuáles son las actitudes que espera de sus discípulos, Jesús utiliza otra imagen: la del niño, recordando así que todo lo que hacemos a los pequeños se lo hacemos a Él. Esta "pequeñez evangélica" no tiene nada que ver con la cobardía o la pusilanimidad, sino que es como el espejo de las bienaventuranzas. La pequeñez que Jesús inculca, poniendo a un niño en medio de los Doce, sugiere mansedumbre, paciencia, humildad. Los Doce discutían acerca de quién era el más grande, quién era el mejor, quién era el primero. Así demostraban que sus criterios eran los que Santiago describe en la segunda lectura de hoy: "donde hay rivalidad y discordia hay desorden y toda clase de maldad... Ustedes ambicionan y por eso envidian... " Se trata de una "lógica" que cuando se apodera del corazón de los hombres destruye la vida comunitaria e impide una sana relación con los demás.

La imagen del niño, por el contrario, nos recuerda que los cambios se realizan no tanto por la fuerza del poder, sino por la entrega del amor.

P. Gerardo Galetto

Evangelio Ilustrado


¿Querés ser realmente importante?

Evangelio según San Marcos (9, 30-37)

(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)



Fuente: Club Net | Amigos de Jesús

sábado, 19 de septiembre de 2009

Visita de IAM a un Hogar de Ancianos

IAM Nuestra Señora de Belén

Los chicos y chicas de IAM, pasaron un hermoso sábado acompañando a los abuelos y abuelas de un Hogar de Ancianos.

Chicos y chicas de IAM,
animadores,
y a tantos papás y mamás que colaboran siempre:

¡¡¡FELICITACIONES!!!

¡¡¡Y GRACIAS POR ACOMPAÑARNOS!!!


¡¡¡María nos espera!!!


El Equipo Arquidiocesano de Pastoral de Juventud invita a los jóvenes a la Peregrinación Juvenil a Guadalupe. La misma partirá el sábado 19 de septiembre desde el Puente Colgante a las 18:30hs. El lema es “María, enséñanos a construir una Patria de hermanos”. Llegando a la Basílica de Guadalupe se celebrará la Santa Misa (aproximadamente 21 hs). Se pide también a los grupos que lleven carteles o banderas que los identifiquen.

Esperando la participación de todos los jóvenes en esta manifestación de fe, esperanza y alegría, nos despedimos en Cristo y su Madre María.




EQUIPO ARQUIDIOCESANO DE PASTORAL DE JUVENTUD

ARQUIDIÓCESIS DE SANTA FE DE LA VERA CRUZ


viernes, 18 de septiembre de 2009

Mes de la Juventud


El mes de Septiembre, además de ser el mes de la Biblia, es el mes de la Juventud. Esta doble circunstancia, la Palabra de Dios y los Jóvenes, creo que presenta una riqueza de relaciones en la que es útil detenernos. Es más, diría que el corazón de los jóvenes es el lugar preferido de la Palabra de Dios, porque en ellos hay apertura y mirada hacia el futuro. San Juan, en su primera carta les dice: “Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno” (1 Jn. 2, 14).

Este texto nos puede ayudar a reflexionar sobre los jóvenes desde la Palabra de Dios. El contexto es el de una victoria, que tiene como fuente a la Palabra y como protagonista al joven.

¿Qué nos dice san Juan en esta frase? En primer lugar valora la virtud de la fortaleza en los jóvenes como algo les es propio. El fuerte no es el violento, sino el que tiene dominio sobre sí y es capaz, por lo mismo, de grandes acciones tanto en su vida como al servicio de sus hermanos. La fortaleza no se agota en el presente, no hace alarde de fuerza sino que es testimonio de integridad y madurez. La fortaleza posibilita que los grandes valores se mantengan como ideales a lo largo de nuestra vida. Cuántos valores se van diluyendo por falta de capacidad para recibirlos, pero también por falta de fortaleza para sostenerlos en el tiempo. San Juan afirma que la Palabra de Dios que han recibido y han conservado en sus corazones los hizo fuertes.

Parecería que hay una sintonía especial entre la Palabra y los jóvenes; San Juan dice que la Palabra permanece en ellos. Cuál es el motivo de esta sintonía con los jóvenes? Visto desde la Palabra de Dios, les diría porque ella busca dar sentido y elevar la vida del hombre; ella se presenta como un ideal que nos orienta hacia la búsqueda de la verdad, del bien y de la belleza. Visto desde los jóvenes porque en ellos, existe una apertura hacia lo noble y lo grande, son tierra fértil donde la semilla de la Palabra puede echar raíces. Así, cuando se encuentran, se produce el milagro de lo nuevo, de aquello que en un sentido estaba presente como deseo en el corazón del joven. Se da algo semejante a la experiencia de san Agustín cuando decía: “yo te buscaba, Señor, fuera de mí y Tú estabas cerca de mí, dentro mío”, para concluir con la alegría de ese encuentro tan deseado al exclamar: “tarde te amé, Señor” (cfr. Confesiones). Que imagen tan rica para pensar que hoy es posible el encuentro de los jóvenes con Jesucristo a través de su Palabra.

