Nuestra Señora de Belén

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viernes, 5 de marzo de 2010

Urge que los bautizados nos convirtamos en discípulos de Jesús

Mons. Miguel Hesayne
Obispo Emérito de Viedma

“La justicia social es un hilo conductor del mensaje bíblico. En la revelación judeo-cristiana, Dios aparece escuchando el clamor del pobre y reclamando el pan para el hambriento. Jesús, Palabra viva de Dios, desde su primer mensaje al comenzar su trabajo evangelizador, anuncia que ha sido enviado ‘para dar buenas noticias a los pobres’”. Así lo expresó en su reflexión del fin de semana monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma, cuyo mensaje se centró en “cómo poner a Dios en la sociedad argentina”.

Tras subrayar que Jesús “no se queda con simple y resonante anuncio”, recordó que “con hechos y palabras motiva a sus discípulos y discípulas para que en sus preocupaciones, en forma prioritaria, estén atentos por los carenciados de vida humana digna y, ante gente necesitada, tomen la iniciativa para socorrerlas”.

“Con la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro -prosiguió- condena no solo la acumulación de bienes y el consumismo egoísta, sino también la desaprensión por una posible existencia de necesitados. De hecho, el acento en la enseñanza de Jesús, no solo es ofensa a Dios el no dar al que pide, sino el no adelantarse en dar al que necesita”.

En ese sentido, monseñor Hesayne consideró que “en la Argentina de hoy, con una masa de bautizados y millones de carenciados de lo básico para vivir en dignidad, el Dios de Jesús está clamando por mujeres y varones que construyan una Iglesia samaritana y comunional. Es decir, una Iglesia discípula de Jesús y su Evangelio que mediante comunidades fraternas y orantes, animadas por el Espíritu de Jesús muerto y resucitado, se pongan a servir a la Argentina corrupta, postrada y decadente”. Y agregó: “Es hora de que la Iglesia que transita en la Argentina a través de diversas y múltiples comunidades… reaccione no con lamentos o condenas o exigencias, sino con la misión que le encomendó Jesús de ser la servidora de la Patria. Que los no cristianos no tengan que preguntarse dónde están los cristianos, dónde está la Iglesia de Jesucristo”.

A continuación, recordó que “las primeras comunidades cristianas surgieron en una sociedad tan corrupta y lejana del Dios verdadero, como nuestro mundo postmoderno actual” y, citando la Carta de San Pablo a los Romanos, destacó que “hasta la conducta licenciosa y aberraciones sexuales que son noticia hoy, era moneda corriente en esa sociedad imperial decadente”. En ese contexto, “el Apóstol los anima a ser coherentes con la fe en Jesús y su Evangelio para mostrar al mundo la novedad cristiana”.

“Para liberar a la Argentina del pecado social, se necesitan comunidades testigos de la Fe en Jesús y su Evangelio. Urge que los bautizados se conviertan en discípulos de Jesús”, concluyó el obispo. +

Texto completo de la reflexión

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