Nuestra Señora de Belén

Horarios de Misa

Jueves: 19.30hs.
Sábados: 20 hs.
Domingos: 10 hs. Misa para niños, y 20 hs.

Confesiones: después de Misa.

Bautismos: segundo y cuarto domingo de cada mes.


Secretaría Parroquial


Jueves: 18.30 a 20 hs.
Sábados: 18.30a 20 hs.
Domingos: 11 a 12 hs.


CARITAS

Martes de 14 a 18 hs.



Nuestro Párroco

Pbro. Daniel Gazze



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jueves, 24 de diciembre de 2009

Misa de Nochebuena

Vigilia de la Natividad del Señor
Lecturas

Is 9, 1-3 . 5-6

Hch 13, 16-17 . 22-25
Lc 2, 1-14



¡Ante todo Muy Feliz Navidad para todos!

Navidad es la fiesta del Dios con nosotros, del Dios hecho hombre. Un nacimiento es siempre motivo de alegría en una familia. ¡Cada niño que nace nos recuerda que Dios sigue confiando en la humanidad! Personalmente, cuando celebro los bautismos y veo los niños en brazos de sus padres no puedo dejar de decirles que siento que Dios pone la vida y el futuro en sus manos. Un niño en brazos de sus padres es un proyecto de crecimiento impredecible, que necesita cuidado, amor y atención, y que no se sabe bien hasta dónde puede llegar. Todo eso es precisamente la Navidad: es el nacimiento humano del hijo de Dios, que nos ofrece la posibilidad de renovación personal y comunitaria, y que nos invita a bucear en nuestra humanidad -en toda nuestra humanidad- para descubrir la voluntad de Dios. Igual que Jesús, a Dios Padre lo agradamos humanizándonos.

De las lecturas proclamadas quisiera subrayar dos ideas. La primera es la insistencia en el signo de la luz. "El pueblo que caminaba en tinieblas vió una gran luz". El nacimiento del Señor es el cumplimiento de la promesa que Isaías había profetizado: al pueblo oprimido y esclavizado le anuncia la libertad. La barra del carcelero y el yugo del opresor no durarán para siempre, y en algún momento la libertad surgirá: es decir, viene la luz. Esto es lo que se cumple cuando el ángel del Señor se aparece a los pastores -el pueblo que acampaba durante la noche- y "la gloria del Señor los envolvió con su luz".

Ante este signo de la luz, no podemos desconocer que hoy hay muchas oscuridades y tinieblas en nuestro mundo y tal vez en nuestro propio corazón. Pero la Navidad nos invita a reconocer que los tiempos oscuros también pueden ser muy fecundos para la fe, si los sabemos afrontar con paciencia y entereza de ánimo. No todo es luminoso en la condición humana, y es bueno reconocerlo con realismo. Y descubrir que Dios también está presente -aunque no lo veamos- en los momentos en los que no sabemos muy bien adónde ir, qué decidir, en los momentos de incertidumbre, cuando avanzamos a tientas... Es decir, cuando estamos en tinieblas.

Es segundo aspecto que quisiera subrayar es el mensaje del ángel a los pastores. Mensaje que está en el corazón del Evangelio, y que Jesús mismo repitió muchas veces en su vida terrena y después de resucitar. El ángel les dice: "no teman". Es cierto que a veces hay motivo para estar asustados, pero el Evangelio es un mensaje de coraje y audacia, de ánimo y energía. El miedo nunca es buen consejero, menos aún en las cosas de Dios. Sería bueno que escuchando esta invitación navideña, este "no temas", nos preguntemos qué me produjo miedo a lo largo del año que ya va terminando. Tal vez veamos que no era para tanto, que a veces nos asustamos porque sobrevaloramos realidades o problemas que no valen demasiado. Y si son situaciones realmente difíciles, es bueno saber que con el arrojo de la fe y confiando en Dios se pueden encontrar mejor las soluciones adecuadas.

Pidamos entonces en esta Navidad, la gracia de reconciliarnos con nuestras oscuridades y temores. No negarlas, no reprimirlos. Pero reconocer la posibilidad de cambiar esas actitudes negativas por decisiones constructivas. Decidir es como continuar naciendo. El ejercicio de la libertad es como inaugurar nuevos comienzos en nuestra historia, y por tanto signo de vida y madurez. En cambio, la inmovilidad y la inercia, el hacer las cosas por arrastre sin decisión personal, es siempre signo de muerte.

Ante Cristo recién nacido, verdadero Dios y verdadero hombre, ante este Niño que es camino para una humanidad más plena, ¿qué quiero elegir?

P. Gerardo Galetto

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