En este contexto es que debemos hablar de una victoria sobre el mal, “ustedes han vencido al Maligno” les dirá san Juan, porque la fortaleza es fruto de la presencia de Dios. No se trata de una victoria con las armas de este mundo en el que se privilegia la violencia e incluso la muerte, sino del triunfo que nace de la verdad sobre la mentira, del amor sobre el odio, de la vida sobre la muerte. Estas son, por otra parte, las notas del Reino de Dios, del cual Jesucristo nos habla y se nos presenta como el camino y la puerta para ingresar en él. El encuentro con él es, por ello, principio de lo nuevo. La juventud está llamada a ser profecía de un mundo nuevo. En esto creo que se encuentra aquella sintonía de la Palabra de Dios con los jóvenes.

Queridos jóvenes, reciban de su Obispo que los valora y ama, y que quiere acompañarlos en este camino al que nos invita Jesucristo, mis mejores deseos de felicidad junto a mis oraciones y bendición de Padre y amigo.


Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

jueves, 17 de septiembre de 2009

San Roberto Bellarmino, Obispo y Doctor de la Iglesia


Este santo ha sido uno de los más valientes defensores de la Iglesia Católica contra los errores de los protestantes. Sus libros son tan sabios y llenos de argumentos convincentes, que uno de los más famosos jefes protestantes exclamó al leer uno de ellos: "Con escritores como éste, estamos perdidos. No hay cómo responderle".

San Roberto nació en Monteluciano, Toscana (Italia), en 1542. Su madre era hermana del Papa Marcelo II. Desde niño dio muestras de poseer una inteligencia superior a la de sus compañeros y una memoria prodigiosa. Recitaba de memoria muchas páginas en latín, del poeta Virgilio, como si las estuviera leyendo. En las academias y discusiones públicas dejaba admirados a todos los que lo escuchaban. El rector del colegio de los jesuitas en Montepulciano dejó escrito: "Es el más inteligente de todos nuestros alumnos. Da esperanza de grandes éxitos para el futuro".

Por ser sobrino de un Pontífice podía esperar obtener muy altos puestos y a ello aspiraba, pero su santa madre lo fue convenciendo de que el orgullo y la vanidad son defectos sumamente peligrosos y cuenta él en sus memorias: "De pronto, cuando más deseoso estaba de conseguir cargos honoríficos, me vino de repente a la memoria lo muy rápidamente que se pasan los honores de este mundo y la cuenta que todos vamos a tener que darle a Dios, y me propuse entrar de religioso, pero en una comunidad donde no fuera posible ser elegido obispo ni cardenal. Y esa comunidad era la de los padres jesuitas". Y así lo hizo. Fue recibido de jesuita en Roma en 1560, y detalles de los insondables misterios de Dios: él entraba a esa comunidad para no ser elegido ni obispo ni cardenal (porque los reglamentos de los jesuitas les prohibían aceptar esos cargos) y fue el único obispo y cardenal de los Jesuitas en ese tiempo.

Uno de los peores sufrimientos de San Roberto durante toda la vida fue su mala salud. En él se cumplía lo que deseaba San Bernardo cuando decía: "Ojalá que los superiores tengan una salud muy deficiente, para que logren comprender a los débiles y enfermos". Cada par de meses tenían que enviar a Roberto a las montañas a descansar, porque sus condiciones de salud eran muy defectuosas. Pero no por eso dejaba de estudiar y de prepararse.

Ya de joven seminarista y profesor, y luego como sacerdote, Roberto Bellarmino atraía multitudes con sus conferencias, por su gran sabiduría y por la facilidad de palabra que tenía y sus cualidades para convencer a los oyentes. Sus sermones fueron extraordinariamente populares desde el primer día. Los oyentes decían que su rostro brillaba mientras predicaba y que sus palabras parecían inspiradas desde lo alto.

Bellarmino ejercía verdadera atracción en sus numerosos oyentes. Un superior enviado desde Roma para que le oyera los sermones que predicaba en Lovaina, escribía luego: "Nunca en mi vida había oído hablar a un hombre tan extraordinariamente bien, como habla el padre Roberto".

Era el predicador preferido por los universitarios en Lovaina, París y Roma. Profesores y estudiantes se apretujaban con horas de anticipación junto al sitio donde él iba a predicar. Los templos se llenaban totalmente cuando se anunciaba que era el Padre Bellarmino el que iba a predicar. Hasta se subían a las columnas para lograr verlo y escucharlo.

Al principio los sermones de Roberto estaban llenos de frases de autores famosos, y de adornos literarios, para aparecer como muy sabio y literato. Pero de pronto un día lo enviaron a hacer un sermón, sin haberle anunciado con anticipación, y él sin tiempo para prepararse ni leer, se propuso hacer esa predicación únicamente con frases de la Biblia (la cual prácticamente se sabía de memoria) y el éxito fue fulminante. Aquel día consiguió más conversiones con su sencillo sermón bíblico, que las que había obtenido antes con todos sus sermones literarios. Desde ese día cambió totalmente su modo de predicar: de ahora en adelante solamente predicará con argumentos tomados de la Sagrada Escritura, no buscando aparecer como sabio, sino transformar a los oyentes. Y su éxito fue asombroso.

