Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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domingo, 20 de septiembre de 2009

Homilía Dominical

25º Domingo del Tiempo Ordinario
Lecturas
Sab 2, 12.17-20
St 3, 16-4, 3
Mc 9, 30-37

Hoy escuchamos el segundo anuncio de la Pasión según San Marcos. Como el domingo anterior, también hoy los discípulos se manifiestan incapaces de comprender todo lo que esto significaba y "no se atrevían a hacerle preguntas" al Maestro. En esto, muchas veces nosotros podemos estar igual: el misterio de la muerte, el dolor, la cruz, los grandes temas de la propuesta de Jesús, los horizontes de vida nueva, de resurrección, de eternidad, nos dejan perplejos, dubitativos, inseguros. Ante ellos nos quedamos sin respuestas. La primera reflexión sería: no hagamos como los discípulos, que silenciaron las preguntas. No tengamos miedo de dejar que afloren nuestros cuestionamientos. ¡Qué bueno que nosotros nos atrevamos a acercarnos a Dios para decirle: "no lo entiendo", "me cuesta", "no me cierra"! Esto no es falta de fe, todo lo contrario, puede ser el signo de que estamos madurando y profundizando en nuestra relación con Dios, y de que la fe va impregnando verdaderamente toda nuestra vida.

Este segundo anuncio de la Pasión está enmarcado en una serie de imágenes y símbolos. El Antiguo Testamento había ido delineando la figura del "justo perseguido" para inculcar la paciencia en la vivencia de la virtud, y para alentar a todos aquellos que en el camino del bien experimentan la dificultad. Hoy escuchamos en la primera lectura el relato de la Sabiduría que dice: "tendamos trampas al justo, porque se opone a nuestro modo de obrar". Así razonan los impíos, los que "están en otra", todos aquellos que oprimen a los débiles. Cuando Jesús anuncia que "será entregado en manos de los hombres y lo matarán" se aplica a sí mismo esta imagen del "justo perseguido" e indica que Él es el cumplimiento de estas profecías. Nos anima así a nosotros a recordar que la justicia es un compromiso de largo aliento, que al mal no se lo vence de manera inmediata, que es necesaria la perseverancia y compromisos de largo alcance.

Y para inculcar cuáles son las actitudes que espera de sus discípulos, Jesús utiliza otra imagen: la del niño, recordando así que todo lo que hacemos a los pequeños se lo hacemos a Él. Esta "pequeñez evangélica" no tiene nada que ver con la cobardía o la pusilanimidad, sino que es como el espejo de las bienaventuranzas. La pequeñez que Jesús inculca, poniendo a un niño en medio de los Doce, sugiere mansedumbre, paciencia, humildad. Los Doce discutían acerca de quién era el más grande, quién era el mejor, quién era el primero. Así demostraban que sus criterios eran los que Santiago describe en la segunda lectura de hoy: "donde hay rivalidad y discordia hay desorden y toda clase de maldad... Ustedes ambicionan y por eso envidian... " Se trata de una "lógica" que cuando se apodera del corazón de los hombres destruye la vida comunitaria e impide una sana relación con los demás.

La imagen del niño, por el contrario, nos recuerda que los cambios se realizan no tanto por la fuerza del poder, sino por la entrega del amor.

P. Gerardo Galetto

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