Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

_______________________________________________________

:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


_____________________________________________

lunes, 31 de enero de 2011

Informe Económico - Enero de 2011

Publicamos el informe económico del mes de enero de 2011.

¡GRACIAS A TODOS por su generosa colaboración!



A B C
1 INFORME ECONOMICO MES: ENERO 2011
2


3 I N G R E S O S

4 Colectas Misas $ 5,445.40
5 Donaciones- Estipendios Misas $ 472
6 Sostenimiento del culto (2%) $ 1,900
7


8 TOTAL $ 7,817.40
9


10 E G R E S O S

11 Gastos de Secretaría $ 211.2
12 Gastos Sacristía $ 276.8
13 Sueldos $ 1,500
14 Sostenimiento Culto

15 Arzobispado 1/3-Estipendio Misa $ 871
16 Varios: Seguro-Colecta Pro-Africa-Tarjetas

17 Navidad El Bañado-Vía Muerta (misión)

18
$ 1,871
19 TOTAL $
4,730
20 SUPERAVIT DEL MES $ 3,087.40
21


Las Bienaventuranzas: un programa de vida


CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 30 de enero de 2011 (ZENIT.org).

Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI ayer, domingo, al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

En este cuarto domingo del Tiempo Ordinario, el Evangelio presenta el primer gran discurso que el Señor dirige a la gente, sobre las dulces colinas que rodean el Lago de Galilea. "Al ver a la multitud -escribe san Mateo-, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles" (Mt 5, 1-2). Jesús, nuevo Moisés, "asume la 'cátedra' de la montaña" (Jesús de Nazaret, La Esfera de los Libros, 2007) y proclama "bienaventurados" a los pobres de espíritu, los afligidos, los misericordiosos, los que tienen hambre de justicia, los limpios de corazón, los perseguidos (Cf. Mt 5, 3-10). No se trata de una nueva ideología, sino de una enseñanza que procede de lo alto y que toca a la condición humana, que el Señor, al encarnarse, quiso asumir para salvarla. Por este motivo, "el sermón de la montaña se dirige a todo el mundo, en el presente y en el futuro... y sólo puede ser comprendido y vivido en el seguimiento de Jesús, caminando con Él" (Jesús de Nazaret). Las Bienaventuranzas son un nuevo programa de vida para liberarse de los falsos valores del mundo y abrirse a los verdaderos bienes presentes y futuros. Cuando Dios consuela, sacia el hambre de justicia, enjuga las lágrimas de los afligidos, significa que, ademas de recompensar a cada uno de manera sensible, abre el Reino de los Cielos. "Las Bienaventuranzas son la transposición de la cruz y de la resurrección en la existencia de los discípulos" (ibídem). Reflejan la vida del Hijo de Dios que se deja perseguir, despreciar hasta la condena a muerte para dar a los hombres la salvación.

Un antiguo eremita afirma: "Las Bienaventuranzas son dones de Dios y tenemos que darle verdaderamente gracias por habérnoslas dado y por las recompensas que se derivan de ellas, es decir, el Reino de los Cielos en el siglo futuro, el consuelo aquí, la plenitud de todo bien y la misericordia de Dios..., cuando uno se ha convertido en imagen de Cristo sobre la tierra" (Pedro de Damasco, en Filocalia, volumen 3, Turín 1985, p. 79). El Evangelio de las Bienaventuranzas se comenta con la historia misma de la Iglesia, la historia de la santidad cristiana, pues --como escribe san Pablo-- "Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale" (1 Corintios 1, 27-28). Por este motivo, la Iglesia no tiene miedo de la pobreza, el desprecio, la persecución en una sociedad con frecuencia atraída por el bienestar material y por el poder mundano. San Agustín nos recuerda que "lo que ayuda no es sufrir estos males, sino soportarlos por el nombre de Jesús, no sólo con espíritu sereno, sino incluso con alegría" (De sermone Domini in monte, I, 5,13: CCL 35, 13).

Queridos hermanos y hermanas: invoquemos a la Virgen María, la bienaventurada por excelencia, pidiendo la fuerza de buscar al Señor (Cf. Sofonías 2, 3) y de seguirle siempre, con alegría, por el camino de las Bienaventuranzas.


domingo, 30 de enero de 2011

¡Las Bienaventuranzas!


¡Las Bienaventuranzas!

Evangelio según San Mateo (5,1-12)


(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)



sábado, 29 de enero de 2011

35 años del Servicio Sacerdotal de Urgencia

Integrantes del Servicio Sacerdotal de Urgencia - Santa Fe

El Servicio Sacerdotal de Urgencia Santa Fe cumplió 35 años brindando asistencia espiritual y sacramental gratuita a enfermos y necesitados graves. Laicos y sacerdotes realizan este servicio ad honorem, cada noche, de 21.30 hs. a 6 hs.

Un oportuno consuelo que reconforta el alma

Desde hace 35 años, los santafesinos sabemos adónde recurrir cuando atravesamos un momento angustiante en el que necesitamos una ayuda espiritual para un familiar enfermo. Sabemos que los voluntarios del Servicio Sacerdotal de Urgencia (SSU) están pendientes cada noche -entre las 21.30 y las 6 hs.- de quienes llaman por teléfono buscando a un sacerdote que les brinde esa asistencia y contención, además de los sacramentos que sean requeridos en cada caso.

Esta institución católica -integrada por sacerdotes y laicos al servicio de Dios- festejó en 2010 sus 35 años de servicio a la comunidad santafesina y santotomesina y renovó su compromiso para continuar con esta acción altruista.

En la primera guardia -realizada el 20 de junio de 1975- participaron el fallecido Pbro. Edgardo Trucco y los laicos Santiago Tracy y Pelegrino Testoni, según consta en la primera hoja de los libros de guardia del SSU Santa Fe. Y esa misma noche se atendió el primer llamado.

Pero esta iniciativa no era nueva en nuestro país sino que venía replicándose para responder a esta necesidad de la comunidad, según comentaron Norberto Bolado y Omar Werlen, presidente y vice de la institución.

“El SSU surgió hace 55 años en la ciudad de Córdoba. Un abogado, una noche, tenía a su padre que se moría y no encontró a un sacerdote para su atención. No podía entender que hubiera guardias médicas y de farmacias pero no de sacerdotes. Entonces se le ocurrió esta idea, la consultó con el obispo y así nació el Servicio. La primera guardia fue el 26 de octubre de 1952”, reseñaron.

Y agregaron: “Después se fue extendiendo en Buenos Aires y otras ciudades y hace 35 años comenzó en Santa Fe. Santiago Tracy era un santafesino que -por trabajo- había sido trasladado a Tucumán y de allá trajo la inquietud de formar un grupo de voluntarios. Se reunió con unos amigos y empezaron a organizarse. Le comentaron la idea al entonces arzobispo Monseñor Vicente Zazpe, quien les dio el visto bueno y empezaron a funcionar”.

Ad honorem

De los 40 o 50 voluntarios iniciales, el SSU Santa Fe cuenta hoy con 130 laicos y 31 sacerdotes -“todos hombres, una condición de la institución”, aclararon-, quienes todas las noches del año están pendientes de los llamados de la comunidad.

“Ingresamos al grupo por amigos”, reconoció Norberto Bolado, quien es voluntario desde hace 33 años, “toda una vida”. Asimismo, mencionó que “cuando tenemos reuniones de la iglesia tratamos de ver a personas que estén comprometidas y las invitamos a participar. A veces, hemos invitado a algunos familiares de enfermos. Tratamos de ir preparándolos algunas noches y después van quedando como voluntarios oficialmente. La gente responde muy bien”.

