Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

_______________________________________________________

:: Homilías ::

(Clickear sobre la Biblia para leer las lecturas)


_____________________________________________

domingo, 29 de noviembre de 2009

Homilía Dominical

1º Domingo de Adviento
Lecturas

Jr 33, 14-16

1 Ts 3, 12-4,2
Lc 21, 25-28. 34-36



Las palabras fuertes de Jesús que escuchamos hoy son una invitación a la esperanza. Este es el clima general que la Iglesia nos propone para este tiempo que comenzamos, que nos recuerda que Dios viene. El Adviento nos enfrenta con una triple venida de Dios a nuestra historia.

La primera ocurrió cuando nació en Belén, visitándonos en la debilidad de nuestra carne humana. En Jesucristo Dios asume la fragilidad, haciéndose niño y pobre. En general se nos enseñó a pensar a Dios como el "Todopoderoso" y "Ominipotente", y lo es. Pero también es cierto que en el Pesebre Dios se muestra necesitado del amor humano. La primera actitud que nos sugiere el Adviento es: reconciliarnos con todo aquello que nos hace vulnerables. ¡También en nuestros límites y caídas podemos descubrir la visita de nuestro Dios! Al mismo tiempo, preparar la celebración de la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios, nos lleva a prestar atención a la pequeñez de todos aquellos que están en situación de fragilidad, sea por la pobreza, la soledad, la enfermedad, la marginalidad.

La segunda venida es la que esperamos, y que ocurrirá al final de los tiempos. El mismo Señor que nació pobre y humilde vendrá en gloria y majestad, como juez de nuestras vidas. El adviento nos induce a una confiada y activa esperanza, porque no sabemos cuándo sucederá este acontecimiento. Por ello, este tiempo nos invita a la conversión y transformación continuas, progresando en las obras de misericordia y justicia, procurando no dejarnos atrapar por las realidades pasajeras. La esperanza tiene una nota de lucidez, de no apagar la lámpara ni dejarse ganar por las tinieblas. La esperanza supone estar despierto y despabilado: por eso la recomendación a no dejarse esclavizar por los excesos de ningún tipo, llevando una vida sobria y libre.

Y finalmente, el Señor que vino y que vendrá, viene continuamente a nuestro encuentro en el prójimo y en cada situación en la que estemos. Por la fe y el amor tenemos la posibilidad de recibir al Señor y dar testimonio de su Reino. Toda la vida se convierte en oportunidad de descubrir la visita de un Dios que ha querido quedarse para siempre con nosotros.

A lo largo de estas cuatro semanas iremos contemplando e internalizando estas actitudes de la mano de los grandes protagonistas del Adviento: los profetas, José, Juan Bautista y María, modelo de escucha y docilidad comprometida.

P. Gerardo Galetto

No hay comentarios:

Publicar un comentario