Nuestra Señora de Belén

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lunes, 10 de enero de 2011

"Las parroquias deben apoyar a las familias en la transmisión de la fe"

Benedicto XVI bautiza a 21 bebés en la misa del Bautismo del Señor

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 9 de enero de 2011 (ZENIT.org).-

El Papa destacó la gran necesidad actual de que la comunidad cristiana y la familia colaboren en el proceso de crecimiento en la fe.

Lo hizo este domingo en la homilía que pronunció durante la misa de la fiesta del Bautismo del Señor, celebrada en la Capilla Sixtina y en el transcurso de la cual bautizó a 21 bebés de entre cuatro semanas y cuatro meses de vida, hijos de trabajadores del Vaticano y la Santa Sede.

Benedicto XVI indicó que la Iglesia, que acoge a los bautizados entre sus hijos, “debe hacerse cargo, junto a los padres y a los padrinos, de acompañarlos en este camino de crecimiento” hacia la madurez cristiana.

“La colaboración entre comunidad cristiana y familia es más necesaria que nunca en el actual contexto social, en el que la institución familiar está amenazada por muchas partes y se encuentra que tiene que enfrentarse a no pocas dificultades en su misión de educar en la fe”, afirmó.

En este sentido, explicó que “la disminución de referencias culturales estables y la rápida transformación a la que está sometida continuamente la sociedad, hacen verdaderamente arduo el compromiso educativo”.

“Por eso, es necesario que las parroquias se esfuercen cada vez más en apoyar a las familias, pequeñas Iglesias domésticas, en su tarea de transmisión de la fe”, añadió.

El Pontífice destacó que los niños que reciben el Bautismo inician “un camino que deberá ser un camino de santidad y de conformarse a Jesús, una realidad que está puesta en ellos como la semilla de un árbol espléndido, que se debe hacer crecer”.

“Por eso, comprendiendo la grandeza de este don, desde los primeros siglos se ha tenido la consideración de dar el Bautismo a los niños justo después de nacer”, dijo.

Además de la importancia de la gracia, el Papa señaló que “ciertamente, será después necesaria una adhesión libre y consciente a esta vida de fe y de amor”.

“Por eso -señaló- es necesario que, después del Bautismo, sean educados en la fe, instruidos según la sabiduría de la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia, de manera que crezca en ellos esta semilla de la fe”.

Bautismo de Jesús

En referencia a la fiesta del Bautismo del Señor, con la que se cierra este domingo el tiempo navideño, Benedicto XVI indicó que el gesto de Cristo de querer ser bautizado por Juan como un pecador más “revela sobre todo quién es Jesús”.

“Él, que está sin pecado, se deja tratar como pecador, para llevar sobre sus hombros el peso de la culpa de toda la humanidad, también de nuestra culpa”, explicó.

“Este acto de abajamiento, con el que Jesús quiere ajustarse totalmente al designio de amor del Padre y conformarse a nosotros, manifiesta la plena sintonía de voluntad y de entente que hay entre las personas de la Santísima Trinidad”, añadió.

El Pontífice también indicó que aun llamándose bautismo, el de Juan “no tenía el valor sacramental del rito que celebramos hoy” y subrayó que “es de hecho con su muerte y resurrección como Jesús instituye los Sacramentos y hace nacer la Iglesia”.

Sacramento del bautismo

El sacramento del bautismo, añadió, inserta a los bautizados “en este intercambio de amor recíproco que hay en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, “en la vida misma de Jesús, que murió en la cruz para liberarnos del pecado y resucitando venció la muerte”.

“Por eso, inmersos espiritualmente en su muerte y resurrección, son liberados del pecado original y en ellos empieza la vida de la gracia, que es la vida misma de Jesús Resucitado”, prosiguió.

Benedicto XVI destacó que “dándonos la fe, el Señor nos ha dado lo más precioso de la vida, es decir el motivo más verdadero y más bello por el que vivir: por gracia hemos creído en Dios, hemos conocido su amor, con el que quiere salvarnos y liberarnos del mal” y añadió que “la fe es el gran don con el que nos da también la vida eterna, la verdadera vida”.

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