Los turnos de guardia están formados por un sacerdote y 3 o 4 laicos, quienes ponen a disposición sus vehículos particulares para llegar hasta el lugar adonde son requeridos.

“Por lo general, los llamados son de los hospitales y algunos geriátricos pero también hay de casas particulares. Nos contactamos con los enfermeros y enfermeras de las terapias, los que nos hacen de nexo con las familias que necesitan de nuestro servicio. Esto nos ayuda muchísimo porque, cuando la gente está en esa situación, no se da cuenta de que puede tenerlo”, aseguraron.

Pero aclararon que “acompañamos al sacerdote a la terapia cuando nos dejan entrar (muchas veces esto no ocurre) pero generalmente si hay familiares afuera nos quedamos con ellos, orando y acompañándolos. El sacerdote puede confesar al enfermo si está consciente y darle la Comunión. En algunos casos se ha bautizado a bebés recién nacidos que han estado en una emergencia y, a veces, no fallecieron. Esto también reconforta”.

Aspecto religioso

A un año de iniciada la tarea, monseñor Zazpe advertía -según consta en una publicación de la institución- que “este breve período de tiempo ha permitido descubrir la eficacia del Servicio en orden a la Gracia del Señor. No sólo deben contabilizarse los llamados a la sede sino también la nueva mentalidad que ha logrado formar la presencia del Servicio. Desde su fundación, ha crecido en el medio capitalino la convicción de cubrir esa dimensión religiosa del enfermo y del moribundo, que se había oscurecido de manera alarmante”. A los 5 años se amplió el radio de acción del SSU a la ciudad de Santo Tomé.

Los llamados son muchos, incluso varios por noche (han llegado a tener doce), motivo por el cual el grupo que está de guardia tiene que concurrir al primer lugar y, cuando se desocupa, llamar a la sede del SSU para ver por dónde seguir el itinerario.

“Lo importante es que estamos trabajando de noche en un momento difícil, donde hay que dar claridad. Gracias a Dios nunca tuvimos problemas de inseguridad, en tantas guardias que tuvimos. Lo fundamental es que tenemos uno solo que nos agradece, que es el Señor, ya que por lo general esta gente está inconsciente. Esto gratifica y reconforta”, destacaron.

En este sentido, plantearon que “hay barrios en donde a veces hay problemas para ingresar. Pero nos encomendamos al Señor para llegar y, generalmente, hay un familiar que nos espera en la avenida, alguna esquina, la parroquia o la escuela para poder entrar. En varias oportunidades nos ocurrió que el sacerdote había estado en esa comunidad y eso nos permitía ingresar, ya que -al igual que las religiosas- son muy respetados por la gente en los barrios”.

Y concluyeron: “Lo fundamental es que cuando llegamos a nuestras casas después de las guardias sabemos que somos limitados y no infinitos. Hay que destacar la ayuda de nuestras familias para hacer este voluntariado. Tuvimos épocas en que nuestros hijos eran chicos y estábamos toda la noche afuera. No es fácil hacer esto durante 20 o 30 años todas las noches. Tenemos un día fijo al mes para hacer nuestras guardias pero si falta alguien y no conseguimos un reemplazo tenemos que cubrirla nosotros, porque somos los responsables. Hay mucha gente que sale del servicio y se va a trabajar”.

Cabe mencionar que, desde 1999, las mujeres, esposas y familiares de quienes hacen las guardias colaboran con la institución agrupadas como Subcomisión de Damas del Servicio Sacerdotal de Urgencia, y se encargan de ciertas actividades particulares de la institución.

Sede propia

Así como se fueron sumando voluntarios para realizar esta actividad altruista, la institución también fue progresando hasta conseguir una sede propia.

“Empezamos en una casa de la Acción Católica Argentina, en San Jerónimo 2670, en un garaje. Pero como tuvieron que remodelar la casa nos pidieron el lugar. Ahí nos dieron asilo las monjitas de San Vicente de Paul, adonde tuvimos dos piecitas pequeñas. Luego de unos años también remodelaban el lugar y fue cuando hicimos un pedido a una institución alemana que colabora con las instituciones sin fines de lucro (Kiche in not Ostpriesterhilfe), donando dinero para hacer obras. Nos dieron 12.000 dólares y con eso compramos la casa adonde funciona la sede desde hace más de 20 años, en Rivadavia 5543”, recordaron.

Sin embargo, aclararon que “la condición para la donación era que había que celebrar 1.000 misas por los caídos en la guerra. En ese tiempo, nuestro asesor era el Padre Trucco y habló con cada sacerdote de la ciudad para que cada uno celebrara cierta cantidad de misas y, así, completar las 1.000”.

El dinero que reciben de la cuota de los 130 socios y de algunas actividades que organizan para juntar fondos -como sus tradicionales almuerzos- sirven para mantener la sede de la institución y pagar los gastos propios de su funcionamiento. Éstos también sirvieron para recuperarla cuando sufrió los embates de las dos inundaciones que padeció nuestra ciudad: en 2003 y 2007. Pero siempre es necesaria más ayuda y socios, acotaron.


Voluntarios del SSU reciben en la sede de la institución los pedidos de asistencia.

Sinceras señales

“El cambio que podemos ver en el enfermo cuando el sacerdote empieza a rezar es increíble”, reconocieron los integrantes del Servicio Sacerdotal de Urgencia de Santa Fe, quienes advirtieron que “tienen otra respiración o, a veces, si están con el respirador, se calman”.

Y recordaron una anécdota: “Una vez, en un sanatorio de la ciudad, una mujer grande estaba inconsciente (cuando una persona está en esas condiciones lo último que pierde es el oído) y le dijeron que había llegado el sacerdote para acompañarla y llevarle a Jesús. Cuando empezaron a rezar levantó una mano. Fue ahí cuando las enfermeras se arrimaron a rezar junto a ella. Son señales que nosotros no necesitamos, pero nos ayudan muchísimo”.

Por otra parte, plantearon que “en el Servicio hemos tenido llamados falsos, pero tratamos de confirmarlos antes, pidiendo teléfonos a quienes nos llaman. Antes se daba mucho esto pero ahora no tanto. Incluso, muchos llaman diciendo algunas “cositas’ pero no les cortamos porque a veces se comunican porque nos necesitan. Pero después fueron tomando conciencia y no llaman más haciendo bromas”.


Esta actividad reconforta a quienes integran el Servicio Sacerdotal de Urgencia.

Premio

El 17 de noviembre de 1998, el SSU de Santa Fe recibió el Premio a la Excelencia por la obra que realiza en la comunidad en bien de los enfermos.

En Paraná

El SSU de Santa Fe colaboró con la formación de un grupo similar en la ciudad de Paraná, en 1994.

Fuente: ellitoral.com

viernes, 28 de enero de 2011

Tomás de Aquino, el Doctor Angélico

Tomás de Aquino
Fraile Dominico, Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, un 28 de enero, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).

Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.

A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.

Suave y silencioso (en París lo apodaron "el buey mudo"), contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, "contemplata aliis tradere", o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.

En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa Theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: "Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó".

El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. "Luz intelectual llena de amor - amor de lo verdadero pleno de alegría" -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia - bienaventuranza.

