Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



A todos los que ingresen a esta página:


*** BIENVENIDOS ***

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:: Homilías ::

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domingo, 1 de agosto de 2010

Día del Párroco


El próximo 4 de Agosto celebramos la Fiesta del Santo Cura de Ars, Patrono de los Párrocos. Si bien la figura del párroco es primariamente religiosa y hace a la vida de la Iglesia, sin embargo su presencia en el ámbito de su parroquia o pueblo, lo convierte en alguien que tiene una relación más amplia con toda la comunidad. Hoy, al tiempo que los saludo y les agradezco su trabajo, quiero reflexionar sobre el sentido que tiene en la Iglesia su vida como colaborador del obispo y pastor de una comunidad.

No es alguien que se ha postulado para un cargo, sino un sacerdote que asume una misión que el Obispo, en el ámbito de la diócesis, le ha encomendado. Marcaría tres aspectos a tener en cuenta: es un sacerdote, que recibe una misión del Obispo, para estar al frente de una parroquia.

En primer lugar es un sacerdote, es decir, alguien que ha recibido el sacramento del orden sagrado. Este aspecto es el más importante, porque nos habla de su participación en el sacerdocio de Jesucristo de un modo único y personal. Esto significa que es el mismo Cristo quién actúa a través de su persona; cuando el sacerdote dice: "Esto es mi Cuerpo" en la celebración de la Misa, es el Cuerpo de Jesucristo el que se hace presente para nosotros como alimento espiritual. Comprender la verdad de este ministerio que Jesucristo ha dejado en la Iglesia, nos sorprende en primer lugar a nosotros mismos. El sacerdote es, ante todo, un hombre de fe que sabe que lo que es lo ha recibido como gracia al servicio de sus hermanos. Solo desde la fe, que se apoya en la Palabra de Jesucristo, podemos comprender la identidad y el ministerio del sacerdote.

En segundo lugar es un sacerdote que recibe una misión del Obispo. Así como al sacerdocio lo recibió por manos del Obispo en su ordenación sacerdotal, así también su ejercicio lo realiza en relación con él. Es el Obispo, como sucesor de los Apóstoles, quién le confiere la ordenación y la misión. No puede haber un sacerdote al margen de esta relación con el Obispo, de quien es el colaborar más inmediato en su misión pastoral. Con ellos forma el presbiterio de la diócesis que es el conjunto de sacerdotes, diocesanos y religiosos, bajo la presidencia del Obispo. El participar del sacerdocio de Cristo es signo de plenitud en su vida. Ejercer su ministerio como colaborador del Obispo, es vínculo de comunión eclesial y fecundidad pastoral.

Finalmente recibe una misión para estar al frente de una parroquia. En ella tiene que hacer presente tanto su participación en el sacerdocio de Jesucristo, como la de ser colaborador del Obispo en su ministerio sacerdotal. Ambas forman una unidad. Partiendo de esta doble fuente, el párroco es un sacerdote que asume, además, una relación personal y directa con una comunidad para la cual está llamado a ser la presencia viva de Cristo, el Buen Pastor. Como él tiene que conocer, amar y acompañar a sus fieles. Con ellos forma la Iglesia local. Su vida queda en un sentido como atada a la vida de sus fieles y comunidad; esta entrega es para él fuente de madurez sacerdotal y para la comunidad signo del amor paternal de Dios. El ser párroco no es para el sacerdote una etapa dentro de una carrera eclesiástica, sino una misión que es fuente de realización personal, pastoral y espiritual. La figura de Jesús, el Buen Pastor, es su imagen ideal.

Queridos amigos, los invito a acercarse este 4 de Agosto a su parroquia para saludarlo. Reciban junto a mis oraciones, mi bendición.


Mons. José María Arancedo

Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

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