Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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sábado, 3 de septiembre de 2011

Mons. Vicente Faustino Zazpe


Hoy, 3 de Septiembre, se cumple el 50° aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Vicente Faustino Zazpe. Nos corresponde como santafesinos tener un recuerdo especial de gratitud a la persona y ministerio de quien fuera nuestro pastor. Fue ordenado Obispo en Buenos Aires el año 1961 y nombrado primer obispo de Rafaela, donde le tocó la tarea de iniciar la vida de una diócesis. Durante ese tiempo participó del Concilio Vaticano II, siendo una figura destacada por sus intervenciones.

En 1968 es nombrado obispo coadjutor del Cardenal Fasolino y luego, en el año 1969, asume como Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz hasta su muerte el año 1984, año en que fue sepultado en la Iglesia Catedral. La riqueza de su magisterio nos llevó a iniciar la publicación de sus escritos, no sólo como homenaje a su persona sino, y sobre todo, para mantener viva sus enseñanzas y compromiso de vida.

Fue un pastor que amó a la Iglesia y al hombre de su tiempo. Para él esto era asemejarse espiritualmente a Jesucristo, el Buen Pastor. Nos dejó de esta verdad un testimonio que hoy queremos recordar y agradecer. Como pastor siempre estuvo presente, diría que su vida fue una presencia calificada por el servicio. Esta actitud lo llevó a trascender los límites de su pastoreo al interior de la Iglesia, para salir e ir al encuentro y acompañar a todos los hombres que para él eran sus hermanos e hijos en el ministerio episcopal, sobre todo si vivían situaciones difíciles. He recibido varios testimonios agradecidos de personas que estando presos, en los tiempos de la represión me decían, Mons. Zazpe nos visitaba. Esta actitud de amor a sus hermanos en momentos difíciles, fue una nota en su episcopado. Lo mismo su palabra en defensa de los derechos humanos, como de cercanía con quienes vivían situaciones de pobreza, aunque le costaran algunas críticas mezquinas e injustas. Era sensible y sufrió por estos juicios. Creo que el tiempo ha sabido reconocer la autenticidad de su palabra y el compromiso de su ministerio.

Tampoco fueron tiempos fáciles al interno de la Iglesia. El concilio Vaticano II fue un momento de reflexión y de "aggiornamento" en la vida de la Iglesia. Como hombre del Concilio pienso que lo marcó profundamente, lo dije en una oportunidad, la figura de Pablo VI, el papa del diálogo (Ecclesiam Suam) y de la evangelización (Evangelii Nuntiandi). Fue una época de cambios donde abundaron los reformadores apresurados que oponían dialécticamente cosas que en la Iglesia eran complementarias, creando reacciones que impedían comprender y vivir la riqueza de lo nuevo como eran las propuestas y los gestos del Concilio. En este contexto lo recuerdo a Mons. Zazpe como un hombre de Iglesia abierto a lo nuevo sin caer en lo novedoso. Fue un hombre de su tiempo que no corta con el pasado, pero que supo abrirse con entusiasmo y compromiso a lo nuevo. Esto hizo de él un referente claro y comprometido de ese tiempo conciliar. Importaba conocer, recuerdo, lo que él decía, su palabra era esperada. Esta actitud de fidelidad a la tradición y de apertura en la Iglesia a lo nuevo, como de cercanía y defensa de la dignidad humana no siempre fue comprendida, es más, creo que ello fue parte de su cruz como pastor.

Un signo de reconocimiento a su persona y del valor actual de su pensamiento lo veo en el recuerdo que guarda la sociedad santafesina de su persona y lo ha querido homenajear poniendo su nombre a calles, barrios, escuelas…., como al leer sus escritos y charlas dominicales que siguen conservando su vigencia e iluminando con su reflexión los problemas de hoy. Creo que esta actualidad se debe a que sus reflexiones tenían su fuente en el Evangelio y su mirada, libre de ideologías, puesta en el hombre concreto con sus angustias y esperanzas. Frente a esta realidad se sentía interpelado y su preocupación era poder responder como pastor, y desde el evangelio, a quienes él estaba llamado a servir. En esto veo también para nosotros, como obispos, una enseñanza y testimonio siempre actual.

Hoy, al cumplirse el 50° aniversario de su ordenación episcopal celebraré la Santa Misa en la Iglesia Catedral, en la cual él ejerció su ministerio de Padre y Pastor de nuestra Iglesia santafesina, luego, y ante su tumba, rezaré por su eterno descanso.

Reciban de su Obispo, junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor Jesús y nuestra Madre de Guadalupe.


Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

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