Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

_______________________________________________________

:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


_____________________________________________

domingo, 9 de octubre de 2011

Homilía Dominical

Domingo XXIX del TO - Ciclo A

Lecturas

Is 25, 6-10
Flp 4, 12-14.19-20
Mt 22, 1-14

En la parábola del evangelio de hoy Jesús compara al Reino de los cielos con un banquete de bodas al que hay que concurrir con el traje apropiado para la ocasión. Si en esta fiesta se celebra el amor, la vestimenta no puede ser otra que la de un corazón que se ha preparado para alegrarse y disfrutar del amor. Esto supone en primer lugar que hemos puesto al amor, y no otra cosa, como lo más importante de nuestra vida. Se trata de aprender a gozar y agradecer cada día tantos signos del amor de Dios que recibimos y que, con su fuerza, podemos brindar a los demás. Pequeños gestos o palabras que se nos ofrecen o que ofrecemos, si no los dejamos sofocar por tantas preocupaciones que nos dan vueltas, nos van preparando para esto.

Pero además hace falta vivir en camino de reconciliación. No se puede gozar de una fiesta quedando aislado del resto de los participantes. Dios nos llama a un banquete de comunión de amor con Él y con los hermanos. Y cargando cada uno nuestra cruz, dejándonos perdonar y perdonando, hemos de recorrer el trayecto que nos lleve a acercarnos cada vez más a ellos.

Si verdaderamente nos estamos preparando para la fiesta su alegría empieza a actuar ya desde ahora en nuestros corazones impulsándonos a comunicarla. Hoy, Domingo de las Misiones, es una buena ocasión para descubrir si esta fuerza habita en nosotros. ¿Tendemos a compartir y a contagiar nuestra fe en el medio en que nos movemos, comenzando por los más cercanos?

Si por el contrario no nos estamos procurando la vestimenta adecuada, nos encontraremos cada vez más parecidos a los invitados que ponían excusas para rechazar la invitación: otras cosas nos resultarán más interesantes y hasta sentiremos rechazo por el mensajero que nos invita.

La Eucaristía es el sacramento de este Banquete celestial. Ella también nos exige prepararnos con traje apropiado. Si venimos dispuestos a gozar del amor que se nos brinda. Si venimos con deseos de reconciliarnos con Dios y con los hermanos que asisten con nosotros a la celebración. Entonces dejará de ser un espectáculo que observamos pasivamente para transformarse en la fiesta que, también gracias a nuestra participación con la atención el silencio y el canto, nos llena de entusiasmo y alegría para comunicarlos a los demás. Así, al salir, nos volveremos mensajeros en los cruces de los caminos para que a todos llegue la invitación a la fiesta eterna del amor de Dios.

P. Daniel Gazze

No hay comentarios:

Publicar un comentario