El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico-pastorales y los Opúsculos espirituales.

Oración de San Tomás de Aquino

Aquí me llego, todopoderoso y eterno Dios, al sacramento de vuestro unigénito Hijo mi Señor Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de misericordias, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre y desvalido al Señor de los cielos y tierra.

Ruego, pues, a vuestra infinita bondad y misericordia, tengáis por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Angeles, al Rey de los Reyes, al Señor de los señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tal fe y tal pureza, y con tal propósito e intención, cual conviene para la salud de mi alma.

Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el sacramento del Sacratísimo Cuerpo y Sangre, sino también la virtud y gracia del sacramento ¡Oh benignísimo Dios!, concededme que albergue yo en mi corazón de tal modo el Cuerpo de vuestro unigénito Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Cuerpo adorable que tomó de la Virgen María, que merezca incorporarme a su Cuerpo místico, y contarme como a uno de sus miembros.

¡Oh piadosísimo Padre!, otorgadme que este unigénito Hijo vuestro, al cual deseo ahora recibir encubierto y debajo del velo en esta vida, merezca yo verle para siempre, descubierto y sin velo, en la otra. El cual con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 27 de enero de 2011

La lámpara sobre el candelero

"¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!"


Comentario al Evangelio del Día por:

Pablo VI, papa de 1963-1978

Exhortación apostólica «Evangelii Nuntiandi» § 80


El fervor de los grandes predicadores y evangelizadores cuya vida entregaron al apostolado, inspira nuestra llamada a evangelizar hoy. Ellos supieron sobrepasar muchos obstáculos a la evangelización; también nuestra época conoce numerosos obstáculos entre los cuales nos limitamos a mencionar la falta de fervor. Tanto más grave porque viene de dentro; se manifiesta en el cansancio y desencanto, la rutina y el desinterés, y sobre todo en la falta de gozo y esperanza. Exhortamos, pues, a los que, por cualquier título o escalafón, tienen la tarea de evangelizar a que alimenten en ellos el fervor del espíritu...

Conservemos el fervor del espíritu. Mantengamos el dulce y reconfortante gozo de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas (Sl 125,5). Que para nosotros –tal como lo fue para Juan Bautista, para Pedro y Pablo, para los demás apóstoles, para una muchedumbre de admirables evangelizadores a lo largo de la historia de la Iglesia- sea un impulso interior que nunca nadie ni nada pueda apagar. Que sea el gran gozo de nuestras vidas entregadas. Y que el mundo de nuestro tiempo que busca, tan pronto en la angustia, tan pronto en la esperanza, pueda recibir la Buena Noticia, no de evangelizadores tristes y descorazonados, impacientes o ansiosos, sino de ministros del Evangelio cuya vida irradia fervor, que son ellos mismos los primeros en recibir el gozo de Cristo, y aceptan poner en juego su vida para que el Reino sea anunciado y la Iglesia implantada en el corazón del mundo.

martes, 25 de enero de 2011

Conversión de Pablo de Tarso

La Conversión de San Pablo

La conversión de San Pablo es uno de los mayores acontecimientos del siglo apostólico. Así lo proclama la Iglesia al dedicar un día del ciclo litúrgico a la conmemoración de tan singular efemérides. San Jerónimo lo comentaba así: "El mundo no verá jamás otro hombre de la talla de San Pablo".

Saulo, nacido en Tarso, hebreo, fariseo rigorista, bien formado a los pies de su maestro, Gamaliel, muy apasionado, ya había tomado parte en la lapidación del diácono Esteban, guardando los vestidos de los verdugos "para tirar piedras con las manos de todos", como interpreta agudamente San Agustín.

De espíritu airado, se adiestraba como buen cazador para cazar su presa. Con ardor indomable perseguía a los discípulos de Jesús. Pero Saulo cree perseguir a los seguidores del Señor y es él el perseguido por el Señor.

"Cuando Jesús se evade del grupo de sus discípulos sube al cielo y se disuelve en la luz, no se trata de una partida definitiva. Ya se ha emboscado en el recodo del camino que va de Jerusalén a Damasco, y acecha a Saulo, su perseguidor bienamado. A partir de entonces, en el destino de todo hombre existirá ese mismo Dios al acecho", dice Mauriac.

Mientras Saulo iba a Damasco en persecución de los discípulos de Jesús, una voz le envolvió, cayó en tierra y oyó la voz del Señor: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Saulo preguntó: "¿Quién eres tú, Señor?" Jesús le respondió: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues." Entonces Saulo respondió: "¿Y qué debo hacer, Señor?"

Pocas veces un diálogo tan breve ha transformado tanto la vida de una persona. Cuando Saulo se levantó estaba ciego, pero en su alma brillaba ya la luz de Cristo. "El vaso de ignominia se había convertido en vaso de elección", el perseguidor en apóstol, "el Apóstol" por antonomasia.

Desde ahora "el camino de Damasco", quedará como símbolo de toda conversión. Quizá nunca un suceso humano tuvo resultados tan fulgurantes. Quedaba el hombre con sus arrebatos, impetuoso y rápido, pero sus ideales estaban en el polo opuesto al de antes de su conversión. En adelante únicamente Cristo será el centro de su vida.

El encuentro con Jesús, ése a quien el perseguía por amor a la Ley, representa para Pablo un auténtico punto sin retorno. "Todo lo que para mí era ganancia, lo tengo por pérdida comparado con Cristo. Todo lo tengo por basura con tal de ganar a Cristo. Sólo una cosa me interesa: olvidando lo que queda atrás y lanzándome a lo que está delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de Dios, en Cristo Jesús". Pablo es llamado "el Primero después del Único".

La vocación de Pablo es un caso singular. Es un llamamiento personal de Cristo. Pero no quita valor al seguimiento de Pablo. En el Evangelio hay otros llamamientos personales del Señor, como el del joven rico y el de Judas Iscariote, que no le siguieron o no perseveraron. "Dios es un gran cazador y quiere tener por presa a los más fuertes" (Holzner). Pablo se rindió: "He sido cazado por Cristo Jesús". Pero pudo haberse rebelado.

Normalmente los llamamientos del Señor son mucho más sencillos, menos espectaculares. No suelen llegar en medio del huracán y la tormenta, sino sostenidos por la suave brisa, por el aura tenue de los acontecimientos ordinarios de la vida. Todos tenemos nuestro camino de Damasco. A cada uno nos acecha el Señor en el recodo más inesperado del camino.


viernes, 21 de enero de 2011

Vicente Faustino Zazpe,
Obispo y Pastor
15/02/1920 - 24/01/1984


XXVIIº Aniversario de la Pascua
de Monseñor Vicente Zazpe

20 hs.
Misa en la Catedral Metropolitana
Oración ante su tumba

jueves, 20 de enero de 2011

Juan Pablo II: fe en Dios y espíritu misionero

Juan Pablo II será beatificado el 1º de mayo de 2011,
día de la Divina Misericordia.

Fe en Dios y espíritu misionero, claves de la santidad de Juan Pablo II
El prefecto del dicasterio de las Causas de los Santos comenta la beatificación

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 20 de enero de 2011 (ZENIT.org).

Fe en la presencia de Dios y espíritu misionero: estos son las claves del ejemplo de santidad que el Papa Juan Pablo II ha dejado al mundo.

Así de convencido está el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, que en una entrevista concedida a L'Osservatore Romano ha comentado la beatificación del Pontífice polaco, programada para el domingo 1 de mayo.

