La vida de la comunidad eclesial

Dt 34, 1-12; Mt 18,15-20

Estas lecturas de hoy nos ayudan a reflexionar sobre la vida de la comunidad eclesial.

La primera relata un momento importante de la vida del pueblo de Dios: la muerte de Moisés. todavía no habían entrado en la tierra prometida, el camino no estaba concluido, la meta no había sido alcanzada... Eran muchas las incertidumbres que dejaba la muerte del hombre que los había sacado de Egipto y con mucha paciencia los había conducido en el desierto. Es decir, los israelitas estaban ante un momento de transición, con todas las inseguridades que esto trae.

Pero la promesa en la cual habían creído cuando se pusieron en marcha seguía cumpliéndose: el Espíritu de Dios no moría con Moisés. Pasó a su servidor Josué, que continuó la tarea de su antecesor. Es el Espíritu el que guía al pueblo de Dios.

Hoy nuestros pastores nos dicen que la Iglesia enfrenta "no una época de cambios, sino un cambio de época". Estamos ante una transición histórica que ofrece oportunidades nuevas, así como desafíos y problemas impensados, para los cuales tal vez no estábamos preparados.

¿Sabremos confiar en el Espíritu, que no abandona a su Iglesia? ¿Seremos fieles al Espíritu de Jesús, que ha sido infundido en nuestros corazones? ¿Sabremos discernir los signos de los tiempos para hacer nuestro aporte a la Iglesia y al mundo?

El Evangelio, al hablarnos de la corrección fraterna, nos recuerda que esta tarea de discernimiento no es sólo individual, sino que requiere del diálogo con los hermanos, de la escucha y de la sincera disponibilidad para dejarnos enseñar por todos.

P. Gerardo Galetto