Después de haber sido profesor de la Universidad de Lovaina y en varias ciudades más, fue llamado a Roma, para enseñar allá y para ser rector del colegio mayor que los Padres Jesuitas tenían en esa capital. Y el Sumo Pontífice le pidió que escribiera un pequeño catecismo, para hacerlo aprender a la gente simple. Escribió entonces el Catecismo Resumido, el cual ha sido traducido a 55 idiomas, y ha tenido 300 ediciones en 300 años (una por año) éxito únicamente superado por la Biblia y por la Imitación de Cristo. Luego redactó el Catecismo Explicado, y pronto este su nuevo catecismo estuvo en las manos de sacerdotes y catequistas en todos los países del mundo. Durante su vida logró ver veinte ediciones seguidas de sus preciosos catecismos.

Se llama controversia a una discusión larga y repetida, en la cual cada contendiente va presentando los argumentos que tiene contra el otro y los argumentos que defienden lo que él dice.

Los protestantes (evangélicos, luteranos, anglicanos, etc.) habían sacado una serie de libros contra los católicos y estos no hallaban cómo defenderse. Entonces el Sumo Pontífice encomendó a San Roberto que se encargara en Roma de preparar a los sacerdotes para saber enfrentarse a los enemigos de la religión. El fundó una clase que se llamaba "Las controversias", para enseñar a sus alumnos a discutir con los adversarios. Y pronto publicó su primer tomo titulado así: "Controversias". En ese libro, con admirable sabiduría, pulverizaba lo que decían los evangélicos y calvinistas. El éxito fue rotundo. Enseguida aparecieron el segundo y tercer tomo, hasta el octavo, y los sacerdotes y catequistas de todas las naciones encontraban en ellos los argumentos que necesitaban para convencer a los protestantes de lo equivocados que están los que atacan nuestra religión. San Francisco de Sales cuando iba a discutir con un protestante llevaba siempre dos libros: la Biblia y un tomo de las Controversias de Bellarmino. En 30 años tuvieron 20 ediciones sus famosos libros.

El Santo Padre lo nombró obispo y cardenal y puso como razón para ello lo siguiente: "Éste es el sacerdote más sabio de la actualidad".

Bellarmino se negaba a aceptar tan alto cargo, diciendo que los reglamentos de la Compañía de Jesús prohiben aceptar títulos elevados en la Iglesia. El Papa le respondió que él tenía poder para dispensarlo de ese reglamento, y al fin le mandó aceptar el cardenalato. Tuvo que aceptarlo, pero siguió viviendo tan sencillamente y sin ostentación como lo había venido haciendo cuando era sacerdote.

Al llegar a las habitaciones de Cardenal en el Vaticano, quitó las cortinas lujosas que había en las paredes y las mandó repartir entre las gentes pobres, diciendo: "Las paredes no sufren de frío".

Los superiores Jesuitas le encomendaron que se encargara de la dirección espiritual de los jóvenes seminaristas, y San Roberto tuvo la suerte de contar entre sus dirigidos, a San Luis Gonzaga. Después, cuando Bellarmino se muera, dejará como petición que lo entierren junto a la tumba de San Luis, diciendo: "Es que fue mi discípulo".

En los últimos años pedía permiso al Sumo Pontífice y se iba a pasar semanas y semanas al noviciado de los Jesuitas, y allá se dedicaba a rezar y a obedecer tan humildemente como si fuera un sencillo novicio.

En la elección del nuevo Sumo Pontífice, el cardenal Bellarmino tuvo 14 votos, la mitad de los votantes. Quizá no le eligieron por ser Jesuita (pues estos padres tenían muchos enemigos). El rezaba y fervorosamente a Dios para que lo librara de semejante cargo tan difícil, y fue escuchado.

Poco antes de morir escribió en su testamento que lo poco que tenía se repartiera entre los pobres (lo que dejó no alcanzó sino para costear los gastos de su entierro). Que sus funerales fueran de noche (para que no hubiera tanta gente) y se hicieran sin solemnidad. Pero a pesar de que se le obedeció haciéndole los funerales de noche, el gentío fue inmenso y todos estaban convencidos de que estaban asistiendo al entierro de un santo.

Murió el 17 de septiembre de 1621. Su canonización se demoró mucho porque había una escuela teológica contraria a él, que no lo dejaba canonizar. Pero el Sumo Pontífice Pío XI lo declaró santo en 1930, y Doctor de la Iglesia en 1931.

Antiguamente se lo festejaba el 13 de mayo, en la actualidad su fiesta es el 17 de septiembre, día de su nacimiento al Reino de Dios.

ORACIÓN
Señor Dios,
tú que para defender la fe de la Iglesia
y promover su renovación espiritual,
diste a San Roberto Bellarmino
una ciencia y una fortaleza admirables,
concédenos,
por la intercesión de este insigne
doctor de la Iglesia,
conservar y vivir siempre
en toda su integridad el mensaje evangélico
al que él consagró toda su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.