Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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jueves, 12 de abril de 2012

Jesús se aparece a los discípulos

"Estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.» Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero él les dijo: «¿Por qué se turban, y por qué se suscitan dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies; soy yo mismo. Tóquenme y vean que un espíritu no tiene carne y huesos como ven que yo tengo.»
Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer?»

Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que les hablé cuando todavía estaba con ustedes: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»
Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas."

La aparición de Jesús provoca el miedo y la incertidumbre; les muestra sus llagas de manos y pies, y para convencerlos definitivamente, les pide algo de comer. Son las pruebas que el Resucitado aporta para que lo identifiquen con el Jesús de Nazaret que ellos conocieron y con quien compartieron decisivas experiencias del Evangelio. Más tarde viene el argumento de la Escritura, como lo hizo con los discípulo de Emaús, que busca instruirlos para convencerlos que en ÉL se cumple todo lo escrito en la Ley por Moisés, los profetas y los salmos (v.44). Les abre sus inteligencias para comprender las Escrituras y saber que estaba escrito que el Mesías debía padecer, resucitar al tercer día, en su nombre se predicará la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Ellos ahora son testigos de todas estas maravillas (vv. 44-48).

Es el kerigma, la fuente donde el cristiano ha de nutrir su vida de fe. Apartarse de él, es abandonar la fe o dejar de creer en Jesús resucitado, el que los evangelios y la tradición apostólica nos han entregado en la comunidad eclesial.

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