Según el cardenal, el Papa Wojtyla ha dejado “esencialmente dos actitudes “a la Iglesia y a la sociedad actual.

“La primera es una gran fe en la presencia de Dios en la historia, porque la encarnación es seria, eficaz, vence al mal: la gracia de la presencia eucarística del Señor supera todas las barreras y los 'regímenes inhumanos', afirmó, recordando que el difunto Pontífice “vivió los regímenes nazi y comunista, y vio la implosión y la destrucción de ambos”.

“La segunda actitud es su gran espíritu misionero. Los viajes del Papa eran una verdadera actividad misionera, propiamente dicha. Viajaba hasta los confines de la tierra para anunciar el Evangelio de Cristo”.

El cardenal Amato comentó también que el proceso de la causa de beatificación, tuvo “dos facilidades”.

La primera, observó, el hecho de que Benedicto XVI “concedió enseguida la dispensa de los cinco años de espera prescritos”, por tanto la causa “inició casi inmediatamente después de la muerte de Juan Pablo II”; la segunda fue “un especie de vía preferente: teniendo la dispensa, la causa no tenía una lista de espera delante, por lo que se ha podido preceder sin el impedimento de otros procedimientos en curso”.

En este contexto, la precisión “que fue máxima”, se unió a “una gran dedicación y una gran profesionalidad por parte de la postulación”, “de esta manera el 19 de diciembre de 2009 el Papa pudo firmar el decreto sobre las virtudes heroicas”.

Después se inició el análisis del milagro – la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre Normand que sufría la enfermedad del Parkinson-, que fue “estudiado con gran atención, diría incluso que con meticulosidad, también porque había una gran presión mediática sobre este proceso”, confesó el prefecto del dicasterio vaticano.

“Los médicos, tanto los franceses como los italianos, no han apresurado los tiempos de ningún modo, han sometido todo a un profundo estudio. Hemos dejado la misma libertad a nuestra consulta médica, con el fin de que los peritos pudiesen proceder según su conciencia y su ciencia”.

“La celeridad de la causa no se ha producido a expensas de la precisión del proceso, ni de la profesionalidad en el presentar al personaje- quiso subrayar-. Por lo demás, su fama de santidad estaba talmente generalizada y asentada que nuestra tarea se ha visto agilizada”.

El cardenal Amato señaló que los fieles no han ejercido una “presión”, sino un “acompañamiento”.

“El sensum fidelium es lo que nosotros llamamos en términos técnicos, la fama de santidad y de los signos, que son indispensables para la causa”. “'Santo ya', es una cosa buena pero debe ser 'santo seguro' porque la prisa no trae buenos frutos”.

Para el cardenal, el hecho de que sea la primera vez que un Pontífice beatifica a su predecesor en los últimos diez siglos es un signo “de continuidad, no sólo en el magisterio, sino también en la santificación personal”.

“Por lo demás, en estos últimos dos siglos hemos tenido una serie de obispos de Roma en los cuales se ha reconocido la santidad en diverso grado: Pío X, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I -reconoció-. Pontífices que se han pasado el testigo no sólo del magisterio y de la guía de la Iglesia, sino que también del ejemplo en la santificación”.

Interpelado sobre un recuerdo personal de Juan Pablo II, el cardenal Amato afirmó que tenía “un gran sentido de la amistad, del respeto”.

“Me eligió como secretario de la Congregación de la Doctrina de la Fe. Me ordenó obispo el 6 de enero de 2003: éramos doce, los últimos en recibir del Papa Wojtyla la ordenación episcopal. Teníamos una reunión mensual, como secretario de la Doctrina de la Fe, solicitada por el entonces cardenal Ratzinger, que era mi superior directo. Y Juan Pablo II escuchaba mucho, escuchaba siempre”.

“Lo que más me llamaba la atención, era esta capacidad de escucha. Nosotros hablábamos, el escuchaba. Y sólo después, cuando nos veíamos en la comida, hacía sus observaciones- concluyó el cardenal-. Era evidente su voluntad de entender a fondo”.

martes, 18 de enero de 2011

Invitación

XXXIIIº
FESTIVAL FOLKLÓRICO
DE GUADALUPE


21 y 22 de enero de 2011



Viernes 21 de enero, 21.30 hs.

Ballet Folklórico Ensamble Fusión
Grupo Federal
Itatí Barrionuevo
Los Abra
Sebastián Vallone
Los Sembradores
Los Trovadores del Norte
Los Cuatro de Córdoba


Sábado 22 de enero, 21.30 hs.

Ballet Folklórico Yapeyú
Julio Domínguez, Nucho Dodea y Hugo Galmez
Los Amigos del Agua
Efraín Colombo
Los Andantes
El humor de El Chajá
Guitarreros
Lenadro Lobato


Entrada: libre y gratuita.

Te pedimos, si podés, que colabores trayendo:

un alimento no perecedero para CARITAS
un pañal descartable para el Hospital de Niños


¡¡¡TE ESPERAMOS!!!

domingo, 16 de enero de 2011

Evangelio Ilustrado


Dios es el más importante

Evangelio según San Juan (1,29-34)


(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)



sábado, 15 de enero de 2011

Jesús es el cordero de Dios



El Jueves Santo, Jesucristo nos dejó instituido ese “sacramento admirable”: el de su Cuerpo y su Sangre (Corpus Christi). Es el regalo más grande que Jesús nos ha dejado: su presencia viva entre nosotros, todo su ser de Hombre y todo su Ser de Dios, para ser alimento de nuestra vida espiritual, para unirnos a El.

Ese maravilloso regalo nos lo dio el Señor horas antes de morir, durante la Ultima Cena. Los sucesos de esa noche y del Viernes Santo opacan un tanto la alegría de este Regalo que nos dejó el Señor el Jueves Santo.

Pero, veamos qué relación hay entre lo sucedido el Jueves Santo y el Viernes Santo, y el por qué de la Fiesta de Corpus Christi en que la Iglesia recuerda y celebra el Sacramento del Cuerpo de Cristo.

En el Antiguo Testamento se nos describen diferentes tipos de sacrificios, entre éstos, los sacrificios de expiación de los pecados del pueblo, los cuales se hacían sacrificando un cordero.

Sucedió, entonces, que cuando Dios decidió liberar a su pueblo cautivo por los Egipcios, le ordenó a los Hebreos inmolar por familia un cordero “sin mancha, macho, de un año” (Ex. 12, 5), indicándoles marcar con la sangre del cordero sacrificado el dintel de la puerta para que el Angel exterminador los perdonara cuando esa noche viniera a herir a los primogénitos egipcios. Desde ese momento, la sangre del cordero tuvo para los israelitas valor redentor.

Es así como, ese primer Jueves Santo de la historia celebraba Jesucristo con sus Apóstoles la Pascua judía, es decir, la conmemoración de la liberación de Egipto. En esa Cena Pascual se comía –igual que aquella noche antes de salir de Egipto, un cordero sacrificado. Pero sucede algo imprevisto: Jesús, después de comer la cena pascual, sustituye al cordero pascual por Sí mismo. El se entrega como “verdadero Cordero Pascual” (Prefacio de la Misa de Pascua), a ser sacrificado en la Cruz al día siguiente.

