Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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domingo, 19 de junio de 2011

Homilía Dominical

Solemnidad de la Santísima Trinidad

Lecturas

Ex 34, 4-6.8-9
II Co 13, 11-13
Jn 3, 16-18


Puede que al hablar de la Santísima Trinidad, el Dios en el que creemos, Uno y a la vez tres Personas distintas, experimentemos la sensación de estar manejando conceptos abstractos y lejanos a nuestra vida cotidiana. Sin embargo, es el Dios a cuya imagen y semejanza hemos sido creados, por lo que hablar de su Ser tiene mucho que ver con el nuestro.

Creer en este Dios significa que estamos llamados a ser Uno, como reza Jesús: Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mi y yo en ti, que también ellos estén en nosotros…(Jn 17,21). Pero esta unidad no se da eliminando la distinción sino viviendo la comunión. Esto quiere decir que cada uno de nosotros es un ser único e irrepetible que está llamado a ser feliz no mimetizándose con los otros ni tratando, en un amor posesivo, de asimilarlos a sí mismo, sino respetando la particularidad del otro, recibiendo con gratitud sus dones y aportando con generosidad los propios para el bien de todos.

Que Dios sea Trinidad implica también que lo propio de cada una de las tres Personas divinas es su relación con las otras dos. Para nosotros, se trata de entender que nuestro ser personal camina hacia su plenitud en la medida que crece en relación, es decir, en la capacidad de dar y recibir amor. Cuanto más hijos del Padre, confiados como niños en su amor infinito y obedientes a su voluntad; cuanto más unidos a Jesús en su entrega para ganar a todos como hermanos; tanto más seremos nosotros mismos en el gozo del Espíritu que nos une. ¡Qué mala palabra el individualismo para el cristiano!

Por último, el evangelio de hoy nos dice que Dios es un Ser dinámico. El Padre, entregándose todo a su Hijo, lo envía, no para condenar sino para salvar. Así, nuestra vida es un estar enviados siempre para que el número de los que son Uno en el Amor crezca cada vez más. Si estamos demasiado quietos, si no nos sentimos enviados, si hemos cerrado en un grupo por grande que sea a los que consideramos hermanos, algo importante nos está faltando para que la Trinidad que habita en nuestros corazones nos contagie su dinamismo salvífico.

Hoy celebramos también el día del padre. ¡Qué misión tan importante la del padre de familia a la luz de lo que hemos hablado! Ser signo de la paternidad divina, entregándose a los hijos con amor generoso y exigente a la vez, para que renunciando a todo individualismo vivan confiados su entrega de amor por los demás. Al Padre, origen de toda familia en el cielo y en la tierra, los encomendamos.

Dios Uno y Trino:
nuestro origen y nuestro destino.

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