Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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viernes, 23 de julio de 2010

Día de los Abuelos


El próximo 26 de Julio, fiesta de los santos Joaquín y Ana, los padres de la Virgen María, celebramos el Día de los Abuelos. A ellos se los considera como los abuelos de Jesús. Para nosotros son una referencia que hace a nuestra vida e identidad. Somos parte de un camino que no comienza con nosotros, en ellos nos reconocemos y encontramos nuestras raíces. Cuando contemplamos esta realidad humana con ojos de fe podemos hablar, además, de esa historia de Dios, que es una historia de amor y salvación.

Hay una relación personal con Dios, pero hay también una relación que se va tejiendo en lo que podríamos llamar la vida y la historia del pueblo de Dios. Aquella se nos presenta como más puntual o vertical; ésta como más histórica u horizontal. En ambas, desde su diversidad de presencia, podemos descubrir y hablar de un camino de Dios hacia nosotros. Cuánta importancia tiene saber valorar, en la presencia de los abuelos, este caminar de Dios que se hace historia en nuestra vida.

A este primer momento de valoración y gratitud corresponde un preguntarnos por nuestra responsabilidad frente a ellos. El agradecimiento es por lo que son y han hecho; nuestra responsabilidad mira a lo que nosotros debemos hacer por ellos. En primer lugar diría algo muy simple, pero que es el principio de toda actitud valorativa: tenerlos en cuenta no por lo que hacen, que en algunos casos es mucho, sino por lo que son. Esto que parece simple no siempre es fácil de concretar. Vivimos tiempos con ritmos distintos, nos cuesta ponernos en el tiempo y en la necesidad del otro; cuántas veces damos la respuesta antes de escuchar la pregunta. Esto nos aleja y hace difícil el diálogo, que es un signo que ellos valoran porque aprecian que su presencia es reconocida. A cierta edad lo simple se convierte en importante. Una palabra, un gesto, incluso un silencio, cuando es expresión de una actitud de valoración y de diálogo, se convierten para ellos en signos de vida y de amor. Estas actitudes están cerca de nosotros, diría a nuestro alcance, por ello, podríamos hacer una suerte de examen de conciencia respecto a nuestro comportamiento frente a ellos.

Pero hay también otro aspecto, en la mayoría de la vida de los abuelos, que no podemos dejar de mencionar y, tal vez, de elevar una voz con mucho de reclamo, me refiero al tema de las jubilaciones. Cuando leemos que la mayoría de los jubilados cobra la jubilación mínima, que es de $ 890, este tema presenta un aspecto de justicia que no se puede callar. Es cierto que hubo épocas más difíciles en la vida de los jubilados, pero ello no puede ser un justificativo que demore políticamente una solución. La distribución de la riqueza tiene en ellos un triste testimonio de injusticia social. Creo que esta problemática nos debe comprometer a todos, especialmente a quienes tienen la responsabilidad política de buscar y encontrar una solución. Esto quiero expresarlo, también desde el Evangelio, haciendo mía la voz de muchos abuelos que me visitan y me hacen partícipes de sus alegrías y esperanzas, pero también de sus angustias y sufrimientos.

Queridos abuelos, reciban de su Obispo en este día junto a mi afecto y oraciones, mi bendición en el Señor Jesús y Nuestra Madre de Guadalupe.



Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

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