Eso es lo que significan las palabras del Sacerdote cuando, presentando la hostia consagrada dice: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Esas palabras ya las dijo antes San Juan Bautista, al identificar a Jesús como el Mesías en la ribera del Jordán: ”Allí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo” (cf. Jn. 1, 29).

Pero hay más: en el Antiguo Testamento había otro tipo de sacrificios: los sacrificios de alianza. La Alianza entre Yavé y su pueblo, por el cual éste se comprometía a cumplir lo pedido por Dios, se sella mediante un rito de sangre. Así dice Moisés a los israelitas, una vez hecha la Alianza: “Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos” (Ex. 24, 3-8).

Esa era la “Antigua Alianza”. Pero en la Ultima Cena, al presentar el cáliz lleno de vino, Jesús dice: “Este es el cáliz de la Nueva Alianza, la cual se sella con mi Sangre”. (Ya no era sangre de animales, sino la Sangre del Hijo de Dios la que sella la Nueva Alianza).

Estaba anunciando el Señor su muerte al día siguiente, el verdadero Cordero sacrificado en la Cruz y su Sangre derramada, con la cual sellaría la Nueva Alianza.

El Cuerpo entregado y su Sangre derramada hacen de la muerte de Cristo un sacrificio singular: sacrificio de alianza, que sustituye la Antigua Alianza del Sinaí por esta Nueva Alianza, en la cual el Cordero es Cristo, y en la que no se derrama sangre de animales, sino ¡nada menos! que la del mismo Hijo de Dios.

Y todo este sacrificio de Jesús, para nuestra redención: todo esto por mí y para mí. Y esta Nueva Alianza es perfecta, puesto que Jesús nos redime de nuestros pecados y nos asegura para siempre el acceso a Dios y la posibilidad de vivir unidos a El, mediante la recepción de su Cuerpo y de su Sangre en la Comunión, Sacramento de salvación que nos dejó instituido en el primer Jueves Santo de la historia y que con razón celebra nuevamente la Iglesia en la Fiesta de Corpus Christi.

El significado de este “Misterio de Fe” que es la presencia real de Jesucristo en la Hostia Consagrada y el sentido del sacrificio de Cristo en la Cruz está expuesto de manera elocuente en “La Pasión” de Mel Gibson.

En este filme vemos que, al llegar Jesús al Gólgota, soltando la cruz, mira al cielo. Enseguida cambia la escena a la Ultima Cena cuando le son presentados a Jesús los panes cubiertos con un paño. De inmediato volvemos al Calvario y vemos a Cristo siendo despojado de sus vestiduras.¡El Cuerpo desnudo del Calvario es el mismo Cuerpo del Pan de la Cena: Corpus Christi!

Ya crucificado, antes de ser levantada la Cruz, la película nos traslada al preciso momento de la institución de la Eucaristía. Jesús toma el pan en la mano, lo parte y dice: “Tomen y coman todos de él, porque este es mi Cuerpo que será entregado por ustedes.” Ya su Cuerpo, el mismo que nos había ofrecido en la Ultima Cena –el mismo que nos ofrece en cada Eucaristía- estaba siendo entregado en la cruz.

Luego, mientras la Cruz es levantada, vemos mucha sangre manar del cuerpo de Cristo, y enseguida aparece el flashback de Jesús con el cáliz de vino entre sus manos. Toma un sorbo y dice: “Toman y beban. Este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva y Eterna, que será derramada por ustedes y por todos para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria mía”. Y en ese momento se ve a Juan tomando el vino. Luego se vuelve a la crucifixión, y Jesús sangra aún más.

Tal como lo anunció al presentar el Cáliz en la Ultima Cena: su Sangre es derramada por nosotros para perdonar nuestros pecados; su Cuerpo es entregado por nosotros. Y ese Cuerpo y esa Sangre -los mismos de la Cruz- son el Pan y el Vino consagrados, cuando el Sacerdote pronuncia las mismas palabras de Cristo en la Ultima Cena.

¡Oh misterio inefable! ¡Oh misterio de nuestra fe!

El misterio del Cuerpo y la Sangre de Cristo es un misterio de Amor. Es el Regalo más grande que nos ha sido dado: Dios Padre nos entrega a su Hijo para redimirnos del pecado, para pagar nuestro rescate. ¡Qué precio para rescatarnos! La Vida de Jesucristo, el Cordero de Dios, entregada en la Cruz.

Y esa entrega del Hijo de Dios por nosotros los seres humanos, se nos hace presente en cada Eucaristía. Así, en cada Santa Misa celebrada en cualquier parte del mundo tenemos su Presencia Real y Viva en medio de nosotros, para reconocerlo y adorarlo en la Hostia Consagrada, y para ser alimento de nuestra vida espiritual cuando lo recibimos en la Sagrada Comunión.

¡Oh Regalo infinito! ¡Oh Regalo de Amor!

viernes, 14 de enero de 2011

El Papa invita a las familias a ser fuertes en el amor



"Hagan de sus casas un verdadero semillero de virtudes y un espacio sereno y luminoso de confianza, en el que, guiados por la gracia de Dios, se pueda sabiamente discernir la llamada del Señor, que sigue invitando a su seguimiento".



Benedicto XVI invitó a los miles de participantes de la Misa de la Familia del pasado 2 de enero en la plaza de Colón de Madrid a “ser fuertes en el amor y a contemplar con humildad el Misterio de la Navidad, que continúa hablando al corazón y se convierte en escuela de vida familiar y fraterna”.

El Papa se dirigió a ellos el pasado domingo en el saludo que dirigió a los peregrinos de lengua española tras el rezo de la oración mariana del Angelus, desde su ventana del Palacio apostólico vaticano.

“La mirada maternal de la Virgen María, la amorosa protección de San José y la dulce presencia del Niño Jesús son una imagen nítida de lo que debe ser cada una de las familias cristianas, auténticos santuarios de fidelidad, respeto y comprensión, en los que también se transmite la fe, se fortalece la esperanza y se enardece la caridad”, afirmó.

El Pontífice alentó “a todos a vivir con renovado entusiasmo la vocación cristiana en el seno del hogar, como genuinos servidores del amor que acoge, acompaña y defiende la vida”.

“Hagan de sus casas un verdadero semillero de virtudes y un espacio sereno y luminoso de confianza, en el que, guiados por la gracia de Dios, se pueda sabiamente discernir la llamada del Señor, que sigue invitando a su seguimiento”, exhortó.

El Papa saludó “con afecto a los numerosos pastores y fieles reunidos en la plaza de Colón, de Madrid, para celebrar con gozo el valor del matrimonio y la familia bajo el lema La familia cristiana, esperanza para Europa”.

Y encomendó “fervientemente a la Sagrada Familia de Nazaret los propósitos y frutos de ese encuentro, para que sean cada vez más las familias en las que reine la alegría, la entrega mutua y la generosidad”.

Miles de familias, decenas de obispos

Este mensaje del Papa fue escuchado en la plaza de Colón antes de empezar la Misa de la Familia, que concelebraron más de cincuenta obispos españoles y europeos y presidió el arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela.

Miles de padres, abuelos, jóvenes y niños participaron en el encuentro festivo y de fe, la mañana del pasado domingo, frío y soleado en Madrid.

