Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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sábado, 25 de diciembre de 2010

Homilía de Navidad

Misa de Navidad

Lecturas

Is 52,7-10
Hb 1,1-6
Jn 1, 1-18


En el evangelio del día de Navidad escuchamos en el prólogo de San Juan: "vino a los suyos y los suyos no lo recibieron". En estos días asistimos también a esas representaciones del pesebre que hacen los niños de nuestras comunidades donde casi siempre hay alguno que representa el papel del posadero gesticulando la negativa para recibir a José y María, basándose en el versículo de San Lucas que dice que no había lugar para ellos en el albergue.

Jesús viene para redimirnos del pecado, y el pecado causa encierro, negativa a vivir en comunión. Causa incapacidad de reconocer a quien nos ama y a quien en el amor pertenecemos. Por eso Jesús nace para golpear las puertas de nuestros corazones ("estoy a la puerta y llamo..." dice en el Apocalipsis), no con la fuerza de la violencia sino con el llanto de un niño que busca el calor de un hogar, de una casa. Y todo ésto porque en realidad somos nosotros los que no tenemos casa, los que necesitamos ser recibidos en la Casa del Padre, que Él viene a compartir con nosotros, para no quedar vacilando en la existencia.

Y para invitarnos a salir, al hombre que como consecuencia del pecado piensa sólo en recibir, Él le propone tomar conciencia de que se encuentra la felicidad al dar. Podemos encontrar la felicidad haciendo felices a los demás. ¡Podemos hacer felices a Dios! ("hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte..."). En el Niño de Belén Dios se muestra vulnerable e indefenso, necesitado de nuestro amor. ¡Qué cambio de imagen respecto de aquella que a veces tenemos de un Dios al que lo dejamos contento "cumpliendo"!

Pero además de salir de nosotros mismos es necesario escuchar la voz de los ángeles para que nos indiquen dónde está. Es necesario seguir la estrella, encontrar el camino correcto. Y los ángeles dicen que Dios está en el pesebre. Que el Verbo puso su morada entre nosotros pero que no encontró para nacer sino un lugar destinado a los animales. Que el Hijo de Dios vino para compartir con nosotros la Casa del Padre pero que en este mundo no tiene dónde reclinar la cabeza. Por eso, para encontrarlo hay que salir y dirigirse hacia lo humilde (que seamos "atraídos más bien por lo humilde" nos aconseja San Pablo). Él hace ese recorrido, no geográfico sino del corazón: desciende a nuestra debilidad y sólo podemos encontrarlo bajando también nosotros en la profundidad de nuestro corazón, hacia lo humilde, hacia el reconocimiento de nuestra contingencia y desvalimiento, de nuestra necesidad de compasión, de amor y verdad, ¡de amor de verdad!

No por casualidad escuchan la voz de los ángeles los pastores, aquellos que como el Niño recién nacido, tienen por techo sólo el cielo estrellado del amor de Dios. Que como ellos, como la Virgen y San José también nosotros podamos encontrarlo para que Él pueda compartir con nosotros nuestra fragilidad y nosotros podamos compartir con Él la dicha de ser cada vez más hijos de Dios.

¡Feliz Navidad para todos!

"El Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros."
P. Daniel Gazze

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