En la homilía, el cardenal Rouco destacó que no “seremos capaces de acoger la gracia de la salvación y hacerla nuestra si no es a través de la familia, formada y vivida cristianamente”.
“Proclamamos el Evangelio de la Familia con la palabra iluminada por la Palabra de Dios que se ha hecho carne en el seno de la Virgen María”, dijo.
“Lo celebramos en la Eucaristía” y “lo testimoniamos con la presencia pública, expresada en esta magna asamblea de las familias cristianas”, añadió

El purpurado recordó que las familias acogen y amparan a tantas personas que se encuentran actualmente sin trabajo en España.

Signos de esperanza

“La verdad del matrimonio y de la familia cristiana se hace patente en sus vidas -dijo a las miles de familias congregadas-. El anuncio del Evangelio, del Evangelio de la familia, adquiere una actualidad inusitada: ¡la fuerza de ´la denuncia y profecía´ y el acento insobornable de la esperanza en un momento sumamente crítico de la historia!”.

El cardenal Rouco advirtió de las consecuencias negativas de cuestionar o negar la verdad del matrimonio y de la familia: el aborto, la eutanasia, la falta de respeto a la vida, la educación en un ambiente de rupturas y distancias.

“Las relaciones sociales se hacen frías y distantes: ¡nos endurecemos consciente o inconscientemente ante el dolor y las necesidades físicas y espirituales de nuestros vecinos y conciudadanos!-constató-. La sociedad se envejece y la crisis demográfica –¡imparable!– amenaza y pone en peligro el futuro de nuestros marcos de vida y bienestar económico y social”.
“Esto es lo que está sucediendo en mayor o menor medida en las sociedades europeas”, afirmó, apuntando a “una crisis mucho más honda en sus causas, que las que se detectan en los campos de la técnica y de la acción económica, social y política”.

Ante este reto, animó a las familias a “ser los signos e instrumentos imprescindibles de la esperanza para Europa en una de sus horas más complejas y dramáticas”, contando con el ejemplo y la cercanía espiritual de la Sagrada Familia de Nazaret.

“¡La Iglesia los necesita para poder ser evangelizada y para evangelizar! -aseguró. Los necesita como siempre; pero, además hoy, con una nueva, grave e inaplazable urgencia”.

jueves, 13 de enero de 2011

"El Purgatorio es demostración del infinito amor y misericordia de Dios"



CIUDAD DEL VATICANO, jueves 13 de enero de 2011.

El Papa Benedicto XVI , en la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy querría hablar de otra santa que como Catalina de Siena y Catalina de Bolonia, también lleva el nombre de Catalina; hablo de Catalina de Génova, que destaca sobre todo por sus visiones del purgatorio.

El texto que nos cuenta su vida y su pensamiento, viene publicado en la ciudad ligure en el 1551; está dividido en tres partes: la Vita, propiamente dicha, la Dimostratione et dechiaratione del purgatorio –más conocida como Trattato- y el Dialogo tra l'anima e il corpo . El compilador de la obra de Catalina fue su confesor, el sacerdote Cattaneo Marabotto.

Catalina nació en Génova, en 1447; última de cinco hijos, perdió a su padre, Giacomo Fieschi, a su más tierna infancia. La madre, Francesca di Negro, les educó cristianamente, tanto es así que la mayor de las dos hijas se hizo religiosa.. a los dieciséis años, Catalina fue casada con Giuliano Adorno, un hombre que, tras varias experiencias en el ramo del comercio y en el mundo militar en Medio Oriente, había vuelto a Génova para casarse. La vida conyugal no fue fácil, sobre todo por el carácter del marido, quien gustaba de los juegos de azar. Catalina misma fue inducida, al principio, a llevar un tipo de vida mundana, en la cual no consiguió encontrar serenidad. Después de diez años, en su corazón había una sensación profunda de vacío y de amargura.

La conversión se inició el 20 de marzo de 1473, gracias a una insólita experiencia. Catalina fue a la iglesia de San Benito y al monasterio de Nuestra Señora de las Gracias, para confesarse, y arrodillándose ante el sacerdote, “recibí”, como escribe ella misma, “una herida en el corazón del inmenso amor de Dios”, y tal clara visión de sus miserias y defectos, y a la vez, de la bondad de Dios, que casi se desmaya. Fue herida en el corazón con el conocimiento de sí misma, de la vida que llevaba y de la bondad de Dios. De esta experiencia nació la decisión que orientó toda su vida, que expresada en palabras fue: “No más mundo, no más pecado” (cfr Vita mirabile, 3rv). Catalina entonces, se fue dejando interrumpida la confesión. Cuando volvió a casa, fue a la habitación más apartada y pensó durante mucho tiempo. En ese momento fue instruida interiormente sobre la oración y tuvo conciencia del amor de Dios hacia ella que era pecadora, una experiencia espiritual que no conseguía expresar en palabras (cfr Vita mirabile, 4r). Es en esta ocasión que se le apareció Jesús sufriente, cargado con la cruz, como a menudo se representa en la iconografía de la Santa. Pocos días después, volvió donde el sacerdote para realizar, finalmente, una buena confesión. Inició aquí la “vida de purificación” que, durante tanto tiempo, le hizo sufrir un dolor constante por los pecados cometidos y la empujó a imponerse penitencias y sacrificios para mostrar su amor a Dios.

En este camino, Catalina se iba acercando cada vez más al Señor, hasta entrar en la que se conoce como “vida unitiva”, es decir, una relación de unión profunda con Dios. En la Vita está escrito que su alma era guiada y amaestrada sólo por el dulce amor de Dios, que le daba todo lo que necesitaba. Catalina se abandonó de tal modo en las manos del Señor que vivió, casi veinticinco años, como ella escribió, “sin necesidad de criatura alguna, sólo instruida y gobernada por Dios”(Vita, 117r-118r), nutrida sobre todo, de la oración constante y de la Santa Comunión recibida todos los días, algo no común en esa época. Sólo años más tarde, el Señor le dio un sacerdote que cuidase su alma.

Catalina fue siempre reacia a confiar y manifestar su experiencia de comunión mística con Dios, sobre todo por la profunda humildad que sentía frente a las gracias del Señor. Sólo desde la perspectiva de darle gloria y poder ayudar a otros en su camino espiritual, se animó a contar lo que le había sucedido en el momento de su conversión, que es su experiencia original y fundamental.

El lugar de su ascensión a las cumbres místicas fue el hospital de Pammatone, el complejo hospitalario más grande de Génova, del que fue directora y animadora. Por tanto Catalina vivió una existencia totalmente activa, no obstante la profundidad de su vida interior. En Pammatone se formó en torno a ella un grupo de seguidores, discípulos y colaboradores, fascinados por su vida de fe y su caridad. Consiguió que su mismo marido, Giuliano Adorno, dejara la vida disipada, se hiciera terciario franciscano y se transfiriera al hospital para ayudar a su mujer. La participación de Catalina en el cuidado de los enfermos se prolongó hasta los últimos días de su camino terreno, el 15 de septiembre de 1510. Desde su conversión hasta su muerte, no hubo sucesos extraordinarios, sólo dos elementos caracterizaron su existencia entera: por una parte la experiencia mística, es decir, la profunda unión con Dios, vivida como una unión esponsal, y por la otra las asistencia a los enfermos, la organización del hospital, el servicio al prójimo, especialmente a los más abandonados y necesitados. Estos dos polos- Dios y el prójimo- colmaron toda su vida, transcurrida prácticamente dentro de los muros del hospital.

Queridos amigos, no debemos olvidar que cuanto más amamos a Dios y somos constantes en la oración, tanto más amaremos verdaderamente a quien está alrededor nuestro, a quien está cerca de nosotros, porque seremos capaces de ver en cada persona el rostro del Señor, que ama sin límites ni distinciones. La mística no crea distancias con el otro, no crea una vida abstracta, sino que acerca al otro porque se comienza a ver y a actuar con los ojos, con el corazón de Dios.

El pensamiento de Catalina sobre el purgatorio, por el que es particularmente conocida, está condensado en las últimas dos partes del libro citado al inicio: el Tratado sobre el purgatorio y el Diálogo entre el alma y el cuerpo. Es importante observar que Catalina, en su experiencia mística, nunca tuvo revelaciones específicas sobre el purgatorio o sobre las almas que se están purificando en él. Con todo, en los escritos inspirados por nuestra Santa es un elemento central, y la manera de describirlo tiene características originales respecto a su época. El primer rasgo original se refiere al “lugar” de la purificación de las almas. En su tiempo se representaba principalmente con el recurso a imágenes ligadas al espacio: se pensaba en un cierto espacio, donde se encontraría el purgatorio. En Catalina, en cambio, el purgatorio no está presentado como un elemento del paisaje de las entrañas de la tierra: es un fuego no exterior, sino interior. Esto es el purgatorio, un fuego interior. La Santa habla del camino de purificación del alma hacia la comunión plena con Dios, partiendo de su propia experiencia de profundo dolor por los pecados cometidos, en contraste con el infinito amor de Dios (cfr Vita mirabile, 171v). Hemos escuchado sobre el momento de la conversión, donde Catalina siente de repente la bondad de Dios, la distancia infinita de su propia vida de esta bondad y un fuego abrasador dentro de ella. Y este es el fuego que purifica, es el fuego interior del purgatorio. También aquí hay un rasgo original respecto al pensamiento de la época. No se parte, de hecho, del más allá para narrar los tormentos del purgatorio – como era habitual en ese tiempo y quizás también hoy – y después indicar el camino para la purificación o la conversión, sino que nuestra Santa parte de la experiencia propia interior de su vida en camino hacia la eternidad. El alma – dice Catalina – se presenta a Dios aún ligada a los deseos y a la pena que derivan del pecado, y esto le hace imposible gozar de la visión beatífica de Dios. Catalina afirma que Dios es tan puro y santo que el alma con las manchas del pecado no puede encontrarse en presencia de la divina majestad (cfr Vita mirabile, 177r). Y también nosotros nos damos cuenta de cuán alejados estamos, cómo estamos llenos de tantas cosas, de manera que no podemos ver a Dios. El alma es consciente del inmenso amor y de la perfecta justicia de Dios y, en consecuencia, sufre por no haber respondido de modo correcto y perfecto a ese amor, y por ello el amor mismo a Dios se convierte en llama, el amor mismo la purifica de sus escorias de pecado.

En Catalina se percibe la presencia de fuentes teológicas y místicas a las que era normal recurrir en su época. En particular se encuentra una imagen de Dionisio el Areopagita, la del hilo de oro que une el corazón humano con Dios mismo. Cuando Dios ha purificado al hombre, lo ata con un hilo finísimo de oro, que es su amor, y lo atrae hacia sí con un afecto tan fuerte, que el hombre se queda como “superado y vencido y todo fuera de sí”. Así el corazón humano es invadido por el amor de Dios, que se convierte en la única guía, el único motor de su existencia (cfr Vita mirabile, 246rv). Esta situación de elevación hacia Dios y de abandono a su voluntad, expresada en la imagen del hilo, es utilizada por Catalina para expresar la acción de la luz divina sobre las almas del purgatorio, luz que las purifica y las eleva hacia los esplendores de los rayos resplandecientes de Dios (cfr Vita mirabile, 179r).

Queridos amigos, los santos, en su experiencia de unión con Dios, alcanzan un “saber” tan profundo de los misterios divinos, en el que amor y conocimiento se compenetran, que son de ayuda a los mismos teólogos en su tarea de estudio, de intelligentia fidei, deintelligentia de los misterios de la fe, de profundización real de los misterios, por ejemplo de qué es el purgatorio.

Con su vida, santa Catalina nos enseña que cuanto más amamos a Dios y entramos en intimidad con Él en la oración, tanto más Él se deja conocer y enciende nuestro corazón con su amor. Escribiendo sobre el purgatorio, la Santa nos recuerda una verdad fundamental de la fe que se convierte para nosotros en invitación a rezar por los difuntos para que puedan llegar a la visión bendita de Dios en la comunión de los santos (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 1032). El servicio humilde, fiel y generoso, que la Santa prestó durante toda su vida en el hospital de Pammatone, además, es un luminoso ejemplo de caridad para todos y un aliento especial para las mujeres que dan una contribución fundamental a la sociedad y a la Iglesia con su preciosa obra, enriquecida por su sensibilidad y por la atención hacia los más pobres y necesitados. Gracias.

____________________________

1 cfr Libro de la Vita mirabile et dottrina santa, de la beata Caterinetta da Genoa. Nel quale si contiene una utile et catholica dimostratione et dechiaratione del purgatorio, Genova 1551.

©Libreria Editrice Vaticana

miércoles, 12 de enero de 2011

La importancia de la oración

"Jesús se levantó, salió
y fue a un lugar desierto para orar"

Homilía del siglo V sobre la oración
(atribuída a san Juan Crisóstomo; PG 64, 461)

El sumo bien está en la oración, en el diálogo con Dios... La oración es luz del alma, verdadero conocimiento de Dios, mediadora entre Dios y los hombres. Hace que el alma se eleve hasta el cielo y abrace a Dios con inefables abrazos, apeteciendo la leche divina, como el niño que, llorando, llama a su madre; por la oración el alma expone sus propios deseos y recibe dones mejores que toda la naturaleza invisible. Pues la oración se presenta ante Dios como venerable intermediaria, alegra nuestro espíritu y pacifica el alma.

Cuando hablo de oración me refiero a la verdadera, no a las simples palabras: la oración que es un deseo de Dios, una inefable piedad, no otorgada por los hombres, sino concedida por la gracia divina, de la que también dice el Apóstol: «Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rm 8,26). Una oración así, cuando Dios la otorga a alguien, es una riqueza inagotable y un alimento celestial que satura el alma; quien la saborea se enciende en un deseo eterno del Señor, como un fuego ardiente que inflama su corazón.


martes, 11 de enero de 2011

Tiempo Ordinario



Tiempo Ordinario (también llamado "Tiempo durante el año") es aquella parte del año litúrgico distinta de los llamados Tiempos Fuertes: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.

Son 33 o 34 semanas (domingos) en el transcurso del año, divididos en dos partes.

La primera parte del Tiempo Ordinario comienza el lunes posterior al Bautismo del Señor y se prolonga hasta el martes anterior al miércoles de Ceniza, día en que comienza el Tiempo de Cuaresma.

La segunda parte del Tiempo Ordinario comienza el lunes siguiente al domingo de Pentecostés y se prolonga hasta el día anterior al primer domingo de Adviento.

Las fechas varían cada año, pues se toman en cuenta los calendarios antiguos que estaban determinados por las fases lunares, para fijar la fecha de la Pascua, y a partir de ahí se estructura todo el año litúrgico.


El Tiempo Ordinario el tiempo más largo, cuando la comunidad de bautizados es llamada a profundizar en el Misterio Pascual y a vivirlo en el desarrollo de la vida de todos los días.

Por eso las lecturas bíblicas de las misas son de gran importancia para la formación cristiana de la comunidad. Esas lecturas no se hacen para cumplir con un ceremonial, sino para conocer y meditar el mensaje de salvación apropiado a todas las circunstancias de la vida, y así poder celebrar más plenamente el misterio del amor de Dios.

Para este tiempo litúrgico se utiliza el color verde, signo de esperanza.


lunes, 10 de enero de 2011

"Las parroquias deben apoyar a las familias en la transmisión de la fe"

Benedicto XVI bautiza a 21 bebés en la misa del Bautismo del Señor

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 9 de enero de 2011 (ZENIT.org).-

El Papa destacó la gran necesidad actual de que la comunidad cristiana y la familia colaboren en el proceso de crecimiento en la fe.

Lo hizo este domingo en la homilía que pronunció durante la misa de la fiesta del Bautismo del Señor, celebrada en la Capilla Sixtina y en el transcurso de la cual bautizó a 21 bebés de entre cuatro semanas y cuatro meses de vida, hijos de trabajadores del Vaticano y la Santa Sede.

Benedicto XVI indicó que la Iglesia, que acoge a los bautizados entre sus hijos, “debe hacerse cargo, junto a los padres y a los padrinos, de acompañarlos en este camino de crecimiento” hacia la madurez cristiana.

“La colaboración entre comunidad cristiana y familia es más necesaria que nunca en el actual contexto social, en el que la institución familiar está amenazada por muchas partes y se encuentra que tiene que enfrentarse a no pocas dificultades en su misión de educar en la fe”, afirmó.

En este sentido, explicó que “la disminución de referencias culturales estables y la rápida transformación a la que está sometida continuamente la sociedad, hacen verdaderamente arduo el compromiso educativo”.

“Por eso, es necesario que las parroquias se esfuercen cada vez más en apoyar a las familias, pequeñas Iglesias domésticas, en su tarea de transmisión de la fe”, añadió.

El Pontífice destacó que los niños que reciben el Bautismo inician “un camino que deberá ser un camino de santidad y de conformarse a Jesús, una realidad que está puesta en ellos como la semilla de un árbol espléndido, que se debe hacer crecer”.

“Por eso, comprendiendo la grandeza de este don, desde los primeros siglos se ha tenido la consideración de dar el Bautismo a los niños justo después de nacer”, dijo.

Además de la importancia de la gracia, el Papa señaló que “ciertamente, será después necesaria una adhesión libre y consciente a esta vida de fe y de amor”.

“Por eso -señaló- es necesario que, después del Bautismo, sean educados en la fe, instruidos según la sabiduría de la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia, de manera que crezca en ellos esta semilla de la fe”.

Bautismo de Jesús

En referencia a la fiesta del Bautismo del Señor, con la que se cierra este domingo el tiempo navideño, Benedicto XVI indicó que el gesto de Cristo de querer ser bautizado por Juan como un pecador más “revela sobre todo quién es Jesús”.

“Él, que está sin pecado, se deja tratar como pecador, para llevar sobre sus hombros el peso de la culpa de toda la humanidad, también de nuestra culpa”, explicó.

“Este acto de abajamiento, con el que Jesús quiere ajustarse totalmente al designio de amor del Padre y conformarse a nosotros, manifiesta la plena sintonía de voluntad y de entente que hay entre las personas de la Santísima Trinidad”, añadió.

El Pontífice también indicó que aun llamándose bautismo, el de Juan “no tenía el valor sacramental del rito que celebramos hoy” y subrayó que “es de hecho con su muerte y resurrección como Jesús instituye los Sacramentos y hace nacer la Iglesia”.

Sacramento del bautismo

El sacramento del bautismo, añadió, inserta a los bautizados “en este intercambio de amor recíproco que hay en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, “en la vida misma de Jesús, que murió en la cruz para liberarnos del pecado y resucitando venció la muerte”.

“Por eso, inmersos espiritualmente en su muerte y resurrección, son liberados del pecado original y en ellos empieza la vida de la gracia, que es la vida misma de Jesús Resucitado”, prosiguió.

Benedicto XVI destacó que “dándonos la fe, el Señor nos ha dado lo más precioso de la vida, es decir el motivo más verdadero y más bello por el que vivir: por gracia hemos creído en Dios, hemos conocido su amor, con el que quiere salvarnos y liberarnos del mal” y añadió que “la fe es el gran don con el que nos da también la vida eterna, la verdadera vida”.

domingo, 9 de enero de 2011

El Bautismo de Jesús

Bautismo del Señor
de Jaime Domínguez

El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía, dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.

Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía qué hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos:

El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.

El de Jesús: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina.”

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia...", trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús.

¿Por qué entonces Jesús se hace bautizar por Juan?

Es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa... Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento). Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por vivir nuestro bautismo.

¡Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz!

Fuente: catholic.net
Autor: P. Juan Pablo Esquivel

sábado, 8 de enero de 2011

Evangelio Ilustrado


El Bautismo de Jesús

Evangelio según San Mateo (3,13-17)


(Clickear sobre la imagen para ver tamaño completo)



viernes, 7 de enero de 2011

¡Una gran celebración en CARITAS!


El miércoles 5 de enero, vísperas de la Epifanía del Señor, con una profunda y simple ceremonia en el templo, se dio comienzo a una jornada especial de celebración brindada por Caritas a sus asistidos, en la que se realizó el sorteo de valiosos juguetes oportunamente donados para tal fin.


Con una descripción de la participación de los Magos en la Adoración a Jesús y la presentación de dones, seguidos de una oración comunitaria de los fieles, se cerró esta celebración que se realizó frente al Pesebre.

A continuación en el patio parroquial, se realizó el sorteo que llevó a que cada familia que participó, a regresar a su hogar con un juguete para sus niños.

En las fotos quedó registrado tan grato momento vivido y compartido en comunión con nuestros hermanos más necesitados.


¡¡¡GRACIAS A TODOS
LOS QUE COLABORARON
EN LA REALIZACIÓN
DE ESTA FIESTA!!!

Más fotos, a la derecha del blog.

jueves, 6 de enero de 2011

Epifanía del Señor

Adoración de los Reyes
de Giotto


Celebramos hoy la Manifestación del Señor a todos los hombres

Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los hombres.

Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos. Epifanía quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones.

En la Epifanía celebramos el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza.

Es un día de alegría y agradecimiento porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos.

El relato de la adoración de los Reyes Magos se puede encontrar en San Mateo 2, 1-11.

“Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del Rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el que ha nacido, el Rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo. Al oír esto, el Rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que se llamaban Pontífices y Escribas (que eran los que conocían las escrituras) y les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo judío esperaba hacia mucho tiempo. Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta:


Y tú, Belén tierra de Judá
de ningún modo eres la menor
entre las principales ciudades de Judá
porque de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando aparte a los magos, los envió a la ciudad de Belén y les dijo: Vayan e infórmense muy bien sobre ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo. Los Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella, sintieron una gran alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino.”

Podemos aprovechar esta fiesta de la Iglesia para reflexionar sobre las enseñanzas que nos brinda este pasaje evangélico:

*Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.

* La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.

* Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.

* Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.

* Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.

Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos vacías. Le llevaron:


  • oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos;

  • incienso: que se le da a Dios, ya que Jesús es el hijo de Dios hecho hombre;

  • mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.


  • Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.

    * Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre.

    * Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.